El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) anunció ayer que al menos 29 personas han muerto y otras 71 han desaparecido, después de que contrabandistas obligaran a saltar al mar al pasaje que transportaban cerca de la costa de Yemen. El accidente ocurrió el pasado jueves, cuando cuatro embarcaciones procedentes de Somalia […]
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) anunció ayer que al menos 29 personas han muerto y otras 71 han desaparecido, después de que contrabandistas obligaran a saltar al mar al pasaje que transportaban cerca de la costa de Yemen.
El accidente ocurrió el pasado jueves, cuando cuatro embarcaciones procedentes de Somalia y que transportaban un total de 450 pasajeros, la mayoría de ellos etíopes y somalíes que huían del país africano, se acercaron a la costa de Ras-Alkalb, en Yemen, y los contrabandistas obligaron al pasaje a saltar al agua.
Se teme que 74 etíopes y 26 somalíes estén muertos o desaparecidos, mientras se sabe que otros 57 etíopes que consiguieron llegar a la orilla fueron detenidos por las autoridades yemeníes, según informa la agencia Efe.
Los 293 supervivientes restantes, que fueron trasladados a un centro de ACNUR, explicaron que los contrabandistas golpearon y lanzaron al agua a todos aquellos que se negaron a abandonar la embarcación, y que una parte del pasaje fue víctima de los ataques de los tiburones.
Los supervivientes también denunciaron que algunos agentes de la policía yemení les arrebataron todo el dinero que llevaban encima una vez alcanzaron la orilla.
Además, durante el viaje entre Bosaso (Somalia) y Yemen, diversas mujeres etíopes y al menos una somalí fueron víctimas de abusos por parte de la tripulación, según ACNUR.
La agencia calcula que durante este año unas 26.000 personas han realizado el peligroso trayecto por el Golfo de Adén, huyendo de Somalia, y que al menos 330 han muerto, mientras que 300 más están desaparecidas.
Los contrabandistas realizan a menudo estas terribles acciones por el temor a la aparición de las autoridades yemeníes, las cuales patrullan con frecuencia las costas.
«Estamos horrorizados con la tragedia», señaló desde Ginebra la asistente del Alto Comisionado, Erika Feller.