Intervención de Unai Oñederra en el II encuentro de profesionales del asesoramiento laboral y social Quiero aprovechar estos 10 minutos que me habéis regalado para intentar explicar que Coop57 es una herramienta útil para el sindicalismo. Que sindicalismo y Coop57, y la economía social y solidara de la que forma parte, son instrumentos complementarios de […]
Intervención de Unai Oñederra en el II encuentro de profesionales del asesoramiento laboral y social
Quiero aprovechar estos 10 minutos que me habéis regalado para intentar explicar que Coop57 es una herramienta útil para el sindicalismo. Que sindicalismo y Coop57, y la economía social y solidara de la que forma parte, son instrumentos complementarios de la clase trabajadora que se necesitan mutuamente, para conseguir la transformación que buscamos. Intentaré explicar esto con dos ideas fundamentales y un ejemplo:
- Sindicalismo y cooperativismo son aliados
- Cualquier transformación necesita dos patas: resistencia y alternativas
- Coop57 es un proyecto que pone en práctica esas dos ideas.
Empezando, pues, con la primera idea, no se si os ha sorprendido encontraros en el programa de esta tarde una presentación sobre una cooperativa. Me imagino que no, ya que todas sois expertas en el tema. Pero ¡cuántas veces he tenido que escuchar que los sindicatos están en contra de las cooperativas! Y también conozco cooperativistas que están en contra de los sindicatos.
De cualquier manera, los sindicalistas y cooperativistas que creen que son rivales o competencia, me parece que tienen una perspectiva muy pobre de la clase trabajadora. Para empezar porque las primeras cooperativas de Euskal Herria eran de los sindicatos. Y para continuar, hablando de poder sindical, entendido como poder colectivo de los y las trabajadoras en la empresa, ¿en qué empresa tienen los y las trabajadoras más poder que en una cooperativa? O entendiendo también el poder sindical como herramienta democratizadora de una empresa, ¿qué empresa es más democrática que una cooperativa?
Otra cosa es que no nos conformemos, sólo, con democratizar la empresa. Si lo que buscamos es democratizar la economía, no podemos quedarnos dentro de la empresa, tenemos que salir fuera. El tema, entonces, será saber como conseguir una economía que ponga en el centro la sostenibilidad de la vida, teniendo en cuenta que vivimos en un planeta finito.
Y aquí introduzco la segunda idea fundamental que os he adelantado; para conseguir esa transformación de la economía debemos caminar con dos patas: resistencia y alternativas. Por un lado resistencia al capital, que mordisco a mordisco, o a zarpazos, nos va devorando la vida, nos va estrechando el cerco de nuestras vidas. En este sentido, el sindicalismo es un contrapoder que se opone a este poder del capital. Pero la resistencia no es suficiente.
Hay que construir alternativas concretas, aquí y ahora, que respondan a las necesidades de los y las trabajadoras, y que prefiguren esa sociedad que queremos conseguir. Esas dos patas son imprescindibles, porque si falla alguna, sabemos que vamos a andar cojos.
Es en este sentido como entendemos que son complementarios el sindicalismo y la economía social y solidaria, de la que Coop57 forma parte.
Esa complementariedad, además, se da en su mismo surgimiento, ya que Coop57 surge de la lucha de 57 trabajadores de la Editorial Bruguera, cuando la editorial se declara inviable y decide cerrar. Hablamos de 1986, y aunque la mayoría de los 800 trabajadores de la empresa aceptaron las condiciones impuestas por el banco en la liquidación, 57 lucharon hasta el final por lo que consideraban que era lo justo. En 1995 ganaron el juicio, y con parte de las indemnizaciones que recibieron crearon un fondo para financiar proyectos que se generaran puestos de trabajo de calidad.
Así es como se creó Coop57, bajo la figura jurídica de cooperativa de servicios financieros. Con el tiempo ha ido aumentando en número de socios y ha ido diversificando las entidades a las que proporciona financiación.
Visto que lo que surgió en Cataluña funcionaba, se han ido creando secciones territoriales de Coop57 en Aragón, Madrid, Andalucía, Galicia, y en junio del 2015 en Euskal Herria.
Pero, ¿qué es Coop57? Ya he dicho al principio que para mi Coop57 es un ejemplo práctico de las dos ideas fundamentales he subrayado: sindicalismo y cooperativismo son aliados, y la transformación social necesita las dos patas de la resistencia y la construcción de alternativas.
Coop57 es, en ese sentido, una cooperativa de servicios financieros éticos y solidarios, que busca la transformación social. ¿Cómo lo hace? Captando ahorro de la sociedad civil y canalizándolo hacia proyectos democráticos, sostenibles, que buscan mejorar el bienestar de la comunidad, respondiendo a sus necesidades. Son proyectos y entidades que ponen en el centro la sostenibilidad de la vida, y no la maximización de beneficios.
Pero Coop57 no se conforma sólo con financiar proyectos transformadores. También busca ir creando un circuito de economía alternativa. ¿Cómo lo hace? Haciendo socias a todas las entidades que piden financiación a Coop57, e involucrándolas en las actividades de la propia Coop57. De esta forma se entrelazan muchos proyectos pequeños alternativos que aisladamente en el mercado son invisibles, pero que juntos, cogen tal volumen que ya comienzan a visibilizarse, y a constituirse en una alternativa real al mercado convencional capitalista. Esto hace que exista un circuito en el que un trabajador o trabajadora sabe que cuando compra un producto o contrata un servicio, el dinero que está pagando va a un proyecto cuyo fin es similar al que el o ella persigue. Podemos decir que se le da a la persona trabajadora la oportunidad de no devolver su salario al capital.
Por lo tanto esta es la complementariedad que quería explicar entre Coop57 y el sindicalismo. Tenemos una red de economía social y solidaria como alternativa real, que ya funciona, prefigurando la sociedad que queremos, y tenemos la lucha sindical en la empresa, para mejorar las condiciones laborales, y fuera de ella, para mejorar las condiciones de vida.
No quiero terminar sin decir que Coop57 también funciona como instrumento de resistencia y de lucha contra la precariedad laboral, tal y como lo hizo en la huelga de las subcontratas de MoviStar en primavera de 2015. Los y las trabajadoras estaban dispuestas a luchar y a hacer huelga, pero no tenían caja de resistencia. Antes, ya ha explicado aquí Lluis qué es una caja de resistencia, y cómo aquí algunos sindicatos en Euskal Herria ya la tienen. Esa caja de resistencia hace que los y las trabajadoras en lucha puedan alargar las huelgas tanto como sea necesario, dado que, como sabéis, una huelga la gana el que más aguante, y normalmente las empresas tienen mucha capacidad de aguantar. Sin la caja de resistencia no se explica la huelgas que hay ahora abiertas aquí como la de carreteras de Gipuzkoa (7 meses), TMB-Arraiz (6 meses), Limpieza viaria de Trápaga (desde abril), Kaiku-Jundiz (desde el 4 de julio), la de las residencias de Bizkaia (ya llevan más de un mes)…
El caso es que los y las trabajadoras de las subcontratas de MoviStar no tenían caja de resistencia, por lo que Coop57 les ofreció financiación para que tuvieran un fondo que les ayudara a aguantar en la huelga. Se les concedió 80.000 euros a interés cero, avalado por 6 cooperativas de Coop57. La huelga duró tres meses y los y las trabajadoras consiguieron lo que buscaban.
Tocaba devolver el préstamo a Coop57. Para conseguirlo los y las trabajadoras de MoviStar organizaron con otros movimientos sociales Correscales. Una carrera, tipo Korrika, de 800 km, con 80 corredores/as, desde Bilbao a Barcelona, que se desarrolló en febrero de este año. El objetivo de Correscales era, además de activar la movilización en contra de la precariedad en los lugares por donde pasaba Correscales, conseguir recaudar mediante crowdfunding 100.000 euros.
Se supero lo esperado y se consiguieron 146.000 euros de 360 entidades y personas donantes. Con ese dinero se devolvió el préstamo y se creó un fondo para futuras luchas en contra de la precariedad.
Esta lucha fue una lucha contra la precariedad y contra la degradación los derechos laborales que está impulsando el capital. Una lucha por la dignidad humana. Una lucha que une resistencia y construcción de alternativas. Sindicalismo y economía social y solidaria de la mano. Ese es el reto. Empezamos a intentar responder a este reto aquí, en Bilba,o hace un año, organizando Alternatiben Herria. Eso sólo fue el principio, hay mucho que hacer. Estáis invitados a participar en el proyecto.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.