Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens
Hemos llegado a un punto decisivo en nuestra historia. EE.UU. y sus aliados preparan una guerra nuclear con consecuencias devastadoras.
Durante la Guerra Fría, fue introducido el concepto de «destrucción mutua asegurada» (MAD, por sus siglas en inglés). Un entendimiento de las consecuencias de una guerra nuclear contribuyó considerablemente a evitar el estallido de una guerra entre EE.UU. y la Unión Soviética.
Hoy en día, en la era posterior a la Guerra Fría, no prevalece un entendimiento semejante.
El espectro de un holocausto nuclear, que persiguió al mundo durante medio siglo ha sido relegado a la condición de «daño colateral».
Esta aventura militar en el verdadero sentido de la palabra amenaza el futuro de la humanidad.
Aunque se puede conceptualizar la pérdida de vida y la destrucción resultante de las actuales guerras, incluyendo Iraq y Afganistán, es imposible evaluar o comprender plenamente la devastación que resultaría de una Tercera Guerra Mundial, utilizando «nuevas tecnologías» y sistemas avanzados de armas, hasta que ocurra realmente y se haga realidad.
Una secuencia de guerras patrocinadas por EE.UU. caracteriza un período de nuestra historia al que se refieren eufemísticamente como «era de posguerra». La guerra dirigida por EE.UU. en Afganistán ha continuado, en diversas etapas, durante treinta y un años. Iraq ha estado bajo ocupación militar estadounidense y aliada durante más de siete años.
Estamos viviendo la historia pero al mismo tiempo somos incapaces de comprender los eventos que conforman nuestro futuro y que actualmente se desarrollan ante nuestros ojos.
Los detalles de los actuales preparativos de guerra en relación con Irán han sido negados al escrutinio público. (Vea «Preparando la III Guerra Mundial (III), la hoja de ruta militar. El papel de Israel en la gestación de un ataque a Irán», Michel Chossudovsky, 17-08-2010; «Preparando la III Guerra Mundial (II) ¿Está la administración de EE.UU. planeando un holocausto nuclear?», Michel Chossudovsky, 13-08-201; «Preparando la III Guerra Mundial (I) Objetivo Irán», Michel Chossudovsky, 06-08-2010.)
Los medios están involucrados en actos de camuflaje. Los impactos devastadores de una guerra nuclear se trivializan o no se mencionan. Mientras tanto, la opinión pública tiene sus ojos concentrados en lo que podría describirse como «crisis falsas».
Una Tercera Guerra Mundial ya no es un escenario hipotético. El presidente Bush ya había sugerido en 2007, de manera muy clara, que si Irán no cumplía las exigencias de EE.UU., podríamos vernos arrastrados «a pesar nuestro» a una situación de Tercera Guerra Mundial:
«Tenemos un dirigente en Irán quien ha anunciado que quiere destruir Israel. Por lo tanto he dicho a la gente que si quiere evitar la Tercera Guerra Mundial, parece que debiera estar interesada en impedir que tengan el conocimiento necesario para hacer un arma nuclear. Tomo muy en serio la amenaza de Irán con un arma nuclear…» (George W. Bush, 17 de octubre de 2007.
Crisis reales frente a crisis falsas
En una lógica terriblemente deformada, la Tercera Guerra Mundial es presentada como un medio para preservar la Paz en el Mundo.
Se culpa a Irán por negarse a acatar las «exigencias razonables» de «la comunidad internacional».
Las realidades se distorsionan e invierten. Se acusa a Irán de querer iniciar la Tercera Guerra Mundial. Tal como es inherente a la doctrina militar de EE.UU., las víctimas de la guerra se presentan frecuentemente como agresores.
La Tercera Guerra Mundial se defiende como un emprendimiento humanitario de buena fe que contribuye a la seguridad global. En una amarga ironía, los que deciden sobre el uso de armas nucleares creen su propia propaganda. El presidente y comandante en jefe Barack Obama cree sus propias mentiras.
Ni la Guerra ni la depresión económica mundial se perciben como parte de una crisis sin precedentes en la historia del mundo. Irónicamente, los peligros para la humanidad de una guerra nuclear generalizada no causan miedo y preocupación pública.
En su lugar, los medios, los gobiernos, los aparatos de inteligencia y los think tanks de Washington fabrican «crisis» falsas como el calentamiento global, una pandemia de influenza mundial o un ataque nuclear «de bandera falsa» de «terroristas islámicos».
Un entendimiento de eventos sociales y políticos fundamentales es reemplazado por un mundo de pura fantasía, donde acechan los «malos». El propósito de esas «crisis falsas» es ofuscar la verdadera crisis así como inculcar miedo e inseguridad en la población.
«Todo el objetivo de la política práctica es mantener alarmada a la población… amenazándola con una serie interminable de espantajos, todos ellos imaginarios… El deseo ardiente de salvar a la humanidad es casi siempre una cara falsa para el deseo ardiente de dominarla» (H. L. Menken).
Mientras apenas se reconoce el peligro real de una guerra nuclear, esas «crisis falsas» figuran invariablemente en las noticias de primera plana.
- El desempleo masivo, los embargos y la pobreza no son características de una crisis (social).
- La legalización de la tortura y los asesinatos políticos selectivos no forman parte de una crisis (constitucional). La tortura y los asesinatos de terroristas potenciales tienen el propósito de «hacer que el mundo sea más seguro».
- La guerra librada por motivos humanitarios es considerada como una «solución» para una crisis en lugar de ser su causa.
- La depresión económica no se menciona porque se dice que la recesión económica ha pasado. En otras palabras, no hay una recesión económica.
Tres tipos de crisis falsas
1. Un ataque nuclear contra EE.UU. de al-Qaida
«Tarde o temprano habría un 11-S nuclear [por terroristas islámicos] en una ciudad estadounidense o la de un aliado de EE.UU… Un ataque nuclear terrorista contra una ciudad de EE.UU. puede tener muchas formas. En el peor de los casos detonaría un artefacto nuclear dentro de una ciudad. Según el tamaño y la sofisticación del arma, podría matar a cientos de miles o incluso millones de personas» (David Krieger, «Is a Nuclear 9/11 in Our Future?», Nuclear Age Peace Foundation, 6 de octubre de 2003).
La amenaza nuclear proviene de organizaciones «no estatales», con capacidades limitadas de armas avanzadas en lugar de potencias nucleares conocidas (Estados nucleares).
2. Una emergencia global de salud pública. Una pandemia global de influenza.
«Hasta 2.000 millones de personas podrían infectarse [H1N1] durante los próximos dos años, cerca de un tercio de la población mundial» (Organización Mundial de la Salud, según informes de los medios occidentales, julio de 2009; la negrita es mía).
«La gripe porcina podría afectar a hasta un 40% de los estadounidenses durante los próximos dos años y hasta varios cientos de miles podrían morir si una campaña de vacunación y otras medidas no tienen éxito» (Declaración oficial del gobierno de EE.UU., Associated Press, 24 de julio de 2009).
«EE.UU. espera tener disponibles 160 millones de dosis de vacuna contra la gripe porcina en algún momento en octubre» (Associated Press, 23 de julio de 2009).
«Los fabricantes de vacunas podrían producir 4.900 millones de vacunas para la pandemia por año en el mejor de los casos» (Margaret Chan, directora general, Organización Mundial de la Salud [OMS], citada por Reuters, 21 de julio de 2009).
3. Los peligros del calentamiento global
«Las cifras en los titulares son: 300.000 muertos y 300 millones de personas afectadas cada año [por el calentamiento global]» (Greenpeace, «Muertes y desplazamientos debidos al cambio climático van a aumentar», 5 de junio de 2009).
«El cambio climático es vida o muerte. Es el nuevo campo de batalla global» (Wangari Maathai, Premio Nobel de la Paz).
«Dos mil científicos, en cien países, involucrados en la colaboración científica más compleja, bien organizada, de la historia de la humanidad, coinciden desde hace tiempo en predecir que enfrentaremos una cadena de terribles catástrofes a menos que actuemos para prepararnos y encarar las causas subyacentes del calentamiento global» (Al Gore, discurso en la Convención del National Sierra Club, 9 de septiembre de 2005).
«La preocupación primordial es que si ocurriera un calentamiento global descontrolado, las temperaturas podrían aumentar fuera de control y hacer que nuestro planeta sea inhabitable… es la primera vez que una especie ha corrido el riesgo de generar su propio fin… Los dinosaurios dominaron la tierra durante 160 millones de años. Corremos peligro de arriesgar nuestro futuro después de sólo un cuarto de millones de años» (Michael Meacher, ministro para el medioambiente del Reino Unido, citado en The Guardian, 14 de febrero de 2003; la negrita es mía).
La inquisición estadounidense
Anunciadas como la «verdadera amenaza», estas crisis falsas constituyen un encubrimiento de la «verdadera crisis».
El objetivo es distorsionar los hechos, crear una atmósfera de miedo e intimidación así como suprimir el disenso y la resistencia popular contra el orden político y económico establecido. Enfrentamos un entorno inquisitorial.
La campaña de miedo que subyace a una crisis falsa tiene el propósito de ofuscar la verdadera crisis – incluido el peligro de una guerra nuclear- así como de desarmar todas las formas de resistencia y oposición significativa.
© Copyright Michel Chossudovsky, Global Research, 2010
Michel Chossudovsky es autor del superventas internacional La globalización de la pobreza, publicado en once idiomas. Es profesor de Economía en la Universidad de Ottawa y director del Centro de Investigación de la Globalización, en www.globalresearch.ca. También es colaborador de la Enciclopedia Británica. Su libro más reciente se titula America’s War on Terrorism, Global Research, 2005.
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