Traducido por Gorka Larrabeiti
Por lo general, aquí en el hospital de guerra de Emergency en Lashkargah la actividad en invierno se ralentiza respecto a los meses de primavera y verano. Decrecen los «números», no la tragedia humana que sufre la población civil a causa de la guerra.
Razia viene de Babaji, un pueblo famoso por los combates que ocurren allí desde hace años. Estaba regresando a casa a pie con su familia. De pronto, «unos soldados» empezaron a disparar. Ella resulta herida, la única de la familia: un fémur roto, un pómulo roto y una gran herida en la cabeza. Esta mañana, seguía hospitalizada en cuidados intensivos y lloraba. Ahora que se le ha trasladado a la unidad de los niños, se encuentra mejor y nos enseña otra herida de bala que tiene en una mano desde hace un año.años. Con siete años es ya una veterana de guerra.
Dos camas antes que ella, Juma Gul, de cinco años, está comiendo arroz. Tiene un gran vendaje que cubre la mitad de su cara y su pierna izquierda. Estaba fuera de casa en Grishko, cuando alguien lanzó una granada: una hermana y su madre también resultaron heridas, pero afortunadamente no tan gravemente como él. El arroz se le sale del plato: no es fácil de comer cuando te falta la mitad de la cara, ojo incluido.
Mohammed Wali tiene ocho años y es de Marjah, otro pueblo devastado por la guerra. Había ido a hacer recados para la familia y regresaba a su casa cuando pisó una mina. Salió literalmente volando por los aires. Pese a tener un pie reventado, caminó de vuelta a casa, donde su padre lo llevó inmediatamente a una base militar cercana. Luego, fue transportado en helicóptero a Lashkargah, y finalmente a nuestro hospital. Ha perdido el pie izquierdo, ahora tiene un gran vendaje que cubre el muñón, debajo de la rodilla. Es un niño guapísimo de ojos oscuros, muy profundos, todavía conmocionados por lo sucedido.
Todo esto en el arco de una semana de invierno, cuando los «números» .
Matteo dell’Aira es médico coordinador del hospital de Emergency en Lashkargah, Helmand.
Fuente: http://it.peacereporter.net/articolo/26728/Quando+i+%27numeri%27+calano