La Cumbre antiimperialista recién celebrada en la ciudad boliviana de Cochabamba se convirtió en otro Girón para Estados Unidos, por la respuesta contundente y unitaria de los más de mil 200 representantes de movimientos y organizaciones sociales de 18 países de América Latina, y varios de Europa, a los designios hegemónicos del régimen norteamericano. Como […]
La Cumbre antiimperialista recién celebrada en la ciudad boliviana de Cochabamba se convirtió en otro Girón para Estados Unidos, por la respuesta contundente y unitaria de los más de mil 200 representantes de movimientos y organizaciones sociales de 18 países de América Latina, y varios de Europa, a los designios hegemónicos del régimen norteamericano.
Como la derrota sufrida en su invasión militar a Cuba, en Playa Girón en 1961, Washington fue blanco de otro bochornoso revés en la cita escenificada la pasada semana en Cochabamba, al Latinoamérica alzar su voz con todas sus fuerzas contra la postura imperial y colonial de los actuales inquilinos de la Casa Blanca.
Los delegados al encuentro respaldaron unánimemente los procesos revolucionarios en curso en la región, en especial los de Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Argentina y Uruguay, entre otros, y reprocharon los intentos de Estados Unidos de frustrarlos con su actuar subversivo y agresivo.
De igual manera lo hicieron con las organizaciones integracionistas creadas en la Patria Grande, al tiempo que se opusieron a la neoliberal Alianza del Pacífico que pretende imponer el gobierno norteamericano.
Condenaron el atentado al presidente boliviano, Evo Morales, al impedírsele el sobrevuelo por varias naciones de Europa en julio pasado, y señalaron como responsable principal de ese hecho a Washington.
Asimismo reclamaron los derechos de los pueblos indígenas originarios de la Patria Grande, la salida al mar de Bolivia, la soberanía de Argentina sobre las islas Malvinas, y la independencia de Puerto Rico.
Los participantes en el magno encuentro manifestaron su rechazo enérgico a las bases militares norteamericanas en Latinoamérica, entre ellas las emplazadas en Colombia, y la que persiste en Guantánamo, Cuba, e impugnaron el propósito de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) de instalarse en la región.
También exigieron a Estados Unidos poner fin al bloqueo que impone a Cuba durante más de cinco décadas, excluir a la isla caribeña de su lista de países patrocinadores del terrorismo, y excarcelar inmediatamente a los luchadores antiterroristas cubanos presos en cárceles norteamericanas desde hace 15 años.
En esta primera Cumbre Antiimperialista, realizada a iniciativa de Bolivia, se decidió que la segunda se celebre en Venezuela el venidero 5 de marzo, cuando se cumplirá un año del fallecimiento del presidente Hugo Chávez, a quien será dedicado ese próximo conclave.
Chávez, al igual que Fidel y todos los actuales líderes progresistas latinoamericanos, fueron homenajeados y apoyados en el encuentro de Cochabamba, que se transformó sin duda alguna en otro Girón para el decadente imperio norteamericano.
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