Las advertencias hechas por el presidente Daniel Ortega a la transnacional española Unión Fenosa, que ostenta el monopolio de la distribución de electricidad en Nicaragua, marcaron el panorama noticioso local en la semana que hoy concluye.El mandatario sandinista, quien considera que el «pecado original» radica en la privatización del servicio autorizada por los gobiernos anteriores, […]
Las advertencias hechas por el presidente Daniel Ortega a la transnacional española Unión Fenosa, que ostenta el monopolio de la distribución de electricidad en Nicaragua, marcaron el panorama noticioso local en la semana que hoy concluye.
El mandatario sandinista, quien considera que el «pecado original» radica en la privatización del servicio autorizada por los gobiernos anteriores, advirtió a Unión Fenosa que revisaría el contrato de concesión otorgado en 2000.
De acuerdo con Ortega, la empresa española incumplió los acuerdos, al no haber invertido lo suficiente en el mejoramiento de la red eléctrica nacional, tal y como se había comprometido a hacer.
«La verdad es que estamos entrando en una situación difícil en el tema energético porque los últimos años no han habido inversiones en este campo», alertó Ortega, a principios de la semana.
El jefe de Estado también considera una violación el hecho de que la trasnacional haya recurrido de amparo ante una instancia del Banco Mundial, antes de dar por concluido un trámite de arbitraje presentado en su contra en Nicaragua.
Ortega fustigó además al embajador español en Managua, Jaime Lacadena, quien habría amenazado con cortar la cooperación del país ibérico de rescindirse el contrato a Unión Fenosa, y adelantó que tratará el asunto con el jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero.
«Yo voy a buscar comunicación con el presidente del Gobierno español para ver si es cierto que es política de España, porque en otras ocasiones el embajador se ha tomado atribuciones que no se corresponden con la decisión del gobierno español», dijo.
La posibilidad de que se anule el contrato a la transnacional fue ratificada posteriormente por el Ministro de Energía y Minas, Emilio Rappaccioli, quien señaló que Unión Fenosa está obligada a suministrar energía eléctrica al país los 365 días del año.
Las críticas contra la compañía datan de agosto pasado, cuando el servicio eléctrico nacional entró en crisis, con apagones de hasta 12 horas diarias.
Unión Fenosa debe además 20 millones de dólares a las plantas generadoras, que en ocasiones dejan de suministrar energía para presionar a la distribuidora.
La empresa española alega que sufre pérdidas millonarias porque muchos grandes consumidores, y miles de clientes residenciales, se niegan a pagar el servicio, o están conectados ilegalmente.
Para paliar la crisis actual, Venezuela suministró a Nicaragua 32 plantas eléctricas, que una vez instaladas tributarán 60 megavatios al sistema electroenergético nacional, cuyo déficit actual ronda los 120 megavatios.
Ocho de esos grupos electrógenos, que están siendo instaladas por especialistas cubanos, ya tributan 15 megavatios al sistema, mientras que los 45 megavatios restantes quedarán conectados a finales de marzo.
El combustible para las plantas es suministrado también por Caracas, como parte de los acuerdos firmados entre Nicaragua y Venezuela en enero pasado, en el marco de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA).