En Chile y hacia el exterior una señal potente: está activo un amplio y profundo movimiento social antineoliberal que reivindica la necesidad de tener una economía equitativa, una institucionalidad democratizada y un país justo y solidario. Se materializó la idea de que «otro mundo es posible y otro Chile también». Las jornadas del Foro Social […]
En Chile y hacia el exterior una señal potente: está activo un amplio y profundo movimiento social antineoliberal que reivindica la necesidad de tener una economía equitativa, una institucionalidad democratizada y un país justo y solidario. Se materializó la idea de que «otro mundo es posible y otro Chile también».
Las jornadas del Foro Social Chileno, que reúne a alrededor de 200 organizaciones de la sociedad civil, se desarrollaron el 19, 20 y 21 de noviembre en la capital chilena.
Una marcha de 60 mil chilenas y chilenos el viernes 19 por las calles del centro de Santiago para expresar el repudio a la presencia del presidente estadounidense George W. Bush («alerta chilenos, un terrorista nos visita») y el cuestionamiento a las políticas neoliberales que se impulsan a través de instancias como el Foro Económico Asia-Pacífico (APEC) que juntó a líderes y empresarios de 21 países los mismos días del Foro Social. También una marcha para sacar la voz, la propuesta y el compromiso de un movimiento social que aspira a la paz, la justicia, la equidad y la construcción de otro modelo de desarrollo, una institucionalidad democrática y un esquema de integración y cooperación latinoamericana y mundial.
Fue la marcha más grande en los últimos 15 años en Chile. La manifestación multitudinaria más grande de los años de la «transición» chilena. Más de 200 organizaciones sociales, indígenas, estudiantiles, sindicales, académicas, medioambientalistas, políticas, periodísticas, culturales, sindicales.
Un día de sol abierto, cielo despejado, alegrías, bailes, consignas y la esperanza de la paz y la justicia.
Martín Pascual, vocero del FSCH dijo en conferencia de prensa que «ha sido la mayor participación de la ciudadanía en los últimos 14 años. Se volvió a tomar las calles, la gente marchó contra Bush, contra la APEC, se hizo la manifestación pacíficamente, se reunió gente de varias regiones, llegaron decenas de organizaciones, hubo diversidad y creatividad popular y se mostró la vitalidad de las organizaciones sociales».
Para Sara Larraín, también vocera del FSCH, se trató «probablemente de la marcha más grande desde el inicio de la transición en Chile». Indicó que fue la expresión social contraria a políticas promovidas por organismos como la APEC «que profundizan el modelo hegemónico de la globalización neoliberal».
Al hablar en el mismo encuentro con la prensa, el académico Marcel Claude, manifestó que la marcha social «le dijo a la clase política de este país, a los medios de comunicación dominantes, a los partidos políticos, aquí estamos y queremos otro país, otro Chile».
Cuando se realizaba el acto cultural posterior a la marcha de largas cuadras, en el Parque Bustamente, grupos de jóvenes se enfrentaron con Carabineros en las inmediaciones. Luego de varios minutos, las fuerzas policiales extremaron su operativo y arremetieron contra los manifestantes con carros lanzaagua y carros lanza gases produciendo momentos de tensión, algunos heridos leves y muchas personas afectadas por los gases. Durante una hora y medio hubo enfrentamientos en varias calles de la comuna de Providencia.
Luego, el sábado 20 y domingo 21 de noviembre, en las sedes de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, Colegio Compañía de María y el Instituto Carlos Casanueva, se realizaron 190 talleres, paneles y conferencias con la participación activa de alrededor de 8 mil personas, en su inmensa mayoría jóvenes, provenientes de a lo menos 8 regiones de todo Chile.
Fue, como lo señaló Álvaro Ramis, vocero del Foro, «el momento de la propuesta, de la reflexión, del debate, de pensar el Chile que queremos». Destacados académicos, periodistas, intelectuales, artistas, medioambientalistas, gente de la Iglesia, del movimiento de mujeres, del mundo indígena, de los derechos humanos, abogados, economistas, historiadores, entre otros, entregaron su aporte en un marco en que los ejes temáticos fueron Integración Latinoamericana y Tratados de Libre Comercio: Chile en el concierto mundial, Medio Ambiente, Sustentabilidad y Recursos Naturales, Democracia, Participación, Servicios Públicos y Derechos Humanos: Construyendo Soberanía para el Chile que soñamos, Propuestas Alternativas al Modelo de Desarrollo Vigente, Globalización, Desarrollo Humano y Paz Mundial: El Mundo que queremos, Pueblos Originarios y Diversidad Cultural, Culturas e Identidades y Mundo del Trabajo, Sindicalismo y Modelo Económico.
Dos días en que ocho mil almas se alimentaron de argumentos y conocimiento, se acercaron a las repuestas y las propuestas y se constató que hay sueños realizables cuando se potencia la voz y el movimiento social, construyendo espacios, alternativas, ideas y realizaciones.
En una de la sedes del FSCH hubo espacios de venta e intercambio de literatura, música, folletos, carteles, camisetas, videos, artesanías, comida típica y actividades de canto y poseía.
Lo cierto es que los mandatarios y líderes económicos se reunieron en pomposas cenas, lujosos hoteles, grandes salones, vistiendo y sintiendo la formalidad, resguardados por policías y agentes, siempre bajo techo y aislados. El mundo social se juntó al aire libre, marchó por las calles, se expresó sin ataduras, se cuidaron solos, sacaron su voz sin estridencias. El propio presidente Ricardo Lagos tuvo que declarar que quedó demostrado que en esos días se expresaron los dos Chile que existen, el de los de arriba, sobre todo excluyente, y el de los de abajo, ante todo incluyente.
El Foro Social Chileno marcó un hito en el proceso político y social posdictadura y en los momentos de profundo y amplio cuestionamiento al modelo neoliberal.