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Dimitió formalmente el Papa de Roma

Descanse en paz

Fuentes: Rebelión

Y como doctores tiene la Iglesia no seré yo, -pequeño saltamontes, simplemente laico, un poco irreverente y aprendiz del Nazareno en su seguimiento-, el que pontifique al respecto. Por eso tras leer cientos de titulares exultantes de loas y alabanzas, así como decenas de artículos y comentarios críticos con la figura de B XVI, con […]

Y como doctores tiene la Iglesia no seré yo, -pequeño saltamontes, simplemente laico, un poco irreverente y aprendiz del Nazareno en su seguimiento-, el que pontifique al respecto. Por eso tras leer cientos de titulares exultantes de loas y alabanzas, así como decenas de artículos y comentarios críticos con la figura de B XVI, con su papado y con esa casa de víboras en la que han convertido al Vaticano (iba a decir casa de putas, pero teniendo en cuenta la probada presión de los lobbies gays, los escándalos de obispos, curas y cardenales pederastas y las andanzas de sus banqueros, muy injusto hubiera sido con tan honorables mujeres), me quedo con las reflexiones de un gran teólogo al que le hicieron la vida imposible y con el que me identifico plenamente.

Dice ayer en Méjico, el brasileño Leonardo Boff que la renuncia de Benedicto XVI es «el gran legado de su pontificado por su carácter inédito y por haber «desmitificado la figura del papa»; que Benedicto XVI «no tiene carisma y es extremadamente tímido»; que su renuncia fue un gesto de desesperación personal, conjugado con sus limitaciones físicas y psicológicas, ante los problemas que enfrenta la Iglesia católica, como los impedimentos para permitir que los sacerdotes pedófilos fueran entregados a la justicia civil, las filtraciones de documentos del «Vatileaks» y los escándalos del Banco del Vaticano; que Benedicto XVI «recibió un balance, altamente negativo, de la situación de la curia, en la cual se había instalado prácticamente un gobierno paralelo de la Iglesia y que el mundo se le vino abajo«; y que Benedicto XVI entrará en la historia como una persona que, mientras era presidente del -ex santo oficio- condenó a más de cien teólogos, de los mejores, especialmente de la Teología de la Liberación».

Y justamente por eso es por lo que a mí siempre me molestó su injusta vara de medir que tenía nuestro «pastor alemán», y tan solo señalaré dos ejemplos:

1. Que fuera tan retrógrado moralista con los honestos curas pro celibato opcional que, enamorados de una mujer, han querido casarse y con la cara bien alta, y a los que nunca dejó, y sin embargo, ante los deshonestos abusadores, pederastas y homosexuales de baja estopa, mirara para otro lado, siendo tan sigilosamente condescendiente, y

2. Que fuera tan cruel dictador con los grandes Teólogos de la Liberación y sin embargo no denunciara -de verdad- a los curas y obispos pedófilos, ni los escándalos de la banca vaticana, sino que antes al contrario, rehabilitara a los expulsados herejes Lefèbrianos y consintiera tantísimo a todos los movimientos neocons como los guerrilleros de Cristo Rey, Comunión y Liberación, los Kikos y hasta el Opus Dei.

Al final Vati-Sex, Vati-Dolars y Vati-Leaks ha sido una mezcla demasiado explosiva incluso para un papa al que de los 10 mandamientos, le sobraron dos: el 6º y el 7º. No me extraña que ya no pudiera aguantar y que optara por abdicar y retirarse a rezar, que -a la postre- creo que ha sido su más sabia, digna y valiente decisión. R.I.P.

 

(*)Luis Ángel Aguilar Montero es miembro de Redes Cristianas y de las CCP del estado español.

Blog del autor: http://luisangelaguilar.blogspot.com.es

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.