Las miles de personas que abandonaron hace más de tres años las áreas tribales en el norte de Pakistán, debido a la violencia del movimiento islamista Talibán, ahora regresan a reconstruir sus casas y sus vidas. Estos residentes de las Áreas Tribales Administradas Federalmente (FATA) están agradecidos por su suerte y por la ayuda que […]
Las miles de personas que abandonaron hace más de tres años las áreas tribales en el norte de Pakistán, debido a la violencia del movimiento islamista Talibán, ahora regresan a reconstruir sus casas y sus vidas.
Estos residentes de las Áreas Tribales Administradas Federalmente (FATA) están agradecidos por su suerte y por la ayuda que reciben del gobierno.
«Mi casa ya estaba en mal estado cuando la dejé hace tres años por la violencia del Talibán. Ahora podemos reconstruirla», dijo a IPS el vendedor de frutas Faqir Jan, de Charmang, en la Agencia de Bajaur.
Faqir recibió 400.000 rupias (unos 4.300 dólares) para reconstruir su vivienda. Fue suficiente, según él, pero ahora necesitará más ayuda para relanzar su negocio.
Para algunos, la ayuda del gobierno sirvió para más que reconstruir una vivienda. «Arreglé mi casa por 200.000 rupias», contó Akbar Khan, de 50 años. «Con los otros 200.000 monté un puesto de verduras», apuntó.
El portavoz de la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Taimur Ahmed Shah, dijo que ya regresaron 2.336 familias desplazadas a las zonas donde la insurgencia fue controlada, y ahora reina la paz.
«Desde enero de este año, 655 familias regresaron a Bajaur, el mayor número de repatriados de todas las agencias de FATA», dijo a IPS.
Acnur ayuda con la documentación y el proceso de registro, y suministra transporte para trasladar a las familias. También les otorga implementos de cocina, baldes de agua, juegos de té y tiendas de campaña, indicó.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) entrega botiquines higiénicos. Además, las familias que regresan a su localidad reciben raciones mensuales durante seis meses del Programa Mundial de Alimentos (PMA).
«Les damos harina de trigo, galletas, aceite de cocina, legumbres y azúcar para seis meses. Además reciben cobijas y almohadas», dijo a IPS Mehboob Khan, del PMA.
Las familias reciben todo en cuanto llegan a su aldea natal, precisó.
El PMA informó que, desde enero de 2012, los donantes aportaron más de 113 millones de dólares a la respuesta humanitaria frente a la emergencia. Pero se necesitan más recursos, y se están buscando.
Ahmad Hussain, de la secretaría de FATA, indicó que unas 600 viviendas fueron reconstruidas por el Consejo de Refugiados de Noruega. La mitad de ellas fueron entregadas a personas cuyas casas fueron destruidas durante el conflicto.
«Estamos esperando que regresen más desplazados para entregar la llave de las 300 restantes», señaló.
«También tratamos de reconstruir las casas de las personas desplazadas de la Agencia de Mohmand. Por ahora regresaron 563 familias, unas 3.326 personas, que viven en tiendas de campaña o con familiares», indicó.
El campamento de refugiados era un infierno, dijo Abdul Walli, quien huyó de la zona de Lakaro, en Mohmand. «Siempre es una alegría regresar al hogar». Asegura tener suficiente dinero para recuperar su casa.
El aumento de la insurgencia diseminó a los residentes de FATA. Según Acnur, de las 687.550 personas desplazadas, 147.329 viven en campamentos, y el resto con familiares o en casas alquiladas.
Acnur gasta 47 por ciento de su presupuesto para Pakistán en las personas desplazadas de FATA, y el resto lo destina a las víctimas de las inundaciones en Sindh, Punyab y Khyber Pakhtunkwa.
La mayoría de las personas desplazadas quieren regresar lo antes posible. Un rápido sondeo realizado por la Organización de las Naciones Unidas en abril mostró que la mayoría de la gente alquila una vivienda porque los campamentos son muy difíciles.
Las organizaciones humanitarias necesitan más recursos para atender a las personas que fueron desplazadas hace poco de la Agencia Khyber. Con la creciente cantidad de gente en esa situación, las agencias corren riesgo de quedarse sin fondos este año.
El agente político de Bajaur, Islamzeb Khan, dijo que regresar a casa transforma la vida. Alrededor de la mitad de las personas que vuelven reciben una indemnización.
«La gente que regresa está contenta porque ha estado mucho tiempo fuera de su aldea», dijo Khan a IPS. «Para las personas desplazadas también es un reencuentro porque abandonaron sus pueblos y vivieron en diferentes lugares durante su estadía fuera de la agencia», explicó.
Él espera que la repatriación cobre impulso porque el ejército limpió toda la agencia de elementos peligrosos y pidió a las personas desplazadas que regresaran para comenzar una vida nueva.
«Necesitamos que las poblaciones desplazadas regresen y comiencen a vivir aquí», añadió.