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Elecciones en México

Diccionario para entender al candidato

Fuentes: Rebelión

Andrés Manuel. Dícese del candidato, ex jefe de gobierno, que hoy una parte de la izquierda dice debemos apoyar, y que, asombrada frente a las críticas, no encuentra razones de peso para tener una posición disidente frente a él y su partido. Aquí algunas de ellas. Bejarano. Entiéndase ex secretario particular del jefe de gobierno. […]

Andrés Manuel. Dícese del candidato, ex jefe de gobierno, que hoy una parte de la izquierda dice debemos apoyar, y que, asombrada frente a las críticas, no encuentra razones de peso para tener una posición disidente frente a él y su partido. Aquí algunas de ellas.

Bejarano. Entiéndase ex secretario particular del jefe de gobierno. Explíquese como alianza pragmática con la corriente mayoritaria del PRD en el Distrito Federal para ganar la capital. Puede usted buscar algún significado en «principios» pero muy probablemente no los encontrará. Véase también «videos» y «libre sin cargo alguno».

Conservadurismo. Actitud conservadora, puritana, en política, ideología, etc. Como cuando un jefe de gobierno de la ciudad más grande del mundo trata de censurar y prohibir un festival de música electrónica, o bien cuando propone que las actividades de recreación nocturna deben terminar a las 2 de la mañana, o peor aún, cuando frente a una ley, llamada de sociedades de convivencia, que podría ser un instrumento para la población lésbica y gay hacia el reconocimiento de sus derechos, el candidato en cuestión, detiene, veta y ordena que esa ley no avance.

Divorcio. Disolver, separar personas o cosas que antes estaban unidas. Como cuando un partido, se aleja de los movimientos y rompe con ellos y sus demandas. Como en el movimiento estudiantil y la pésima actuación del PRD en la UNAM. Como cuando se vota una ley que no reconoce los derechos y culturas indígenas. Como cuando se vota una ley que permite la entrada de transgénicos al país. Como cuando no se permite que avance la ley de sociedades de convivencia. El resultado común es la división: Discordia, desunión de los ánimos y las opiniones. La división entonces es resultado de las prácticas de un partido, no de las opiniones críticas a él.

Etica. Es una parte de la filosofía que estudia las obligaciones del hombre. Un ejemplo ético es decir lo que se piensa, aunque eso incomode a la clase política. Lo contrario sería, por ejemplo, no decirlo, por temor a quedar fuera del grupo hegemónico que probablemente gobernará al país, de sus candidaturas, de sus secretarías. Lo contrario sería no decirlo, por saber que hay una corriente mayoritaria que favorece a un candidato.

Fraude. Acción contraria a la verdad y a la rectitud: léase elecciones internas partidarias de 1999 y 2003.

Hoteleros. Extraña organización que controla los espacios públicos del Centro Histórico, en especial el zócalo y los criterios culturales de presentaciones masivas gratuitas, demostrando que en la política cultural para los pobres, primero los ricos, decidiendo sobre indicadores mercadotécnicos. Véase también OCESA y alianza pragmática hacia la presidencia.


Imposición. Obligar, forzar, implantar, un candidato, o mejor dicho candidata a gobernadora del Estado de México, o un presidente nacional partidario, o un candidato a jefe de gobierno salido del salinismo. Maniobrar antidemocráticamente para controlar, intervenir, dominar, dirigir, monopolizar, acaparar, mandar en la estructura partidaria.

Jóvenes. Sector etareo de la ciudad de México que representa cerca de 2 millones y medio de chavos y chavas y que, a diferencia de los ancianos y madres solteras, necesitan, según la política social del Gobierno del Distrito Federal, «tutores» para recibir los apoyos económicos para sectores vulnerables con los cuales el ex jefe de gobierno logró una simpatía inusitada. Véase también «Paternalismo».

Keynesianismo. Política económica que favorece el control del Estado sobre los mercados. Política que muchos seguidores del candidato creen, vendrá a imponer cuando sea presidente, regresando al Estado de bienestar. A ellos, les recomendaríamos mejor buscar también en la K pero de Kirschnnerismo, es decir, un régimen que con un discurso de izquierda, continúa las políticas neoliberales. Un régimen que con ciertas decisiones de gobierno, que pueden ubicarse como de izquierda, legitima y fortalece al Estado, pero desmantela, desmoviliza, coopta y divide a los movimientos de izquierda con sencillas políticas sociales que dejan intocadas las relaciones sistémicas de exclusión, dominación y explotación.

Lula. Presidente de Brasil. Presidente de izquierda que recibe críticas, impugnaciones y movilizaciones del movimiento social brasileño, en especial por los escándalos de corrupción, por su política de reforma agraria, por su política de reforma universitaria, por su reforma al sistema de pensiones. Presidente de izquierda que no tiene mayoría sin alianza con el centro derecha. Presidente de izquierda, al que los movimientos de izquierda le exigen y le critican y no por ello se dice que le hacen el juego a la derecha.

Marcelo. Gris precandidato, que impulsó la política de tolerancia cero, bajo la aprobación del Jefe de Gobierno. Este candidateable trató de explicarnos la relación entre el movimiento de graffiteros y el narcotráfico haciendo gala de las mejores expresiones verbales represivas e intolerantes dignas de los tiempos del priísmo. (¿o será mejor decir, del salinismo?)

Neoliberalismo. Política económica a la que sólo hay que «limarle las aristas más filosas» según el candidato de la izquierda partidaria. Los neoliberales piensan que lo importante es atraer la inversión privada, nacional o extranjera que permita el crecimiento de la economía, en otras palabras, continuar con la acumulación y la explotación. El Estado, aunque digan que se debilita, en realidad lo que hace es favorecer a los grupos económicos más importantes y contiene, reprime y mantiene dentro del estado de derecho a los pobres. Por ejemplo, cuando se favorece al grupo Slim en el proyecto del centro histórico y se reprime y expulsa a los ambulantes de ese cuadrante. Como cuando se impulsa y fomenta al sector empresarial de la construcción otorgándole enormes proyectos de obras viales pero se reprime y se expulsa a los invasores pobres de tierras.

OCESA. Poderoso grupo económico que recibió (como muchos otros grupos empresariales) los favores de un jefe de gobierno que buscaba ser candidato viable a la presidencia, recibiendo la renovación de un contrato injusto para la ciudad pero favorable para un grupo con enorme influencia nacional, que determina los parámetros de cultura, espectáculos y entretenimiento, siempre bajo la óptica de la máxima ganancia, incluyendo espacios como el zócalo capitalino. Ver hoteleros, neoliberalismo, alianza pragmática, ética, programa de izquierda, etc. etc.

Pragmatismo. Práctica común en la clase política, utilitaria, vacía de contenido y programa porque se basa en los intereses personales. Práctica deleznable cuyos peores ejemplos son hacer alianzas con grupos económicos de derecha y extrema derecha a través de la política de inversión privada en la Ciudad de México, como vehículo para lograr su anuencia para una posible candidatura del ex jefe de gobierno. Pragmatismo es decir frente a los poderosos que se es de centro y frente a los pobres que se es de izquierda. Es tener un discurso incendiario y polarizador en temas que son populares – como el FOBRAPROA- y no abrir la boca en temas ríspidos que no serán populares o que serán mal vistos por los poderes reales – como la guerra en Irak, como nuestra relación con Estados Unidos o Cuba o como los derechos homosexuales -. Pragmatismo es movilizar y agitar a la población y al aparato partidario cuando los intereses o candidaturas propias están en peligro y desmovilizar y contener al movimiento cuando los intereses propios ya están asegurados. Es usar a la gente.

Relaciones estructurales. Son aquellas que no cambian y que la gente de izquierda, suponemos, queremos que cambien. Son aquellas que permiten que alguien sea muy pobre y alguien desmedidamente poderoso y rico. Son aquellas que destruyen el medio ambiente. Son aquellas que permiten la dominación. Son aquellas de las que no habla el candidato. Son aquellas que el candidato no toca con sus políticas. Son aquellas que quedan, a pesar de que haya gobiernos de izquierda en América Latina.

Slogan. Es una frase que identifica a un producto…o a un candidato. El candidato en cuestión explica así su propio slogan: primero los pobres, porque hay que mantener la estabilidad. Primero los pobres, porque hay que mantener la gobernabilidad. Hay que detener la pobreza. Es un slogan, -está claro- no para los pobres, sino para los poderosos: se le advierte a las oligarquías y a los grupos económicos que es mejor desactivar el conflicto social. No eliminado la pobreza, ni, por supuesto sus causas, sino, utilizando un:


Sedante. Dícese de una política social que desactiva el conflicto, manteniendo las causas y relaciones estructurales que originan la pobreza, la marginación, la exclusión y la explotación y de paso crea una relación vertical, paternalista y clientelar con los beneficiarios que, generalmente, construyen una lealtad política frente a quien la impulsa. Sedante: adormece, desmoviliza, divide, apendeja y coopta a los movimientos. Consigue un enorme apoyo popular.

Tolerancia. Significa no juzgar a quien ha optado por el camino electoral, al fin y al cabo ese camino seguirá. Implica no linchar a quien cree en el candidato. Al fin y al cabo nada su voto detendrá. Pero tolerancia es también aceptar una visión crítica, no providencial del candidato y del partido. Significa tratar de escuchar, aunque no se comparta la visión, de quienes hemos decidido no participar en los procesos electorales y quienes creemos estratégico el trabajar abajo y a la izquierda y quienes de ninguna forma, vemos posible una alianza con la izquierda electoral.

Utilitarismo. Véase pragmatismo. Léase candidato. Léase izquierda moderna, Léase izquierda en el poder.

Voto útil. Política estratégica para sufragar en el año 2000 que cayó en desgracia por algunos efectos colaterales imprevistos, como tener un presidente autista y un estancamiento nacional sexenal. Política que ha sido revivida por sus promotores, pero ahora, para sufragar hacia la «izquierda».

Wal Mart. Uno de los tres grupos económicos favorecido indirectamente por la política social del Gobierno del Distrito Federal y que explica porqué, ciertos sectores empresariales, y hasta Washington han hecho declaraciones donde dan su anuencia a un posible presidente «de izquierda». Wal Mart recibe el mayor porcentaje de compras a través de las tarjetas electrónicas con las que el Gobierno del Distrito Federal apoya a los pobres. Wal Mart, si, esa empresa que no permite la sindicalización, sí, Wal Mart, esa empresa que, aliada con las mayores empresas transnacionales como Nestlé o Kraft destruye el pequeño y mediano comercio. Si, Wal Mart recibe el dinero que salió de la ciudadanía, pasó por el Estado, regresó a la ciudadanía y termina en manos de los dueños de Wal Mart. Los pobres tienen un poco para respirar y las ganancias van a un poderoso grupo comercial. Todos contentos.

Yeidckol. Palabra impronunciable para demostrar que uno no es un candidato peligroso a la presidencia. Señal de humo que se utiliza en periodos electorales para demostrarle a los grupos reales de poder que la izquierda partidaria, ya no es una izquierda que toma pozos petroleros, sino una izquierda que puede aliarse con los empresarios. Véase también imposición, primero los ricos, pragmatismo y humor involuntario.

Zapatismo. Organización indígena que nos propone, a través de la Sexta Declaración de la Selva Lacandona que construyamos un movimiento más allá de la coyuntura electoral. Un movimiento que tenga la fuerza para obligar al que mande, que mande obedeciendo. Un movimiento que si regresa el PRI, resista, pero que si gana el candidato, siga luchando, por democracia, libertad y justicia, a través de un programa nacional de lucha hasta que este se cumpla. Un movimiento no partidario, de los de abajo, autónomo de la clase política que pueda, quizá como en Brasil, seguir enarbolando las demandas de los sin voz, seguir luchando, aunque arriba los poderosos se vistan de rojo y a la izquierda. Un movimiento que, en el futuro, pueda convertirse en una fuerza constituyente. Un movimiento, estratégico, no para la izquierda, no para el zapatismo, sino para todos los mexicanos. Un movimiento que luche y al hacerlo, haga posible la autoorganización y una nueva práctica política de abajo hacia arriba. De ese movimiento, de esa red de autonomías y resistencias, dependen las luchas de todos y todas. No de la elección y no del candidato. Un movimiento abajo y a la izquierda que luche, por un nuevo país, por un nuevo mundo. Zapatismo. La piedra en el zapato de la clase política. Zapatismo. La última palabra de nuestro diccionario. Una de las que abre el camino hacia el mañana.[2]

Agosto 2005.


[1] Enrique Pineda es integrante de jóvenes en resistencia alternativa y recién egresado de la carrera de sociología en la UAM Xochimilco.
[2] Nota para el sospechosismo: esta posición crítica, es añeja. Frente al PRD al menos desde hace 5 años y frente a AMLO, al menos desde hace tres y la hemos hecho pública en otros documentos y en nuestras opiniones en los foros , espacios, asambleas o cualquier otro lugar donde correspondía.

«Esta sociedad civil es el verdadero hogar y escenario de toda la historia…resulta absurda la concepción que sólo mira, con su limitación, a las resonantes acciones y a los actos del estado…»

Karl Marx