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“Oye, presidente Bush: ¿Por qué no te callas?”

Dos imbéciles, Bush y Saakashvili

Fuentes: CounterPunch

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

El régimen neoconservador de Bush y los medios estadounidenses ocupados por Israel llevan a un mundo inocente hacia la guerra nuclear.

En los años de Reagan fue creada la Fundación Nacional por la Democracia como instrumento de la guerra fría. Actualmente la NED es una agencia controlada por los neoconservadores para la hegemonía mundial de EE.UU. Su principal función es dedicar mucho dinero estadounidense y amañar elecciones estadounidenses en antiguas partes constituyentes de la Unión Soviética a fin de rodear a Rusia con Estados marionetas de EE.UU.

El régimen neoconservador de Bush utilizó la NED para intervenir en los asuntos internos de Ucrania y Georgia, de acuerdo con el plan neoconservador de establecer regímenes políticos amigos de EE.UU. y hostiles a Rusia en esas dos antiguas partes constituyentes de Rusia y de la Unión Soviética.

La NED también fue utilizada para desmembrar la antigua Yugoslavia con sus intervenciones en Eslovenia, Serbia y Montenegro.

Allen Weinstein, quien ayudó a redactar la legislación que estableció la NED, declaró al Washington Post en 1991 que gran parte de lo que la NED hace «actualmente fue realizado de modo clandestino por la CIA hace 25 años».

Tras haber situado como presidente de Georgia al títere Mikhail Saakashvili, el régimen de Bush trató de introducir Georgia en la OTAN.

Los lectores demasiado jóvenes han de saber que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) fue una alianza militar entre EE.UU. y países europeos occidentales para resistir cualquier acción soviética en Europa Occidental [y para asegurarse de que los países europeos se alinearan en apoyo de EE.UU. y compraran sus sistemas de armamentos. La OTAN ha perdido su justificación desde la implosión política de la Unión Soviética hace casi dos décadas. Los neoconservadores convirtieron a la OTAN en otro instrumento, como la NED, de la hegemonía mundial de EE.UU. Subsiguientes gobiernos de EE.UU. violaron los acuerdos que el presidente Reagan había establecido con Mikhail Gorbachev, el último dirigente soviético, y han incorporado a antiguas partes del imperio soviético en la OTAN. El objetivo neoconservador de cercar a Rusia con una alianza militar hostil ha sido proclamado en numerosas ocasiones.

Los miembros europeos de la OTAN se negaron a admitir a Georgia, ya que lo consideraban una afronta provocadora contra Rusia de la que depende Europa Occidental para su suministro de gas. A los europeos también les inquieran las intenciones de Bush de instalar defensas de misiles balísticos en Polonia y en la República Checa ya que la consecuencia será que habrá misiles crucero nucleares rusos apuntados hacia capitales europeas. Los europeos no ven la ventaja de ayudar a EE.UU. a bloquear represalias rusas contra EE.UU. a costas de su propia existencia. Las defensas de misiles balísticos no son útiles contra misiles crucero.

Todos los países están cansados de guerras con la excepción de EE.UU. La guerra, incluyendo la guerra nuclear, es la estrategia neoconservadora para la hegemonía mundial.

Todo el mundo, con la excepción de los estadounidenses, sabe que el desencadenamiento de un conflicto armado entre Rusia y las fuerzas georgianas en Osetia del Sur se debió enteramente a EE.UU. y a su títere en Georgia, Saakashvili. En todo el mundo, sólo los estadounidenses ignoran que las hostilidades fueron iniciadas por Saakashvili, porque Bush, Cheney y los medios estadounidenses ocupados por Israel han vuelto a mentirles.

Todo el resto del mundo sabe que el inestable y corrupto Saakashvili, quien proclama la democracia y dirige un Estado policial, no habría enfrentado a Rusia atacando a Osetia del Sur a menos que Washington le hubiera dado visto bueno.

El propósito del ataque georgiano contra la población rusa de Osetia del Sur es doble:

  • Convencer a los europeos de que su acción al retardar la membresía de Georgia en la OTAN es la causa de «la agresión rusa» y que para salvar a Georgia de la conquista, hay que otorgarle la membresía en la OTAN.

  • Realizar una limpieza étnica de Osetia del Sur contra su población rusa. Dos mil civiles rusos fueron atacados y muertos por el ejército georgiano equipado y entrenado por EE.UU., decenas de miles huyeron a Rusia. Después de lograr ese objetivo, Saakashvili y sus titiriteros en Washington pidieron rápidamente un cese al fuego y la detención de «la invasión rusa.» Esperan que la población rusa tema retornar o que se pueda impedir que retorne, eliminando así la amenaza secesionista.

Sin duda el régimen de Bush puede timar a la población estadounidense, como lo hizo con las armas de destrucción masiva iraquíes, las bombas nucleares iraníes, y el propio 11-S, pero el resto del mundo no se lo traga, ni siquiera los aliados europeos comprados y pagados por EE.UU.

Escribiendo en Asia Times, el embajador M. K. Bhadrakumar, ex diplomático de carrera en el Foreign Service indio, señala la desinformación con la que trafica EE.UU. y los medios de EE.UU. e informa que «al estallar la violencia, Rusia había tratado que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas expidiera una declaración llamando a Georgia y Osetia del Sur a deponer de inmediato las armas. Sin embargo, Washington se desinteresó.»

El embajador Bhadrakumar señala que el recurso a la violencia y a la propaganda por EE.UU. y Georgia ha eliminado la creencia del gobierno ruso en que la diplomacia y la buena voluntad puedan lograr una solución del problema de Osetia del Sur. Si Rusia lo quisiera, podría terminar a voluntad con la existencia de Georgia, y no hay nada que EE.UU. pueda hacer al respecto.

Es seguro que la invasión georgiana de Osetia del Sur fue un evento orquestado por el régimen de Bush. Los medios estadounidense y los think tanks neoconservadores estaban preparados con sus guerras relámpago propagandísticas. Los neoconservadores ya tenían preparado un artículo para Saakashvili en la página editorial del Wall Street Journal en el que declara que «la guerra en Georgia es una guerra por Occidente.»

Enfrentado al colapso de su ejército cuando Rusia envió tropas a fin de proteger a los surosetios contra las tropas georgianas, Saakashvili declaró: «Esto ya no tiene que ver con Georgia. Tiene que ver con EE.UU., sus valores.»

La neoconservadora Heritage Foundation en Washington, D.C., convocó rápidamente a una conferencia patrocinada por el belicista Ariel Cohen: «¡Urgente! Evento: Guerra Ruso-Georgiana: Un desafío para EE.UU. y el Mundo.»

El Washington Post presentó el tamborileo de guerra del neoconservador Robert Kagen: «Putin entra en acción.»

Sólo un badulaque como Kagen podría pensar que si Putin quisiera invadir Georgia lo haría desde Beijing, o que después de poner en fuga al ejército georgiano entrenado por los estadounidenses, no seguiría adelante y conquistaría toda Georgia para terminar con las maquinaciones de EE.UU. en la frontera más delicada de Rusia, maquinaciones que en última instancia podrían terminar en una guerra nuclear.

El New York Tiimes presentó los desvaríos de Billy Kristol: «¿Se saldrá con la suya Rusia?» Kristol vocifera contra «regímenes dictatoriales, agresivos y fanáticos» que «parecen contentos al colaborar para debilitar la influencia de EE.UU. y de sus aliados democráticos.» Kristol presenta un nuevo eje del mal – Rusia, China, Corea del Norte e Irán – y advierte contra «retraso e indecisión» que «sólo invitan nuevas amenazas y peligros más graves.»

En otras palabras: «atacad a Rusia ahora.»

Dick Cheney, el demencial vicepresidente estadounidense, llamó por teléfono a Saakashvili para expresar la solidaridad de EE.UU. con Georgia en el conflicto con Rusia y declaró: «La agresión rusa no puede quedar sin respuesta. Sólo un idiota diría a Saakashvili otra cosa que no sea «cesar de inmediato.»

¿Cuál será el efecto sobre los servicios de inteligencia y los militares de EE.UU. de la declaración propagandística e irresponsable de Cheney de apoyo de EE.UU. para los crímenes de guerra de Georgia? ¿Cree realmente alguien que la CIA o algún servicio de inteligencia de EE.UU. dijo al vicepresidente que Rusia inició el conflicto con una invasión? Las tropas rusas llegaron a Osetia del Sur después que miles de osetios habían sido muertos por el ataque georgiano y después que decenas de miles de osetios habían huido a Rusia para escapar al ataque georgiano. Según las noticias, las fuerzas rusas han capturado a estadounidenses que estaban con las tropas georgianas dirigiendo su ataque contra civiles.

Los militares de EE.UU. ciertamente carecen de recursos para una guerra contra Rusia aparte de guerras perdidas en Iraq y Afganistán y una guerra planificada contra Irán.

Con su aventura georgiana, el régimen de Bush se hace culpable de una nueva serie de crímenes de guerra. ¿Cuál será la consecuencia?

Muchos responderán que ya que se salió con la suya con el 11-S, Afganistán, Iraq y con sus preparativos para atacar Irán, el régimen de Bush también lo hará con su aventura georgiana.

Es posible, pero esta vez el régimen de Bush se extralimitó.

Es seguro que ahora Rusia se da cuenta de que EE.UU. está determinado a ejercer su hegemonía sobre Rusia y es su peor enemigo.

China se da cuenta de que EE.UU. amenaza su propio suministro de energía y, con ello, su economía.

Incluso los aliados europeos de EE.UU., exasperados por su papel en el suministro de tropas para el Imperio de EE.UU., deben darse cuenta ahora de que es peligroso ser aliado de EE.UU. y que no representa beneficio alguno. Si Georgia llega a ser miembro de la OTAN y renueva su ataque contra Osetia del Sur, arrastrará a Europa a una guerra con Rusia, principal proveedor de energía a Europa.

Además, si tropas rusas son enviadas a través de las fronteras europeas, no hay nada que pueda detenerlas.

¿Qué ofrece EE.UU. a Europa, aparte de los millones de dólares que paga para comprar dirigentes políticos en Europa para asegurar que traicionen a sus propios pueblos? Nada en absoluto.

La única amenaza militar que enfrenta Europa proviene de ser arrastrada a las guerras de EE.UU. para establecer la hegemonía estadounidense.

EE.UU. está en bancarrota financiera, con déficit presupuestarios y comerciales que exceden los déficit combinados del resto el mundo en su conjunto. El dólar flaquea. El mercado de consumo estadounidense se muere por la subcontratación en el extranjero de puestos de trabajo estadounidenses y, con ello, de los ingresos, y por el efecto sobre la riqueza de los colapsos de los bienes raíces y de los derivados. EE.UU. no tiene nada que ofrecer a Europa. Por cierto, la decadencia económica estadounidense está destruyendo las exportaciones europeas al aumentar el valor del euro.

EE.UU. perdió hace tiempo su autoridad moral. La hipocresía se ha convertido en la característica más conocida de EE.UU. Bush, el invasor de Afganistán e Iraq sobre la base de mentiras y engaño, vocifera contra Rusia porque sale a la defensa de sus mantenedores de la paz y de ciudadanos rusos en Osetia del Sur. Bush que arrancó a Kosovo del corazón de Serbia y lo entregó a los musulmanes, ha tomado una posición intransigente contra otros movimientos separatistas, especialmente los surosetios que quieren formar parte de la Federación Rusa.

El régimen neoconservador de Bush está furioso porque el oso ruso no se dejó intimidar por la agresión del Estado títere estadounidense, Georgia, apoyado por EE.UU. En lugar de aceptar el acto de hegemonía estadounidense que exigía el guión neoconservador, Rusia puso en fuga aterrorizada al ejército georgiano aleccionado por EE.UU.

Después de fracasar en el uso de las armas, el régimen de Bush desata ahora la retórica. La Casa Blanca advierte a Rusia que la no aceptación de la hegemonía de EE.UU. podría tener «un impacto significativo, a largo plazo, sobre las relaciones entre Washington y Moscú.»

¿Es posible que los imbéciles que forman el régimen de Bush no comprendan que salvo con un ataque nuclear por sorpresa contra Rusia, no hay absolutamente nada que EE.UU. pueda hacerle a Moscú?

El régimen de Bush no posee moneda rusa que pueda vender para destruir su valor. Los rusos poseen dólares estadounidenses.

El régimen de Bush no posee bonos rusos que pueda vender para destruir su valor. Los rusos poseen bonos estadounidenses.

EE.UU. no puede cortar los suministros de energía de Rusia. Rusia puede cortar la entrega de energía a los aliados europeos de EE.UU.

El presidente Reagan negoció el fin de la guerra fría con el presidente soviético Gorbachev. Los neoconservadores, a los que Reagan despidió y expulsó de su gobierno, estaban furiosos. Los neoconservadores habían esperado ganar la guerra fría, estableciendo al hacerlo la hegemonía de EE.UU.

El establishment republicano estableció su hegemonía bajo Bush I, la que había perdido bajo Ronald Reagan. Con esa proeza, la inteligencia fue expulsada del Partido Republicano.

Los neoconservadores urdieron su retorno con la Primera Guerra del Golfo y su propaganda, mentiras puras, de que soldados iraquíes pasaron a la bayoneta a bebés kuwaitíes en hospitales.

Los neoconservadores volvieron a reaparecer con el presidente Clinton, al que convencieron para que bombardeara Serbia a fin de permitir que movimientos separatistas se convirtieran en Estados independientes dependientes de EE.UU.

Con Bush II, los neoconservadores tomaron el poder. Su agenda, la hegemonía mundial de EE.UU., incluye la hegemonía israelí en Oriente Próximo.

Hasta ahora los ardides de esos ideólogos ignorantes y peligrosos han fracasado miserablemente. Iraq, antes en manos de suníes seculares que representaban una barrera para Irán, está, después de la invasión y ocupación por EE.UU., en manos de chiíes religiosos aliados con Irán.

En Afganistán, resurgen los talibanes, y un gran ejército de la OTAN y EE.UU. es incapaz de controlar la situación.

Una consecuencia de la guerra afgana de los neoconservadores ha sido la pérdida de poder del presidente títere estadounidense de Pakistán, un país musulmán armado de armas nucleares. El presidente títere enfrenta ahora la recusación, y los militares paquistaníes han informado a los estadounidenses que dejen de realizar operaciones militares en territorio paquistaní.

Los títeres estadounidenses en Egipto y Jordania podrían ser los próximos en caer.

En Iraq, los chiíes, después de completar su limpieza étnica de suníes en los vecindarios, han declarado un cese al fuego a fin de contradecir la propaganda de EE.UU. de que la retirada estadounidense conduciría a un baño de sangre. Negociaciones sobre las fechas de retirada están en vías de ejecución entre los estadounidenses y el gobierno iraquí, que ya no se comporta como marioneta.

El año pasado Hugo Chávez ridiculizó a Bush ante la ONU. Putin, de Rusia, ridiculizó a Bush como Camarada Lobo.

El 12 de agosto de 2008, Pravda ridiculizó a Bush: «Bush, ¿Por qué no te callas?»

Los estadounidenses podrán pensar que son una superpotencia que hace temblar al mundo. Pero no a los rusos.

Estos estadounidenses suficientemente estúpidos como para pensar que la «superpotencia» de EE.UU. asegura a sus ciudadanos contra el peligro, harían bien en leer el desdén total por el presidente Bush mostrado en Pravda:

«Presidente Bush,

«¿Por qué no te callas? Supón, por ejemplo, que Rusia declarase que Georgia posee armas de destrucción masiva. Y que Rusia supiera dónde están esas ADM, es decir, en Tbilisi y Poti y en el norte, sur, este y oeste. Y que tiene que ser verdad, porque existe una «magnífica inteligencia sobre asuntos extranjeros», como son fotos satelitales de fábricas de leche en polvo y de cereales para lactantes que producen armas químicas y que actualmente están siendo «transportadas por el país en vehículos». Supón, por ejemplo, que Rusia declarase que «Saakashvili engañó al mundo» y que «ha llegado la hora de un cambio de régimen».

Simple, ¿verdad, presidente Bush?

«Así que ¿por qué no te callas? ¡Oh!, y a propósito, envía a unos pocos más de tus asesores militares a Georgia; están haciendo un trabajo de primera. Y se ven tan divertidos cuando los miras por las gafas de visión nocturna. Todos verdecitos.»

EE.UU. no es una superpotencia. Es una farsa en bancarrota dirigida por imbéciles que llegaron a sus puestos mediante elecciones robadas, amañadas por Karl Rove y Diebold. Es un hazmerreír que agravia con su ignorancia e intenta de intimidar a un país enorme equipado con decenas de miles de armas nucleares.

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Paul Craig Roberts fue secretario adjunto del Tesoro en el gobierno de Ronald Reagan. Asimismo, fue redactor jefe asociado del Wall Street Journal, en su sección de editoriales, durante 16 años columnista de Business Week, y columnista de Scripps Howard News Service and Creator’s Syndicate en Los Angeles. Ha ocupado numerosas cátedras universitarias, incluyendo la Cátedra William E. Simon Chair en Economía Política, Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, Universidad de Georgetown e Investigador Invitado Sénior, Hoover Institution, Universidad Stanford. Fue condecorado con la Legión de Honor por el Presidente de Francia y con la Medalla de Plata del Tesoro de EE.UU. por «sobresalientes contribuciones a la formulación de la política económica de EE.UU.»

http://www.counterpunch.org/roberts08132008.html