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A favor del consumo responsable

Economía solidaria, redes para el cambio social en Argentina

Fuentes: APM

En tiempos difíciles para la producción nacional; la lucha que realiza la Red de Comercio Justo y la Red de Economía Solidaria en Argentina, constituyen ejemplos de organización y respeto por la tierra.La mentada crisis del 2001, que provocó consecuencias terribles para millones de argentinos, fue también el punto de partida para otras personas que […]

En tiempos difíciles para la producción nacional; la lucha que realiza la Red de Comercio Justo y la Red de Economía Solidaria en Argentina, constituyen ejemplos de organización y respeto por la tierra.

La mentada crisis del 2001, que provocó consecuencias terribles para millones de argentinos, fue también el punto de partida para otras personas que pudieron ver una alternativa a tanta desolación.

La Red de Comercio Justo en Argentina, nació en ese contexto, como un espacio abierto en el que confluyeron productores del campo y de la ciudad, que cansados de la explotación que sufrían, buscaron una distribución más equitativa de las ganancias obtenidas por la venta de sus productos.

Llegar a un precio justo y razonable para todos los integrantes que conforman la cadena de distribución, es el objetivo de la Red. Pero no se trata sólo de una estrategia de comercialización para los productos que deben enfrentar la competencia del mercado. Es una manera de revalorizar la tierra, una apuesta al trabajo comunitario y una declaración de derechos acerca de la soberanía alimentaria.

En la ciudad de Córdoba, la Red de Comercio del Movimiento Campesino, está integrada por estudiantes del Movimiento de Base de Agronomía (MBA) y trabajadores de la Asociación de Productores del Noroeste de Córdoba (APENOC) que en el año 2002 se organizaron para construir diferentes herramientas con las cuales pudieran luchar contra las desigualdades que establecía el mercado capitalista.

La venta sin intermediarios es una de ellas, ya que les permite a los productores definir los precios y asignarle el valor que merece su trabajo. De esta manera se crea una relación directa entre los productores y los consumidores, y se puede llegar a más familias.

Desde la primera campaña y el primer éxito, que fue la venta de cabritos en forma masiva y eventual en el ámbito de la ciudad, han transcurrido cinco años y se han sumado distintos productos. Arropes, dulces y licores, conforman un universo de tradiciones que trasciende el acto de consumir estos alimentos y se basa en el respeto por el medioambiente.

El Movimiento Campesino de Córdoba así lo expresa: «a través de nuestra principal actividad; la venta de los productos campesinos, transmitimos todo un proceso que es básicamente nuestra particular forma de acercarnos a la tierra. Creemos que el hombre es parte de la tierra, y viceversa, y la producción, es el cómo nos relacionamos con ella. Cómo producimos legitima nuestra lucha por la tierra».

Hoy, la estructura estable de la red, se relaciona con otras organizaciones sociales, como el Movimiento Nacional Campesino e Indígena de Argentina; integrado por las provincias de Santiago del Estero, Córdoba, Jujuy, Salta, Misiones, Mendoza, San Juan y Buenos Aires.

Ellos realizan acciones relacionadas con el desarrollo de su comunidad, a través del empleo, la producción y la seguridad alimentaria. También implementan tareas de divulgación de las problemáticas actuales, como la tenencia de las tierras y el cuidado de los recursos naturales con el objetivo de concientizar a la sociedad civil.

A su vez, la red de Comercio Justo se articula con la Red de Economía Solidaria Tacurú, que en Buenos Aires cuenta con un importante grupo que se encarga de comercializar los productos de la red, y construir un proyecto político de economía alternativa que promueva el cambio social.

Su Página Web www.redtacuru.com.ar, explica que eligieron ese nombre porque así se denomina en guaraní a una clase de hormiguero de gran tamaño que se construye gracias al trabajo conjunto de las hormigas. Esa es la base de la red cuya idea principal es tender lazos solidarios hacia los que deseen integrarse.

Luciana García Guerreiro es socióloga y forma parte del equipo de difusión. Cuenta que a principios del año 2002 se reunió con algunos compañeros interesados en reflexionar acerca de las nuevas prácticas de producción e intercambio. Ese fue el comienzo del colectivo La Yunta que se constituyó como una necesidad de llevar al plano intelectual el tema del trabajo cooperativo.

Se vincularon a la red en el ámbito de la educación popular, a través del dictado de talleres de capacitación y desde hace un año, se involucraron aún más en la cuestión organizativa y de comercialización cuando realizaron la primera entrega de pedidos proveniente de los demás miembros del grupo.

Con el transcurso del tiempo, se han generado nuevos vínculos. Al ser una «red» la interacción es constante y los espacios se abren para todos los que deseen participar. Movimientos de desocupados, trabajadores autogestionados, campesinos, estudiantes y consumidores responsables aportan su visión y buscan transformar la realidad.

Hoy son 17 las diferentes organizaciones de Argentina que se comprometen con los objetivos de la red. El trabajo cooperativo en contra de la explotación de las personas, y la elaboración de productos sanos «agroecológicos» que no dañen la salud ni atenten contra la naturaleza son principios fundamentales para pensar en una nueva forma de producir y de consumir.

Pastas caseras, sin aditivos, elaboradas en el barrio de Flores; pollos de campo y verduras frescas provenientes de San Vicente, provincia de Buenos Aires; libros y videos de diversos emprendimientos independientes y yerba mate TI TRA Y JU (Tierra, Trabajo y Justicia), del Movimiento Agrario Misionero; son algunos ejemplos de lo que se puede obtener acercándose a la red.

En Buenos Aires se accede a estos elementos en los núcleos de consumo responsable, que se hallan diseminados en Capital Federal. En cada núcleo se agrupan los vecinos, familiares y amigos para hacer las compras comunitarias.

Hay un equipo que recibe todos los pedidos, un coordinador que junta el dinero y efectúa el pedido a la red Tacurú mediante correo electrónico, y otro equipo que se encarga de repartirlos en la fecha y en el lugar acordado. También se organizan ferias en donde se ofrecen diversos productos y plenarios en los que se debaten estos temas.

«La idea es pensar en cada uno de los espacios económicos de nuestras vidas: la producción, el intercambio, el consumo. Ser críticos. Pensar en que nos podemos organizar de otra manera» explica Lorena, «además tener en cuenta que esto es chico y todavía no molesta, pero estamos yendo muy a contrapelo de los vínculos económicos hegemónicos y en ese sentido es difícil culturalmente incorporar la idea de un consumo crítico».

Mientras tanto la Red de Comercio Justo continúa en expansión. Si bien emergió en Europa, en los años `50, su objetivo y su lucha abarcan todo el planeta.

El lema de Red Tacurú: «Tejiendo Redes para el Cambio Social» implica un trabajo colectivo tanto en la práctica como en la teoría. Es la suma de esfuerzos de todos los integrantes. Comprenderlo y adoptarlo desde el consumo; es una decisión política.