El Gobierno estadounidense estaría estudiando la retirada de parte de sus tropas de combate de Irak a partir del próximo mes de setiembre, según fuentes militares y de la Administración citadas ayer por «The New York Times» en su página web. Según el diario, la situación en Afganistán, donde los talibán y los insurgentes han […]
El Gobierno estadounidense estaría estudiando la retirada de parte de sus tropas de combate de Irak a partir del próximo mes de setiembre, según fuentes militares y de la Administración citadas ayer por «The New York Times» en su página web. Según el diario, la situación en Afganistán, donde los talibán y los insurgentes han intensificado su lucha, es uno de los factores que ha propiciado la consideración de la retirada, ya que la actual situación hace necesario desplegar un mayor número de efectivos en Afganistán, donde en mayo y junio murieron más soldados de las fuerzas ocupantes que en Irak.
Aunque todavía no se ha tomado ninguna decisión firme, las fuentes citadas por el diario aseguran que entre una y tres de las quince brigadas de combate actualmente en el país árabe podrían haber abandonado Irak cuando su presidente, George W. Bush, deje la Casa Blanca el próximo enero.
Según «The New York Times», este movimiento responde a la visión de muchos en el Pentágono de reducir la tensión en los militares, pero también de tener más tropas para Afganistán y, potencialmente, para otras misiones.
También el diario «The Washington Post» se refirió ayer a las tropas estadounidenses en Irak e informó de que EEUU e Irak han abandonado sus esfuerzos para concluir un acuerdo sobre el estatus de los soldados a largo plazo antes de que finalice el mandato de Bush, y han dejado en manos de la futura Administración las negociaciones sobre la extensión de la ocupación militar estadounidense en el país árabe.
Los dos países están ahora elaborando un documento «puente», más limitado tanto en tiempo como en objetivos, que permitirá que las tropas estadounidenses continúen desarrollando «operaciones militares básicas» después de que finalice el mandato de la ONU a finales de año.
Inmunidad
El asunto más controvertido sin resolver es la inmunidad legal para las tropas estadounidenses y el personal del Ministerio de Defensa frente a los tribunales iraquíes. La Casa Blanca ha aceptado la negativa iraquí a garantizar la inmunidad a los mercena- rios que colaboran con las tropas estadounidenses.
Mientras Bagdad y Washington negocian los términos de este acuerdo sobre la presencia de tropas estadounidenses a largo plazo, las autoridades colaboracionistas iraquíes reclaman un calendario de retirada y algunos dirigentes, es el caso Mouaffak al-Roub, han asegurado que no habrá acuerdo sin fecha precisa de retirada.
Las nuevas pretensiones iraquíes de lograr un calendario para la retirada de las tropas ocupantes estadounidenses podrían hacer sonar la hora del repliegue, aunque Bush no parece tener prisa por realizar ese movimiento. El 24 de mayo de 2007 señaló que «estamos allí invitados por el Gobierno iraquí. Es un país soberano (…), si nos piden que nos vayamos, nos iremos» y eso es, más o menos, lo que les han pedido las autoridades colaboracionistas iraquíes, pero la situación no cambia.