Sin esperar a tener en sus manos el informe de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) EEUU y sus aliados trabajaban ya ayer en una nueva resolución, que presentarán al Consejo de Seguridad, y que supone otra vuelta de tuerca en las sanciones contra Irán. En la ONU todos los diplomáticos mantenían ayer las […]
Sin esperar a tener en sus manos el informe de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) EEUU y sus aliados trabajaban ya ayer en una nueva resolución, que presentarán al Consejo de Seguridad, y que supone otra vuelta de tuerca en las sanciones contra Irán.
En la ONU todos los diplomáticos mantenían ayer las formas al asegurar públicamente que había que esperar al informe de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) sobre el programa nuclear iraní.
No obstante, y sotto voce, estas mismas fuentes presentaban como «inevitable» una nueva y más dura resolución contra la República Islámica de Irán.
Un diplomático de EEUU, adalid de la presión contra Teherán, negó categóricamente la existencia de un texto prenegociado con sus aliados europeos y que estaría ya en circulación antes de que el Consejo de Seguridad recibiera el informe oficial de la agencia, cn sede en Viena.
Desmentido tajante matizado por un embajador occidental que, bajo condición de anonimato, adelantó que «se están barajando varios elementos, como incluir la prohibición taxativa de viajar» a responsables vinculados al programa nuclear cuyas cuentas en el extranjero ordenaba congelar la anterior resolución, la 1737, aprobada el pasado 23 de diciembre. Tampoco estudian pasar del embargo nuclear actual al embargo total de armas.
El objetivo ahora sería aprobar un nuevo texto con las medidas que entonces propuso EEUU y que fueron rechazadas por Rusia y China, con capacidad de veto y que consiguieron limitar su alcance sancionador.
Esta resolución abrió un plazo de dos meses, que expiró ayer, para que Teherán suspendiera su enriquecimiento de uranio o, de lo contrario, amenazaba con endurecer las sanciones.
El contenido del informe que Mohamed ElBaradei tenía previsto entregar a los 35 miembros de la AIEA y al Consejo de Seguridad está cantado. «Salvo un giro espectacular, confirmaré que Irán no ha cumplido las demandas de la comunidad internacional», adelantó el director general de la agencia.
Llamamiento de Irán
Mientras su presidente, Mahmud Ahmedinejad, reiteraba que Irán seguirá con su programa nuclear civil, «imprescindible para el progreso y desarrollo de nuestro país», el representante especial del guía supremo iraní, ayatolah Ali Jamenei, pidió al Estado francés, Alemania, Rusia y China que «atemperen» a EEUU. Lo hizo en nombre de las buenas relaciones de Irán con estos países. La respuesta francesa no se hizo esperar. De visita en Moscú, el ministro francés de Exteriores, Philippe Douste-Blazy, anunció que el Consejo de Seguridad «debe preparar un nueva resolución que vaya un poco más allá».
Posición alineada con la que defiende Israel. El primer ministro, Ehud Olmert, apostó por dar una nueva vuelta de tuerca en las sanciones económicas contra Irán. Con su habitual cinismo, el jefe del Gobierno de un Estado que tiene un arsenal atómico y no se somete a la AIEA insistió en que Irán «está más cerca del arma nuclear de lo que desearíamos».
India, otro aliado de EEUU, potencia nuclear y fuera de la disciplina de la AIEA, se sumó ayer a las sanciones contra Irán.
Mientras tanto, Rusia apela estos días a «impagos» -desmentidos por Teherán- para congelar las obras de construcción de la central nuclear de Busher. Toda una casualidad.
El presidente iraní exigió a Occidente «respeto para con el pueblo iraní» y reiteró que Teherán seguirá con su programa nuclear, «imprescindible para el progreso y desarrollo de nuestro país»
La secretaria de Estado de EEUU reiteró su oferta a Irán si renuncia al enriquecimiento de uranio: Washington reestablecería las relaciones diplomáticas que cortó con Teherán tras la Revolución iraní.
El representante especial del guía supremo de Irán, ayatolah Jamenei, pidió al Estado francés, Alemania, Rusia y China que «atemperen» a EEUU y sus planes cada vez más agresivos contra Irán.
La secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice, señaló que «desgraciadamente, los iraníes no han accedido a las exigencias de la comunidad internacional». Desde Berlín, donde presidió una reunión del Cuarteto sobre Oriente Medio, Rice se permitió aconsejar a Teherán. «Su mejor elección sería suspender el enriquecimiento de uranio y sus actividades de investigación», aseguró.
En esta línea, reiteró la oferta de EEUU de reanudar las relaciones diplomáticas con Irán, que Washington suspendió unilateralmente tras la Revolución iraní de 1979. «Ya les dije en mayo que estoy dispuesta a encontrarme con mi homólogo iraní cuando y donde él quiera si suspenden el enriquecimiento».
El presidente iraní, Mahmud Ahmedinejad, exigió a Occidente «respeto» para con el pueblo iraní que, insistió, no cederá ante «los imperialistas». El Gobierno iraní aseguró que está ultimando los preparativos para que el Ejército esté listo ante una agresión aunque dio preferencia «a la vía de la negociación.