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Ejercicios de libertad

Fuentes: La Jornada

Se ha demostrado que todos los cultivos, si son bien tratados, nacen, crecen y se reproducen, sin pesticidas, que son venenos nada saludables. Frente a las monolíticas corporaciones energéticas y dominantes, pequeñas cooperativas hacen, distribuyen y venden energía local y verde. Un político es una persona como las demás, ni más ni menos, y ni […]

Se ha demostrado que todos los cultivos, si son bien tratados, nacen, crecen y se reproducen, sin pesticidas, que son venenos nada saludables. Frente a las monolíticas corporaciones energéticas y dominantes, pequeñas cooperativas hacen, distribuyen y venden energía local y verde. Un político es una persona como las demás, ni más ni menos, y ni más ni menos tiene que ser su salario. Para evitar la pobreza se crea una renta ciudadana mínima…

Las bolsas de plásticos se eliminan, las bolsas de valores se prohíben y las agencias de bolsa y rating se extinguen, como los mamuts. A las transacciones económicas especulativas se aplicará la tasa Tobin o el impuesto Robin Hood. Las monedas ahorradas se depositarán en cooperativas de crédito o en bancas éticas. Los paraísos fiscales quedan excomulgados y se proclama la economía del bien común. Sin soberanías monárquicas ni dictatoriales del mercado se recupera la soberanía alimentaria, energética, sexual y la que soberanamente usted tenga a bien proponer. Los mercados del libre comercio se sustituyen por mercados con comercios de alcachofas, pollos camperos y truchas salvajes. El déficit de los estados se resuelve con la defunción del aparato militar. Y con las armas sin uso se fabrican arados y arpas…

Para evitar el hambre se prohíbe el acaparamiento de tierras y especular con los alimentos. La tierra no se vende, se defiende, porque no es de nadie y así es de todos. Las deudas hay que auditarlas. Las injustas tienen un tratamiento justo, no pagarlas y las deudas justas y no pagadas, como la deuda ecológica, tienen un tratamiento que pasa por reconocerlas. Los estados que se llaman laicos que dejen de financiar a las iglesias apostólicas, romanas o católicas y se promueve contra toda corriente, pero sin cuentas corrientes, la meditación y la reflexión, gratis y sostenible…

Explican que se puede vivir sin dinero, y nos presentan las redes de intercambio. O se puede vivir dando valor a los bienes con monedas locales, haciendo imposible la especulación globalizada y el poder bancario. Estas monedas locales, sin reyes en el dorso, se pueden prestar desinteresadamente, porque se devuelven sin intereses…

Los mandamases mandan como quieren y no cuentan con la gente, pero la gente cuenta que hay democracias cooperativistas o inclusivas, donde las decisiones son bien aceptadas. Por ejemplo, se decide que las consultas o referéndums sean populares y que los plenarios de las instituciones públicas no exijan etiqueta. Por ejemplo, que las leyes electorales no privilegien a los siempre favoritos y que los favoritos dejen de tener privilegios, palcos y perdones…

Todas las escuelas del mundo enseñarán un idioma común: el lenguaje no sexista y no violento. En las universidades no se sentará cátedra, en las academias no se instruirán doctrinas, los planes formativos serán la educación liberadora para hacernos a todas y todos diferentes. Contra el paro, contra la explotación laboral y contra las prisas, la misma receta: reducción de la jornada…

Éstas, y algunas más, son propuestas que se presentaron el pasado día 9 en la plaza Catalunya, en el marco del Fòrum Social Català 2012 para la construcción -como dice el lema- de otro mundo es posible. Desde 2001, con la celebración en Porto Alegre del primer Foro Social Mundial, éstos han sido siempre espacios donde los movimientos sociales se encuentran para defender una globalización diferente.

Si un país diminuto como Catalunya presenta un centenar de propuestas, sumen ustedes las que nacen del resto del planeta y respondamos a la cansina cantinela de los que no quieren cambiar nada: ¡Pero si no tienen propuestas!, dicen con el dedo índice señalando las plazas y acampadas.

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2012/07/01/index.php?section=opinion&article=026a1mun