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El agente naranja sigue envenenando Vietnam

Fuentes: Uruknet

Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos

Desde 1961 hasta 1971 Estados Unidos roció Vietnam con agente naranja, que contienen enormes cantidades de dioxina, para defoliar los árboles con objetivos militares. La dioxina es uno de los elementos químicos más peligrosos conocidos por el ser humano. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido que es cancerígeno (causa cánceres) y la Academia Estadounidense de Medicina ha reconocido que es teratógeno (causa defectos de nacimiento).

Entre 2.500.000 y 4.800.000 personas fueron expuestas al agente naranja. Fueron fumigados 1.400 millones de hectáreas de tierra y de bosques (aproximadamente el 12% de la superficie de Vietnam).

Los vietnamitas que fueron expuestos a este producto químico han padecido cánceres, daños hepáticos, enfermedades pulmonares y cardíacas, defectos en la capacidad reproductiva y enfermedades de la piel y nerviosas. Los hijos y nietos de las personas que estuvieron expuestas han padecido graves deformaciones físicas, desordenes físicos y mentales, enfermedades y se ha acortado su esperanza de vida. Los bosques y selvas en partes enormes del sur de Vietnam han sido devastados y arrasados. Puede que nunca vuelvan a crecer y si lo hacen, costará entre 50 y 200 años regenerarse. Los animales que habitaban los bosques y selvas se han extinguido, lo que ha perjudicado a las comunidades que vivían de ellos. En algunas zonas también han sido contaminados los ríos y aguas subterráneas. La erosión y la desertización cambiarán el medio ambiente, lo que contribuirá al calentamiento del planeta y al desplazamiento de los cultivos y de la vida animal.

El gobierno estadounidense y las compañías químicas sabían que cuando el agente naranja se produce rápidamente a altas temperaturas puede contener grandes cantidades de dioxina. A pesar de ello, las compañías químicas siguieron produciéndolo de esa manera. El gobierno estadounidense y las compañías químicas también sabían que el Estudio Bionetics, encargado por el gobierno en 1963, demostraba que incluso niveles bajos de dioxina producían importantes deformidades en fetos de laboratorios animales. Pero eliminaron el estudio y siguieron rociando Vietnam con agente naranja. Hasta que en 1969 se filtró el estudio no se dejó de rociar con agente naranja.

Los soldados estadounidenses que sirvieron en Vietnam han padecido enfermedades similares. Después de denunciar a las compañías químicas, incluyendo Dow y Monsanto, que fabricaban y vendían el agente naranja al gobierno estadounidense, se llegó a un acuerdo de indemnización de 180 millones dólares que dio a cada uno de unos pocos demandantes unos pocos miles de dólares. Después los veteranos estadounidenses obtuvieron una victoria legal al ser compensados por haber estado expuestos al agente naranja. Recibieron 1.520 millones de dólares al año en beneficios.

Pero cuando las víctimas vietnamitas del agente naranja denunciaron a las compañías químicas ante un tribunal federal, el juez estadounidense del distrito Jack Weinstein desestimó la demanda al concluir que el agente naranja no constituía un arma venenosa prohibida por la Convención de La Haya de 1907. Se dice que cuando Weinstein llegó a un acuerdo con la denuncia de los veteranos estadounidenses había asegurado a las compañías químicas que la responsabilidad de éstas había terminado y mantuvo su promesa. El Segundo Tribunal de Apelación confirmó la desestimación y el Tribunal Supremo se negó a aceptar el caso. Las compañías químicas admitieron en su declaración ante el Tribunal Supremo que el daño alegado por las víctimas era previsible aunque no fue intencionado. ¿Cómo puede algo que es previsible ser no intencionado?*

El 15 y 16 de mayo de este año se celebró en París el Tribunal Internacional de los Pueblos de Conciencia en Apoyo de las Víctimas Vietnamitas del Agente Naranja y oyó el testimonio de 27 víctimas, testigos y expertos científicos. Siete personas de tres continentes actuaron de jueces del Tribunal, que fue patrocinado por la Asociación internacional de Abogados Democráticos (IADL, en sus siglas en inglés).

El testimonio ofrecido por los testigos demostró lo siguiente:

Mai Giang Vu, miembro del ejército de Vietnam del Sur, cargó barriles de este producto químico a sus espaldas. Sus dos hijos no podían andar o funcionar normalmente ya que sus miembros «se iban ondulando» gradualmente y sólo podían arrastrarse. Murieron a los 23 y 25 años respectivamente.

Pham The Minh, cuyos padres también sirvieron en el ejército de Vietnam del Sur, mostró al Tribunal sus piernas gravemente deformadas, dobladas y famélicas. Tiene graves dificultades para andar así como enfermedades pulmonares y digestivas.

To Nga Tran es una franco-vietnamita que trabajó como periodista cuando se estaba rociando. Su hija pesaba 6.6 libras a los tres meses. La piel de la niña empezó a caérsele a tiras y no podía soportar el menor contacto o demostración de cariño. Murió a los 17 meses con 6.6 libras de peso. To Nga Tran describió a una mujer que había alumbrado a una «bola» sin forma humana. Muchos niños han nacido sin cerebro; otros hacen ruidos inhumanos.

Rosemarie Hohn Mizo es la viuda de George Mizo, que sirvió en el ejército estadounidense en Vietnam en 1967. Durmió sobre terreno contaminado y consumió comida y agua contaminadas. George se negó a servir después de ser herido por tercera vez; fue juzgado por un tribunal militar y condenado a entre dos y medio año de cárcel, y expulsado por deshonor. George ayudó a crear el Pueblo de la Amistad en el que las víctimas vietnamitas viven en un ambiente que les apoya. Murió a causa de enfermedades relacionadas con su exposición al agente naranja.

Georges Doussin, co-fundador del Pueblo de la Amistad, visitó un dormitorio en el que vio a 50 «monstruos» extraordinariamente deformados que producían sonidos inhumanos. Un hombre cuyos padres habían estado expuestos al agente naranja tenía cuatro dedos en cada pie. Doussin afirmó que el agente naranja creaba «una anarquía total en la evolución».

El Dr. Nguyen Thi Ngoc Phuong, del Hospital Tu Du en Ho Chi Minh City (Saigón), vio muchos niños nacidos sin brazos y/o piernas, sin cabeza o cara, y sin cámara cerebral. Según la Organización Mundial de la Salud, sólo 1’4 partes por trillón (PPT, en sus siglas en inglés) de dioxina en la leche materna puede causar graves deformidades en los fetos e incluso la muerte. Pero en la leche materna de Vietnam se encontraron hasta 1450 PPT.

La Dra. Jeanne Stellman, que escribió un artículo fundamental sobre el agente naranja en la revista Nature, testificó que «éste es el mayo desastre medioambiental no estudiado del mundo (a excepción de los desastres naturales)».

La Dr. Jean Grassman, del Brooklyn College de la Universidad de la Ciudad de Nueva York, testificó la dioxina es un potente desregulador celular que altera una variedad de vías para perturbar muchos de los sistemas. Los niños son sensibles a la dioxina, afirmó; la exposición intrauterina o postnatal a la dioxina puede dar el resultado de alterar los funcionamientos inmune, de comportamiento neuronal y hormonal. Las mujeres transmiten a sus hijos la exposición tanto en el útero como a través de la secreción de la dioxina por la leche materna.

Muchos ecosistemas han sido destruidos y la dioxina sigue envenenando Vietnam, especialmente en varios «lugares calientes».

El químico Dr. Pierre Vermeulin testificó que se calculaba que se necesitarían mil millones de dólares para restaurar una hectárea de tierra en Vietnam. El coste del cuidado de las víctimas, la mayoría de las cuales requieren cuidados las 24 horas del día, es enorme.

En 1973 el presidente Richard Nixon prometió 3.250 millones de dólares para la reconstrucción de Vietnam «sin ninguna condición previa». Esta ayuda nunca se concedió.

En Vietnam sólo hay 11 Ciudades de la Amistad; se necesitan mil para cuidar a los niños víctimas del agente naranja

La semana pasada la oficina del IADL, reunida en Hanoi, presentó al presidente Nguyen Minh Triet de la República Socialista de Vietnam la decisión final del Tribunal. Los jueces declararon al gobierno de Estados Unidos y a las compañías químicas culpables de crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y de ecocidio durante la ilegal guerra de agresión estadounidense a Vietnam. Recomendamos que se estableciera en Vietnam una Comisión del Agente Naranja para evaluar los daños sufridos por la población y la destrucción del medio ambiente, y que el gobierno estadounidense y las compañías químicas ofrecieran compensaciones por los daños y la destruccón causados.

Señalé al presidente que siempre me había sorprendido que incluso cuando estaban cayendo las bombas sobre el pueblo vietnamita, estos [los vietnamitas] siempre diferenciaban entre el gobierno estadounidense y el pueblo estadounidense. El presidente respondió: «Luchamos contra las fuerzas de la agresión, pero siempre reservamos nuestro amor por el pueblo estadounidense …porque sabíamos que siempre nos apoyaban».

Se calcula que tres millones de vietnamitas murieron en la guerra, que también costó 58.000 vidas estadounidenses. Para muchos otros estadounidenses y familias vietnamitas la guerra se sigue cobrando víctimas.

Varios tratados que ha ratificado Estados Unidos exigen un remedio eficaz a las violaciones de derechos humanos. Es el momento de cumplir la promesa de Nixon y de remediar el terrible daño que el gobierno de Estados Unidos infligió al pueblo vietnamita. El Congreso debe aprobar leyes para compensar a las víctimas vietnamitas del agente naranja como hizo con los veteranos estadounidenses víctimas de Vietnam.

Nuestro gobierno debe saber que no puede seguir utilizando armas que tiene por objetivo y hieren a civiles. El ejército estadounidense está utilizando uranio empobrecido en Iraq y Afganistán, que seguirá envenenado estos países durante una cantidad incalculable de décadas.

Marjorie Cohn, de la Facultad de Derecho Thomas Jefferson y presidenta de la Asociación Nacional de Abogados, ejerció como juez en el Tribunal Internacional de los Pueblos de Conciencia en Apoyo de las Víctimas Vietnamitas del Agente Naranja. Es miembro de la Oficina de la Asociación Internacional de la Asociación de Abogados Democráticos.

*Véase al respecto, Marie-Monique Robin, El mundo según Monsanto, Península, 2008, donde se explica detalladamente ambos casos, el de los veteranos y el de las víctimas vietnamitas (N. de la t.)

Enlace con el original: www.uruknet.info?p=55150