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Entrevista a María Eugenia Choque, realizada en Bolivia para la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas

El Buen Vivir, elemento estructural de una nueva sociedad

Fuentes: Adital

Entregamos aquí la entrevista a María Eugenia Choque, realizada en Bolivia por Katu Arkonada para CAOI como parte de nuestra investigación acerca del Buen Vivir. María Eugenia Choque nació en un Ayllu de Waraya, de la Marka de Tiwanaku, provincia Ingavi, departamento de La Paz. Es licenciada en Trabajo Social y tiene una maestría en […]

Entregamos aquí la entrevista a María Eugenia Choque, realizada en Bolivia por Katu Arkonada para CAOI como parte de nuestra investigación acerca del Buen Vivir. María Eugenia Choque nació en un Ayllu de Waraya, de la Marka de Tiwanaku, provincia Ingavi, departamento de La Paz. Es licenciada en Trabajo Social y tiene una maestría en Historia Andina. Es miembro del Movimiento Universitario Julián Apaza, Indianista. Fue viceministra en el Ministerio de Asuntos Indígenas y de los Pueblos Originarios e Indígenas entre los años 2004 y 2005.

P: ¿Qué análisis haces de la crisis que estamos viviendo hoy en día? ¿Es una crisis de civilización?

R: Bolivia ha entrado en un proceso de transformación y cambio, las estructuras coloniales también entran en una crisis, es una estructura que se desmorona, porque estamos viviendo profundos procesos de cambio que llevan a la emergencia de nuevos actores que son los pueblos indígenas.
Hablar de crisis depende del espacio donde uno se coloca. ¿Crisis para quién? Para los que siempre han estado en el poder y ahora sienten que sus intereses de clase se encuentran en peligro, amenazados. Desde este espacio ellos presentan serios problemas porque piensan que el poder económico y político no son los mismos de antes. En cambio, visto desde los pueblos indígenas, con la emergencia de nuevos actores en la palestra política del país, se da un proceso de reafirmación de la identidad como pueblos. Vivimos procesos de lucha intensiva de la recuperación de derechos, económicos, sociales y políticos.
Por ello estamos caminando hacia un modelo más complejo, de reafirmación de derechos y de lucha por el respeto a la identidad como pueblos. Y, sobre todo, enfrentamos un proceso de descolonización desde los diferentes espacios. Por ejemplo en educación, somos producto de una educación que nos hizo odiar, aborrecer lo propio; los programas y la currícula responden a otra realidad que no es la nuestra. En lo económico, siempre se han realizado acciones desarrollistas, en simulación hacia lo externo, hacia Europa.

P: ¿Es una crisis del esquema occidental y moderno?

R: Sin duda, y por ello es necesaria la descolonización, aunque esto se inicia desde décadas atrás, fundamentalmente en la parte andina. Muy recientemente en el año 1973, con el primer manifiesto de Tiwanaku, donde se da un quiebre a partir de organizaciones como el Centro Cultural MINKA y la Asociación de Profesionales Campesinos.
Entonces se inicia la denuncia del tipo de educación que se imparte en el área rural y el área urbana, que es una educación desestructuradora de la identidad. Y se denuncia la intromisión de partidos políticos, que convierten a las organizaciones en pongos políticos, que únicamente se sirven de lo indígena y nunca responden a los verdaderos intereses de los indígenas.
Falta mucho por encaminar este proceso de descolonización, aún no se tiene una participación directa de los pueblos, todavía está intermediada por los partidos y las ONG que hoy se constituyen todavía en los portavoces de los pueblos.
Desde la década de 1990 iniciamos el proceso de reconstrucción de nuestros pueblos y la restitución de las autoridades tradicionales, como son los ayllus, markas y suyus, en un proceso de fortalecer nuestros espacios de organización sobre la base de nuestros usos y costumbres, como es el cargo rotativo, la institucionalidad del jaqi, el servicio a la comunidad y el cumplimiento de cargos desde lo local, regional y nacional. Como es ahora el Consejo de Ayllus y Markas del Qullasuyu (CONAMAQ) en sus distintos niveles.

P: Dentro de esta crisis, ¿qué papel jugaría el Suma Qamaña como propuesta, como forma de ver el mundo, como alternativa?

R: Yo creo que es el elemento estructural de una nueva sociedad. En el sentido que es construir lo que siempre hemos soñado. Suma Qamaña quiere decir el bienestar de tu fuerza interna.
P: ¿Cómo construyes tu Suma Qamaña? Hay que hacerlo desde tu fuerza interna e incide en lo económico, social y político. Es el bienestar en plenitud.

R: Suma Qamaña es parte de la búsqueda de lo propio, basado en la espiritualidad de los pueblos, es el encuentro con uno mismo. Es ser uno mismo, sin prejuicios ni temores. Porque ahora la gente vive con temor, es como vivir en una casa alquilada, sujeto a que en algún momento te pueden llamar la atención: es el tema colonial.
Por ejemplo, en lo económico tiene que ver con la seguridad alimentaria; en lo político tiene que ver con nuestras autoridades tradicionales, que también se constituyen en el gobierno indígena.
El Suma Qamaña es el bienestar interior, sentirte bien contigo mismo y con los demás. Es espiritual. Mi madre desde que se despertaba mascaba la coca y sabía si le iba a ir bien o mal según como estaba la coca. Y si pensaba que le iba a ir mal hacía el esfuerzo por cambiar las cosas para que le fuera bien. El Suma Qamaña en el fondo busca la liberación como pueblo, ser uno mismo, con pensamiento y destino propio. La tarea es cómo construir esto desde la cotidianidad y lo público, la plenitud del ser aymara, quechua, guaraní y todos los pueblos.

P: La Constitución de Bolivia recoge el Suma Qamaña como forma de vida. ¿Qué ejemplos prácticos podemos poner a nivel de políticas públicas?

R: Yo creo que falta muchísimo todavía. El indianismo va mucho más allá de ser gobierno, busca el verdadero Suma Qamaña. No olvidemos que el Estado boliviano tiene un carácter colonial, toda la estructura de la sociedad está montada sobre la ausencia de los pueblos. El reto, la tarea, es desmontar esa estructura colonial.
El Suma Qamaña es el inicio de la liberación de los pueblos del carácter colonial, es re-construir la sociedad sobre la existencia de los pueblos. Parte del principio del amor al pueblo, ese sentimiento que no envuelve lo económico ni el interés personal de llegar y acomodarse en el Estado. Nuestra lucha no es por ser funcionarios del Estado, el sentimiento profundo de los pueblos es el respeto a la identidad y el respecto a sus territorios. La demanda de los pueblos, desde la llegada de los españoles, pasando por la república, no ha cambiado, sigue siendo la misma: es el restablecimiento del Qullasuyu. Un inicio del Suma Qamaña es que los pueblos puedan administrar los recursos de sus territorios. Para el proceso del Suma Qamaña necesitamos de los mejores hombres y mujeres, que trabajen con ese sentimiento profundo del pueblo. Tenemos la oportunidad de alcanzar los anhelos de Tupak Katari, Bartolina Sisa, Micaela Bastidas, ese sueño y esperanza de los pueblos.

P: Si a nivel político falta pasar de la teoría a la práctica, a nivel comunitario, ¿se siguen manteniendo formas de Buen Vivir?

R: Sin duda. En el sistema de autoridades se rota por turnos. Seas pobre, rico o lo que seas, se va rotando. Se nombra a quien le tocó, te guste o no, y tienes que entregarte, hacer un servicio… es una práctica que se sigue manteniendo hasta el día de hoy.
A nivel local, desde las comunidades y ayllus, se practica el buen vivir. Por eso, después de más 500 años, aún no encontramos pobres pidiendo limosna en el campo, como sí en la ciudad. A nivel de las comunidades, con todas las dificultades, las autoridades de los ayllus continúan luchando por sus demandas, para que los externos respeten los territorios. En nuestras comunidades se practica el Suma Qamaña, pero en la ciudad es difícil, porque es mayor la crudeza de la realidad colonial, que te desprecia, te menosprecia y a veces te ignora…

P: ¿Son compatibles las formas tradicionales de Suma Qamaña con las formas capitalistas?

R: Claro. Los comerciantes tienes sus bodas modernas, sus fiestas, como la fiesta del Gran Poder, altamente moderna. Es parte de ejercitar tu búsqueda interior. Quieres apostar a vivir bien, pero necesitas tener una relación recíproca con la Pachamama, al contrario de la religión católica que te dice que es mejor ser pobre. por Katu Arkonada para
En el mercado de El Alto, cada martes y viernes se fuma mucho, para ahuyentar todo lo malo. El Alto entre lo tradicional y moderno practica el Suma Qamaña, tiene formas modernas y capitalistas de comercio. Pero tú construyes tu relación contigo y los demás, el estar bien es fundamental, no puedes tener envidia del que vende al lado tuyo, trabajas sin mezquindades y todo volverá bien. Es que el Suma Qamaña es actuar con sinceridad con la Madre Naturaleza.
El Suma Qamaña te toca desde esta vida: cómo construyes, desde tu vida personal hasta una vida política. ¿Quién es autoridad? La gente correcta. No puedes sancionar ni gestionar teniendo errores tú. Los códigos de hacer, del Gobierno Indígena, son distintos, ésta es la base del Suma Qamaña… El ejercicio de la autoridad tradicional tiene que ver con la construcción del Suma Qamaña, entonces debes ser persona correcta y buena persona.

Fuente: http://www.adital.com.br/site/noticia.asp?lang=ES&cod=46391