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El ejército clandestino de veteranos nazis durante la Guerra Fría

Fuentes: Cuaderno de Historias

Raro es el día en el que en algún medio de comunicación no aparezca alguna noticia relacionada con grupos a los que, desde hace muchos años, se les ha bautizado como ‘neonazis’. Pero realmente, el prefijo ‘neo’ no se le debería aplicar a la mayoría de estos colectivos, debido a que muchos simplemente son una […]

Raro es el día en el que en algún medio de comunicación no aparezca alguna noticia relacionada con grupos a los que, desde hace muchos años, se les ha bautizado como ‘neonazis’. Pero realmente, el prefijo ‘neo’ no se le debería aplicar a la mayoría de estos colectivos, debido a que muchos simplemente son una continuidad de los que ya existían ocho décadas atrás.

Un gran número de personas creen erróneamente que tras el final de la Segunda Guerra Mundial y el desmantelamiento del Tercer Reich, el nazismo desapareció con ello. Pero muchos fueron los que siguieron fieles a unos ideales con los que habían convivido durante más de una década y en la que la propaganda del gobierno de Hitler había sido tan feroz que era prácticamente era imposible renunciar a la ideología de la noche a la mañana.

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Ello llevó a numerosas personas a montar diferentes asociaciones y grupos clandestinos, bajo un fin común: el anticomunismo.

En tiempos de la Guerra Fría en la entonces recién constituida República Federal Alemana ese era el enemigo a combatir, ya que el mismo se encontraba a escasos kilómetros, y se temía por el peligro que suponía una Europa del Este bajo el dominio soviético.

Tras la IIGM no todos los responsables de las SS, la Gestapo y miembros de la Wehrmacht fueron a parar a prisión y muchos de los que sí lo hicieron tan solo pasaron por allí unos pocos años. Algo que les permitió reagruparse y crear una organización paramilitar clandestina a la que bautizaron bajo el nombre de ‘Troupe Schnez’.

El nazismo estaba bien enquistado en gran parte de la sociedad alemana y, por mucho que a partir de mediados de los años 40 fuesen los países aliados quienes controlasen la parte occidental del país, miles de ciudadanos seguían profesando esa ideología.

Esto hizo que no fuera difícil reunir a más de dos mil exoficiales dispuestos a trabajar encubiertamente para formar parte de un ejército secreto con el que espiar y combatir cualquier movimiento comunista en la parte Oeste de Alemania.

Calculaban que en poco tiempo lograrían reunir hasta 40.000 hombres dispuestos a colaborar con el Troupe Schnez. Incluso llegaron a conseguir que importantes empresarios aportasen financiación privadamente, lo que les permitía una gran infraestructura. Pero esta organización no solo estaba formada por personas estrechamente vinculadas con el nazismo o exoficiales del Tercer Reich, sino que pertenecía a él gente de los más diversos campos profesionales de la sociedad (abogados, carteros, mineros, electricistas, administrativos…), todos con el objetivo común de luchar contra la expansión comunista al otro lado del Telón de Acero.

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La reciente desclasificación de numerosa documentación del BDN (Servicio Federal de Inteligencia) ha permitido sacar a la luz información relativa a este ejército clandestino que llegó a contar con el beneplácito de un gran número de importantes e influyentes personajes de la Alemania Federal que a pesar de no compartir la ideología nacionalsocialista sí que tenían como enemigos a los rojos del Este, entre ellos el canciller democratacristiano Konrad Adenauer, quien en 1951 tuvo conocimiento de la existencia de la Troupe Schnez y no hizo nada por desmantelarla.

Incluso el Ministro de Defensa, del gobierno del presidente Heinrich Lübke, contaba entre sus hombres de confianza dentro del Bundeswehr, el brazo político-militar de las Fuerzas Armadas de la RFA, con el Teniente General Albert Schnez, uno de los fundadores del ejército clandestino nazi. Al mismo tiempo éste estuvo manteniendo diversos contactos con otros destacados ex oficiales nazis que estaban repartidos a lo largo y ancho del planeta, entre ellos el coronel de las Waffen-SS Otto Skorzeny, quien a mediados de la década de los cincuenta quiso formar la ‘Legión Carlos V’, un ejército clandestino similar al alemán pero ubicado en España, país donde residió hasta su fallecimiento en 1975.

Todavía no se conocen todos los detalles de las supuestas operaciones que se llevaron a cabo desde la Troupe Schnez y de cuáles fueron sus consecuencias, pero sí se sabe que numerosa información recolectada por sus miembros se guardaba en los archivos del servicio de inteligencia de la RFA, sirviendo al gobierno en su lucha contra el comunismo durante los años de la Guerra Fría en los que el país estuvo partido en dos.

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Afortunadamente, la iniciativa de desnazificación de la sociedad alemana ayudó a que paulatinamente el nazismo fuese borrado de las vidas de millones de personas y que las organizaciones clandestinas cada vez contasen con menos apoyos, quedando prácticamente disueltas, aunque todavía queda algún que otro grupo de fervientes seguidores que tratan de recuperar el espíritu político de Hitler y su Tercer Reich, que tan nefastas consecuencias provocaron.

Fuente: https://es.noticias.yahoo.com/blogs/cuaderno-historias/el-ej%C3%A9rcito-clandestino-veteranos-nazis-durante-la-guerra-102102146.html