Hablamos con Leonardo Leal, docente de Administración Pública en la Universidad Federal de Alagoas, en el nordeste de Brasil. Leal está especializado en desarrollo local, gobernanza colectiva, economía social y solidaria y políticas públicas. Todas estas temáticas se materializan en Brasil en los bancos comunitarios, una figura bancaria específica de este país que en los […]
Hablamos con Leonardo Leal, docente de Administración Pública en la Universidad Federal de Alagoas, en el nordeste de Brasil. Leal está especializado en desarrollo local, gobernanza colectiva, economía social y solidaria y políticas públicas. Todas estas temáticas se materializan en Brasil en los bancos comunitarios, una figura bancaria específica de este país que en los últimos años, gracias al apoyo del gubernamental, ha conseguido una fuerte implantación a lo largo del territorio.
El Salmón Contracorriente: Los bancos comunitarios son una iniciativa única dentro de las finanzas éticas del mundo, ¿Por qué?
Leonardo Leal: Yo creo que los bancos comunitarios son una iniciativa particular porque están vinculados a un conjunto de estrategias que buscan procesos de desarrollo en territorios de bajo índice de desarrollo humano. En realidad, los bancos comunitarios no están aislados como alternativa, sino que tienen el potencial de crear redes de economía solidaria entre productores y consumidores, además de articular agendas culturales y medioambientales. El banco comunitario es un punto nodal de engranaje de iniciativas que están en el contexto de desarrollo territorial. El banco comunitario tiene el potencial de articular procesos de red.
ESC: ¿Cómo articulan los bancos comunitarios redes de economía solidaria en el territorio?
LL: Los bancos comunitarios tienen un trabajo central que son las finanzas solidarias y la prestación de servicios financieros y bancarios. Las experiencias que tenemos de bancos comunitarios buscan articular iniciativas a nivel asociativo, a través de la representación política, a nivel productivo local, articulando o financiando productores, prestadores de servicios, consumo, etc. El desarrollo local es un proceso cultural también. Los procesos de economía solidaria son procesos contraculturales. El considerar cambios culturales para el conjunto de las personas es fundamental.
ESC: Has comentado que articulan también representación política ¿de qué manera?
LL: Los bancos comunitarios están bajo el control de asociaciones comunitarias y estas asociaciones comunitarias no tienen sólo como objetivo el trabajo del banco comunitario. El banco comunitario es un proyecto dentro de una asociación que tiene un carácter político, para pensar la democracia en los distintos ejes. El eje de la política en general como representación delante de un Ayuntamiento Local o el Gobierno, pero también de la política local comunitaria: de cómo movilizar a las personas, jóvenes… para actuar como representantes de una comunidad que están en situaciones periféricas de desarrollo, de participación y de servicios públicos.
Estas asociaciones actúan como Ayuntamiento no formal pero de representación de la comunidad. Sobre todo porque tratan de mejorar la promoción de servicios públicos, la estructura de la comunidad, el acceso a electricidad y agua, carreteras… cosas básicas. Los bancos comunitarios se juntan a estas iniciativas de las comunidades como un espacio más de acción política a nivel económico.
Los bancos comunitarios son una forma de la economía solidaria más asociativa y no tanto cooperativista. Suma fuerzas junto con otras iniciativas de reivindicación ciudadana.
ESC: ¿Qué modelo de propiedad tiene el banco? ¿Y qué vinculación tiene la asociación vecinal con esa propiedad?
LL: La gobernanza colectiva de los bancos comunitarios para mi es el tema más importante y más vinculado con la viabilidad del banco, más que las cuestiones financieras y económicas. Los bancos comunitarios están bajo el control comunitario a través de estas asociaciones formales o informales del territorio.
Estas asociaciones a través del Consejo Rector del banco comunitario dirigen el proceso de fundación, concepción, gerencia y acción. Por lo tanto, es la propia comunidad que es propietaria, gestora y usuaria y que toma las decisiones de cómo va a funcionar el banco, las reglas, las tasas, los plazos, los sistemas de monitoreo, penalizaciones… Las reglas que los bancos comunitarios crean para implicar personas son fundamentales no sólo para la participación, la democracia, pero también para el éxito de la experiencia. Yo cumplo las reglas si tú también cumples. Es un sistema de endeudamiento social mutuo, basado en la economía del don. ESC: ¿Cómo se relaciona este Consejo Rector con la comunidad? Que sean personas de la comunidad no significa que representen la voluntad del colectivo.
LL: Hay casos que son Consejos Rectores muy amplios, con representación de todos los sectores del territorio. Por ejemplo, en Alagoas ahora estamos trabajando una experiencia de bancos comunitarios donde están representados un número muy amplio de asociaciones donde prácticamente todos los sectores organizados están en el Consejo Rector. Esto da una legitimidad para implementación de servicios, la adhesión de comerciantes, confianza, etc, se garantiza por estas estructuras asociativas de la comunidad que tienen una representación, una seguridad y confianza histórica en los pueblos. El banco navega por estas olas sociales que ya están constituidas hace tiempo en la comunidad y su proceso de adherencia es más firme y está más garantizado en la comunidad.
Hay otras experiencias donde los lazos sociales son más frágiles y no logran el mismo éxito.
ESC: Me comentabas antes que también gestionan actividades culturales. ¿Qué tipo de actividades hacen?
LL: Hay bancos comunitarios que realizan un proceso de rescate de manifestaciones culturales en las comunidades, tanto urbanas como rurales. Realizar un rescate de la identidad comunitaria, de la autoestima es muy importante.
Hay un banco comunitario en Bahía que se llama banco comunitario de Matarandiba. El banco desarrolló un proceso junto con una asociación cultural de rescate de actividades culturales que hacía más de cincuenta años que no se producían, estaban muriendo. La asociación hizo una labor de rescate de memoria con personas mayores. Los bancos comunitarios entienden el desarrollo no sólo desde el punto de vista económico o financiero, sino también cultural. Es importante para involucrar personas y crear lazos de confianza, porque su éxito depende de eso. Por ejemplo el uso de la moneda depende de una aceptación libre y desobligada, y si no hay vínculos de confianza entre productores, comerciantes, representantes políticos, yo creo que la posibilidad de éxito es muy pequeña.
ESC: Me estás hablando de las monedas complementarias de los bancos comunitarios ¿todos tienen?
LL: Todos tienen, pero existen diferencias respecto a su importancia. En algunos bancos comunitarios la moneda es una herramienta importante para crear circuitos de económicos locales y hay otros en los que no. Las monedas generan estos circuitos cuando en la comunidad no existen. Hay muchas comunidades pobres en Brasil y América Latina donde el circuito económico local es muy frágil, no circula riqueza en la comunidad. Todo lo que las personas consumen y producen está fuera de la comunidad. La posibilidad de ingreso y trabajo en la comunidad es muy complicada y la moneda social da una posibilidad crear una obligatoriedad de que el consumo se realice en lo local, financiando no sólo la producción, sino también el consumo. Cuando se financia el consumo es un consumo que se debe realizar en la comunidad.
Hay bancos que ya han logrado que el circuito económico local se desarrolle, como pueda ser el caso del Banco Palmas, donde la moneda social ya no cumple un rol tan importante. Hace diez años el 80% de las personas consumían fuera de la comunidad y ahora el 90% consume dentro del Conjunto Palmeiras. Las personas ya no necesitan salir del territorio para consumir casi nada. En ese sentido es necesario repensar otros intereses de las monedas sociales además de crear un circuito económico propio.
ESC: ¿Cuál es el caso más exitoso de los bancos bomunitarios?
LL: Sin duda el Banco Palmas, pero de 110 hay muchas experiencias muy buenas. Por ejemplo, el Banco dos Cocais, el de Matarandiba, el Banco Bem en Espíritu Santo, el Tupinambá en el norte, el União Sampaio en San Pablo… hay muchas.
Hay una tercera generación de bancos comunitarios apoyados por políticas públicas que están teniendo un éxito mucho mayor que los bancos comunitarios de primera generación, que tomó de referencia al Banco Palmas.
En la actualidad hay bancos comunitarios apoyados por proyectos independientes, de cooperación, de financiación de RSC, los que llamamos de segunda generación. Pero los que están apoyados por políticas públicas, casi el 40%, tienen una metodología muy estructurada. Después de 18 años las instituciones que apoyan a los bancos comunitarios tienen muy claros los procesos para implementar bancos comunitarios con un alto porcentaje de éxito.
ESC: ¿Cuál es la relación de los bancos comunitarios con el Estado?
LL: Ahora es de fomento a través de políticas públicas. El Gobierno Federal de Lula, montó la Secretaría General de Economía Solidaria. Uno de los ejes principales de esta secretaría era apoyar y desarrollar políticas públicas de finanzas solidarias, no sólo de bancos comunitarios, sino también fondos rotatorios y cooperativas de crédito solidario.
Existen grupos de inversión colectiva, clubes de trueque, crowdfunding, pero no están tan organizados como los bancos comunitarios. Existe un Comité Nacional de Finanzas Solidarias que están pensando en políticas públicas y su relación con el sistema financiero nacional.
ESC: En 2014 el Gobierno de Brasil sacó la ley sobre medios de pago electrónicos. ¿Ha supuesto un cambio para los Bancos Comunitarios?
LL: Esta ley ha permitido a los bancos comunitarios tener una plataforma no bancaria de transferencias de recursos para gestionar ahorro y crédito. Ahora se puede gestionar este servicio sin necesidad de ser banco. Hasta ahora por ley las entidades no reguladas por el sistema financiero no podían coger ahorros de las personas y dar crédito, tenían que estar regulados por el sistema financiero nacional e internacional, por el Protocolo de Basilea.
El sistema de pago electrónico ha permitido que una moneda no social, electrónica, pueda gestionar ahorro y crédito sin ser entidad bancaria.
ESC: Porque los bancos comunitarios no están reconocidos como entidad bancaria dentro de la legislación brasileña…
LL: No quieren ser reconocidos como entidad bancaria porque desaparecerían. Son estructuras muy frágiles desde el punto de vista institucional, jurídico… Se incrementarían costes que serían insostenibles para este tipo de experiencias. Lo que estamos buscando es que estas experiencias sean reconocidas como parte de un sistema financiero particular, social y solidario. En países como Ecuador existe una regulación específica para este tipo de experiencias, que es distinto a la regulación bancaria convencional. La legislación comercial de los bancos es inadecuada para los bancos comunitarios y Cooperativas de Crédito porque imponen estructuras incompatibles con el modelo de organización comunitaria. El público es distinto.
ESC: ¿Qué tipo de servicios financieros ofrecen estos bancos?
LL: Crédito para consumo en moneda social y crédito para la producción en moneda nacional. Hay bancos comunitarios que gestionan también correspondencia bancaria, a través de un acuerdo nacional con la Caja Federal para operar sistemas de pago, recibos, transferencias sociales, pensiones, servicios de microseguros, apoyo a emprendimientos para hacer trabajo de educación financiera, apoyo a la gestión de los emprendimientos, etc. Hacen trabajos financieros y no financieros. Los bancos comunitarios son organizaciones de desarrollo local.
ESC: ¿Cuál es su implantación en Brasil? Antes has comentado que eran ciento diez.
LL. Sí ahora en torno a esa cifra. Pero todos los años se amplía. Por ejemplo, hoy mismo están inaugurando dos bancos comunitarios en Brasil. El mes que viene se funda otro. Los propios bancos comunitarios van estimulando otras comunidades que están cerca, que están en un movimiento amplio de economía solidaria en cada estado para crear nuevas experiencias. Todo el movimiento de economía solidaria de Brasil ha entendido que el acceso a servicios financieros y bancarios, a crédito sobre todo, es fundamental para pensar el desarrollo de las comunidades.
El mapeo nacional de economía solidaria de Brasil presenta que el segundo principal problema de la economía solidaria es el acceso al capital y el primero la comercialización. Pero el problema de la comercialización está asociado al problema de acceso al crédito, porque la gente no tiene cómo producir más, vender más mercancía, aumentar el proceso productivo porque no tiene medios de inversión. El crédito es el principal problema, pero no sólo de la economía solidaria, sino de la economía popular en general. Las personas están excluidas del sistema financiero y presas en prestamistas locales que les cobran tasas de interés muy altos.
Pensar un sistema propio de finanzas solidarias no es sólo una perspectiva política de la economía solidaria, sino una perspectiva también de desarrollo de un país, de que el sistema convencional no es suficiente para pensar en toda la población.
ESC: ¿Se sabe cuánto capital mueven los bancos comunitarios?
LL: Es muy variable, pero en general los bancos comunitarios empiezan con un capital de entre 20.000 o 30.000 reales de fondos, unos 5.000 a 7.000 euros. Pero no hay un sistema nacional unificado de los bancos comunitarios. Se debería hacer porque es una cosa importante para demostrar la capacidad de estas instituciones. ESC: ¿Cuál es la diferencia entre la estrategia brasileña del fomento de la economía solidaria con otros países?
LL: Una cosa que ha sido buena en Brasil respecto de los bancos comunitarios en comparación con Venezuela por ejemplo, es que en Brasil el Banco Central dejó que la sociedad civil desarrollara esta experiencia, viéndolo como una posibilidad de innovación social. Esto ha sido bueno porque durante muchos años y hasta ahora no ha habido una regulación que tenga que cumplir los bancos comunitarios, que implique costos o límites de acción.
En Venezuela, desde el inicio, el Gobierno reguló y esto mató la economía solidaria en el país, ya que implicó un proceso de baja innovación y poca posibilidad de aprendizaje. En Brasil, los bancos comunitarios llevan experimentando desde 1998 cómo organizarse, cómo hacerse más sostenibles. Además se permitió a los bancos comunitarios crear un método de trabajo para replicar modelos de una manera sencilla. El modelo funciona, no hay más que ver el número de bancos que han nacido.
Fuente: http://www.elsalmoncontracorriente.es/?El-exito-de-los-Bancos