En el primer día de los trabajos del decimotercer encuentro del Foro de Sao Paulo, los debates entre representantes de los partidos de izquierda latinoamericanos concluyeron que el modelo económico neoliberal está en crisis, aunque destacaron la falta de estrategias conjuntas entre los gobiernos de izquierda y los pueblos para desmontarlo y erradicarlo de la […]
En el primer día de los trabajos del decimotercer encuentro del Foro de Sao Paulo, los debates entre representantes de los partidos de izquierda latinoamericanos concluyeron que el modelo económico neoliberal está en crisis, aunque destacaron la falta de estrategias conjuntas entre los gobiernos de izquierda y los pueblos para desmontarlo y erradicarlo de la región.
Como respuesta concreta a la crisis del esquema de libre mercado, acordaron impulsar políticas regionales que fortalezcan la independencia y soberanía de los pueblos y sumarse a proyectos como la Alternativa Bolivariana para las Américas (Alba), que se inscribe en una política económico-social multilateral entre los gobiernos de Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua.
Aníbal Pereyra, representante del Frente Amplio de Uruguay, dijo que la lógica de la globalización neoliberal ha sido la destrucción de la base productiva de las naciones, por lo que propuso medidas de reactivación industrial con amplia seguridad social para la población. «Desde 2005, el gobierno de Tabaré Vásquez ha tratado de revertir el proceso buscando nacionalizar los sectores estratégicos, como el tratamiento y la distribución del agua, que en menos de dos años está en su totalidad en manos del Estado y genera empleos», dijo.
Agregó que los esfuerzos gubernamentales y sociales están encaminados hacia la reconstrucción del Estado debilitado: «Hoy tenemos un Estado orientado hacia el reparto agrario, ya que en este año se vota el tema de la tenencia de la tierra para apoyar a las capas pobres… teníamos, antes de este gobierno, 14.9 por ciento de desempleo y hoy tenemos menos de 10 por ciento.»
Representando a la izquierda chilena, Luterano Carmona, del Partido Comunista, recordó que con el golpe de Estado contra el presidente Salvador Allende, el 11 de septiembre de 1973, y la dictadura de Augusto de Pinochet el país sudamericano se convirtió en el laboratorio del neoliberalismo para los países del continente.
Lo peor de aquella etapa, dijo, «es que hoy vivimos la elitización de la vida política, ya que actualmente sólo ejercen su derecho a votar 50 por ciento de la población».
Las representaciones de México, los países centroamericanos y Colombia coincidieron en respaldar los procesos sociales y electorales de cambio en los países donde las derechas respectivas «insisten en profundizar el obsoleto modelo de las privatizaciones», indicó Jaime Caicedo, integrante del Polo Social colombiano, fuerza política que alcanzó los mayores niveles de participación electoral en los comicios legislativos de marzo de 2006.
René Arce, del Partido de la Revolución Democrática de México, dijo que lo central es que los gobiernos de izquierda busquen reducir los niveles de pobreza.
Como delegado invitado, Willy Meyer, diputado del Parlamento Europeo y del partido español Izquierda Unida, advirtió que la integración regional tiene dos vías irreconciliables: «Puede profundizar las desigualdades si se anclan en políticas librecambistas, proceso claramente funesto, o sirve de apoyo a estados nacionales soberanos con cooperación mutua y solidaridad entre los pueblos».
Se refirió al proceso para una Constitución Política de Europa, en el cual «los pueblos de Francia y Holanda consiguieron detener a las empresas transnacionales que buscaban una Europa para ellas». Advirtió que el gobierno de Alemania busca reditar el intento este 2007.