Guatemala fue escogida como sede para la celebración el año próximo del Foro Social América, en reconocimiento a la relevancia que tiene hoy el movimiento indígena y popular en este país. «La decisión de traerlo a Guatemala permitirá cumplir una deuda pendiente de efectuar un foro con rostro indígena», declaró a Prensa Latina Joel Suárez, […]
Guatemala fue escogida como sede para la celebración el año próximo del Foro Social América, en reconocimiento a la relevancia que tiene hoy el movimiento indígena y popular en este país.
«La decisión de traerlo a Guatemala permitirá cumplir una deuda pendiente de efectuar un foro con rostro indígena», declaró a Prensa Latina Joel Suárez, uno de sus promotores.
El comité organizador consideró como muy importante la decisión de la III Cumbre de pueblos autóctonos, recién celebrada aquí, de respaldar el encuentro, al que se espera asistan unas 50 mil personas.
El Foro Social Mundial (FSM) surgió como un espacio de reflexión y organización de todos aquellos que se oponían al modelo de globalización neoliberal, formulado por el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza.
Paralelamente, en nuestro continente tenían lugar en los años 90 una serie de luchas de resistencia, en ocasión de los 500 años del mal llamado descubrimiento de América, lo cual fortaleció el proyecto de celebrar estos encuentros, recordó Suárez.
Las primeras cuatro ediciones del FSM tuvieron lugar en Porto Alegre, Brasil, a partir de 2001, pero después se plantea la necesidad de tener un foro propio continental dada la lucha aquí contra el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA).
Es así como en 2004 se efectúa un encuentro en Quito, Ecuador, y desde entonces se mostró la voluntad de traerlo a Centroamérica, región muy impactada por la guerra y donde la emergencia del movimiento popular empezó a dar señales interesantes, añadió.
Estos foros se han convertido en espacios permanentes para la búsqueda de alternativas, intercambio de experiencias y fortalecimiento de alianzas entre organizaciones sociales, pueblos y movimientos convencidos de que «otro mundo es posible».