El Frente Socialsita de Puerto Rico pide la independencia de su país y dice que la única manera es el camino de la resistencia iraquí

14 de junio de 2004

Ciudad de Nueva York

PONENCIA DEL FRENTE SOCIALISTA

ANTE EL COMITÉ 24

DE LA ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS

Señores Embajadores

Señor Presidente del Comité 24

De la Organización de las Naciones Unidas

Jorge Farinacci García

Portavoz del Frente Socialista

Mi nombre es Jorge Farinacci García, portavoz del Frente Socialista, agrupación unitaria de partidos, movimientos y personas que defienden la independencia y el socialismo en Puerto Rico. Me acompaña la compañera Juliana Pecunia, dirigente estudiantil y militante socialista.

Durante los últimos años hemos comparecido ante ustedes en representación de miles de trabajadores, trabajadoras y jóvenes que reclaman que se le reconozca a nuestro país el derecho a su autodeterminación e independencia.

Como ustedes saben, desde 1898 el gobierno de los Estados Unidos se apoderó de Puerto Rico y ha mantenido allí un régimen de carácter colonial en violación a toda norma de derecho internacional y en contraposición a la voluntad de las grandes mayorías de nuestro pueblo.

Hoy venimos nuevamente a reclamar que este cuerpo se pronuncie de manera enérgica contra el régimen colonial imperante en Puerto Rico e inste a los Estados Unidos de América a reconocerle a Puerto Rico su derecho natural a la libertad.

Desde nuestra comparecencia en 1998, y a raíz de la huelga general ocurrida en Puerto Rico durante esos años, diversos sectores que defendemos el derecho a la autodeterminación e independencia de Puerto Rico hemos denunciado ante ustedes el deterioro del régimen colonial y la intensificación de las luchas de nuestro pueblo en contra de las manifestaciones concretas del dominio imperialista.

Desde el año 1999, las organizaciones que comparecemos ante este foro, intensificamos nuestra denuncia sobre la situación creada por la Marina de Guerra de los Estados Unidos en Vieques. Hoy podemos celebrar el cese de las prácticas de este grupo de mercenarios en nuestras tierras. Le agradecemos a este cuerpo el apoyo manifestado a través de la resolución que aprobaron exigiendo la salida de éstos de los terrenos viequenses. Esta lucha aún no ha culminado pues todavía falta que se cumpla con la restauración ecológica y devolución definitiva del área invadida a su único e indiscutible propietario, el pueblo viequense. Luchadores viequenses han tenido que recurrir nuevamente a la desobediencia civil para hacer valer los reclamos y las promesas que les hizo el gobierno colonial sobre estos asuntos.

Aprovechamos para reconocer la lucha heroica del estudiantado universitario de Puerto Rico en favor de la desmilitarización de los recintos universitarios y en contra de la presencia de los programas de reclutamiento y adiestramiento del ejército de los Estados Unidos en las universidades.

Hace tres años, el Presidente de los Estados Unidos, George Bush dijo que en Puerto Rico «no nos quieren». No hay duda de que no los queremos y la razón fundamental para que hoy sea realidad ese señalamiento lo es el más de un siglo de maltrato, expoliación y explotación de nuestra gente y nuestra tierra, tanto por las ramas del aparato militar norteamericano así como por grandes empresas norteamericanas que se han radicado en Puerto Rico.

Otro asunto que recrudece la tensión en el régimen colonial, se trata de la intención del gobierno de los Estados Unidos de imponer la pena de muerte en Puerto Rico a través de sus tribunales que operan en nuestro país. La pena de muerte está prohibida en Puerto Rico y así lo expresa claramente la Constitución del país, la misma que se utilizó como argumento por Estados Unidos para lograr la aprobación de la Resolución 748 de la Asamblea General de 1953. Por encima de la Constitución las autoridades norteamericanas han certificado 14 casos de pena de muerte en Puerto Rico. En el 2001, el Tribunal de Circuito de Apelaciones revocó una decisión del Juez Federal Salvador Casellas en la cual se determinaba la no aplicabilidad de la legislación federal que impone la pena de muerte para ciertos delitos amparándose en la prohibición de la pena de muerte que existe en la Constitución de Puerto Rico. Los jueces federales norteamericanos determinaron que cualquier legislación federal va por encima de la Constitución de Puerto Rico. Se trata, pues, de un atropello colonial más a los derechos democráticos de nuestra gente.

Señores delegados, Frente Socialista se reafirma en que nuestro pueblo en lucha no acepta nada menos que no sea el pleno reconocimiento de nuestro derecho a la libre determinación e independencia y el traspaso inmediato e incondicional de todos los poderes soberanos al pueblo de Puerto Rico, poderes que han sido ilegalmente usurpados por el Congreso de los Estados Unidos. Sobre este particular queremos dejar bien claro que repudiamos el burdo intento del gobierno colonial de pretender que están resolviendo la relación colonial mediante la aprobación de unos proyectos de una llamada Asamblea de Status de Pueblo para «resolver el llamado problema de status de Puerto Rico». Que no le quede duda a nadie, las clases dominantes en Puerto Rico no tienen intención alguna de alterar la naturaleza de las relaciones entre Estados Unidos y Puerto Rico por que se benefician de ella. El único motivo de estos proyectos es el de conseguir el apoyo electoral de los sectores menos militantes del independentismo en Puerto Rico. Si esta asamblea se celebra, la misma no producirá ningún cambio real en la relación entre Puerto Rico y Estados Unidos. Lamentablemente algunos sectores de nuestro movimiento se han plegado a esta estrategia colonialista aunque la misma ha sido repudiada como un ardid y una farsa por parte de los sectores combativos y alertas de nuestro movimiento. El Frente Socialista, el Partido Nacionalista de Puerto Rico, las organizaciones estudiantiles independentistas y el Ejercito Popular Boricua-Macheteros se reiteran en su rechazo a esta última estratagema colonial manteniendo nuestra posición de que Estados Unidos tiene la obligación política y moral de transferir de manera inequívoca e incondicional todos los poderes soberanos al pueblo de Puerto Rico.

Por lo tanto, el Frente Socialista insiste en reclamar nuestros derechos como pueblo al amparo de la Resolución 1514 (XV) de la Asamblea General y en exigir el retiro inmediato de todo el aparato militar, jurídico y político norteamericano en Puerto Rico. Reclamamos la libertad de todos y todas nuestras prisioneras y prisioneros políticos en cárceles del imperio. Exigimos también el cese de la persecución contra los líderes independentistas y socialistas que hoy viven en el exilio y/o en la clandestinidad por razón de décadas de intentos del gobierno de los Estados Unidos por destruir a nuestro movimiento. Esto incluye a militantes de nuestra organización que no pueden compartir con su pueblo ni con su familia por que las fuerzas represivas norteamericanas, con sus graves amenazas, no se lo permiten. También queremos recordarle a la comunidad internacional que Estados Unidos retiene prisioneros políticos de su llamada guerra contra el terrorismo sin derecho a juicio, a abogados, o a la protección de los derechos que brinda la Convención de Ginebra. Entre estos se encuentra el joven de origen puertorriqueño José Padilla, al cual se le mantiene encarcelado por cerca de 3 años sin que se le sometan cargos de tipo alguno. No tenemos duda de que su origen puertorriqueño es un factor en su contra por el prejuicio que hoy prevalece como política en el Departamento de Justicia de los Estados Unidos.

El Frente Socialista exige el traspaso de todos los poderes al pueblo de Puerto Rico como requisito indispensable en el proceso de descolonización. Esto es un reclamo irrenunciable para el pueblo en lucha.

Hoy, a regañadientes, el gobierno de los Estados Unidos le notifica a la comunidad internacional que le devolverá la soberanía al pueblo de Iraq. Como los conocemos bien, dudamos mucho que esto se cumpla. Ha sido la resistencia iraquí la que los ha obligado a retroceder. Todo parece indicar que no hay otra manera de arrebatarles la soberanía a los que hoy se creen dueños del mundo que no sea la del ejemplo valeroso del pueblo iraquí.