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El futuro del acuerdo nuclear iraní, en manos de los europeos

Fuentes: Agencias

Los europeos, puestos contra la pared por Donald Trump, deben encontrar de aquí a mediados de mayo la forma de salvar el acuerdo sobre el programa nuclear iraní, reforzándolo lo suficiente para calmar a Estados Unidos sin causar la salida de Irán, objetivo difícil de lograr, según algunos expertos. El asunto será abordado en una […]

Los europeos, puestos contra la pared por Donald Trump, deben encontrar de aquí a mediados de mayo la forma de salvar el acuerdo sobre el programa nuclear iraní, reforzándolo lo suficiente para calmar a Estados Unidos sin causar la salida de Irán, objetivo difícil de lograr, según algunos expertos.

El asunto será abordado en una reunión de los titulares de la diplomacia de los 28 países de la UE el lunes en Bruselas, con telón de fondo de incertidumbres en Irán después de las recientes manifestaciones contra el poder.

El ultimátum de Trump

El presidente estadounidense exigió el 12 de enero un «acuerdo» con los europeos para «remediar las terribles lagunas» del texto, cuya aplicación debería impedir a Irán obtener el arma atómica, pero que no soluciona, según él, el asunto a largo plazo.

Si no hay endurecimiento, Estados Unidos volverá a imponer sanciones relacionadas con el tema nuclear y saldrá ‘de facto’ del pacto logrado en 2015 en Viena con las otras grandes potencias (China, Rusia, Francia, Alemania y Reino Unido) e Irán, con el riesgo de terminarlo.

Concretamente, Donald Trump deja 120 días, hasta el próximo plazo estadounidense de suspensión de las sanciones, para lograr un entendimiento con los europeos.

Lo que Trump denuncia: duración y actividades balísticas

Trump pide más inspecciones y en especial el fin de las cláusulas que limitan en el tiempo -con plazos en 2025 y 2030- las restricciones al programa nuclear iraní.

Pide también un marco de referencia para las actividades balísticas de Irán y la imposición de «sanciones severas» si el gobierno iraní sigue desarrollando y probando misiles que puedan llevar algún día cabezas nucleares.

Los otros firmantes, encabezados por los europeos, defienden el acuerdo, al considerar que cualquier cuestionamiento provocaría la proliferación y podría encender Oriente Medio.

«Es por supuesto un acuerdo limitado en la duración (…) pero después tampoco será el vacío intersideral», dice Emmanuelle Maître, encargada de investigación en la Fundación para la investigación estratégica (FRS) en París, quien subraya que las actividades nucleares de Irán seguirán siendo vigiladas en el marco del Tratado de no proliferación nuclear (TNP).

¿Cómo reforzar el acuerdo sin cuestionarlo?

«Enmendar el texto sólo se puede hacer con el acuerdo de los iraníes, volviendo a negociar con ellos», subraya la investigadora de la FRS. Lo que Irán descarta de manera categórica.

Rusia y China también se oponen. «No se dan de ninguna manera las condiciones para endurecer este acuerdo. Son las limitaciones que tienen las furias del presidente Trump», constata una fuente europea cercana al caso.

Todo cambio unilateral, a través de legislaciones nacionales que agreguen condiciones y sanciones, como Donald Trump le pide al Congreso estadounidense, sería una violación del acuerdo.

«Los otros firmantes deben entonces a la vez convencer a Estados Unidos para que no reniegue de sus compromisos y hacer que Irán tenga suficientes motivos para quedarse en el acuerdo si Estados Unidos se sale o sigue acortando los beneficios económicos (del acuerdo) para Irán», indica el centro de análisis Internacional Crisis Group en una nota.

Los europeos iniciaron consultas con los estadounidenses para convencerlos de seguir en el acuerdo, negociando en contraparte un «acuerdo complementario» con Irán sobre su programa balístico y su presencia regional, considerada cada vez más «hegemónica» desde Líbano a Irak.

Irán rechaza cualquier relación entre lo nuclear y estos temas. «Es poner condiciones y eso no es aceptable», advirtió Ali Akbar Velayati, consejero del ayatolá Ali Jamenei, guía supremo irani.

Pero, en una reunión entre europeos e iraníes el 11 de enero en Bruselas, el jefe de la diplomacia alemana, Sigmar Gabriel, se refirió a un acuerdo de principios con su homólogo iraní, Mohammad Javad Zarif, para iniciar un «diálogo» sobre esos asuntos.

Según el ministro francés de Relaciones Exteriores, Jean-Yves Le Drian, hay que reflexionar sobre el «post-2025» con la finalidad de darle permanencia a las garantías logradas en Viena. Pero eso sólo puede hacerse en un marco internacional que se está por definir, indican fuentes francesas.

¿Qué pasará si Estados Unidos sale del acuerdo?

¿Puede seguir aplicándose sin ellos? «Sí, en caso de que Irán esté listo para respetarlo sin participación estadounidense», o sea con una perspectiva de menos beneficios económicos, dice Clément Therme, investigador del International Institute for Strategic Studies (IISS) de Londres.

La UE tendrá que tomar «medidas para proteger a sus empresas que trabajen en Irán» de eventuales sanciones estadounidenses, agrega.

«Los iraníes tendrán que decidir finalmente si quieren un acuerdo ‘degradado’ (…) Eso dependerá de la capacidad del presidente Hasan Rohani para decir ‘eso es mejor que reemprender un programa nuclear no controlado'», afirma por su parte Emmanuelle Maitre.