El 24 de abril de 2015 se cumplieron 100 años del genocidio de Armenia, calificado por muchos historiadores como el primero del siglo XX. Se estima que cerca de un millón y medio de armenios perdieron sus vidas, al llevarse a cabo actos de limpieza étnica, por parte del Imperio Turco-Otomano. Esta matanza ha sido […]
El 24 de abril de 2015 se cumplieron 100 años del genocidio de Armenia, calificado por muchos historiadores como el primero del siglo XX. Se estima que cerca de un millón y medio de armenios perdieron sus vidas, al llevarse a cabo actos de limpieza étnica, por parte del Imperio Turco-Otomano. Esta matanza ha sido olvidada de la historia mundial y muchas personas desconocen el exterminio sufrido por este pueblo y la impunidad que aún persiste.
La República de Armenia se encuentra ubicada en el sur del Cáucaso. Este país fue el primero en declarar el cristianismo como religión oficial en la segunda mitad del Siglo III. Comparte frontera al oeste con Turquía, al norte con Georgia, al este con Azerbaiyán y al sur con Irán y la República Autónoma de Najicheván de Azerbaiyán. Los armenios vivieron sometidos al yugo del Imperio Otomano desde 1375 hasta la creación de la República en 1918. Los otomanos disputaban el control del territorio con la Rusia Zarista y los Persas.
El contexto internacional presente en 1915, año que inicia la masacre contra el pueblo Armenio, fue la Primera Guerra Mundial y el derrumbe del Imperio Otomano, también conocido como Imperio turco otomano. En Turquía, un grupo de oficiales llamados los Jóvenes Turcos, que luego se autodenominó Comité de Unidad y Progreso, se unió a Alemania para combatir a los Aliados. La propaganda turca de ese entonces mostraba a los armenios como saboteadores y como una «quinta columna» al servicio de los rusos. Bajo estas consideraciones el pueblo Armenio (cientos de intelectuales, religiosos, profesionales y ciudadanos destacados) fueron sujetos a deportaciones, expropiaciones, secuestros, tortura, masacre e inanición. La gran mayoría de la población armenia fue forzosamente removida desde Armenia y Anatolia a Siria, donde una gran parte de la población fue enviada al desierto para morir de hambre y sed. Mujeres y niños fueron raptados y brutalmente abusados. Toda la riqueza del pueblo armenio fue expropiada. Después de menos de un año de calma al final de la Primera Guerra Mundial, las atrocidades contra el pueblo armenio fueron reanudadas entre 1920 y 1923, donde los restantes armenios fueron víctimas de más masacres y expulsiones.
Sobre el genocidio armenio existen testigos que afirman haber presenciado las deportaciones y las atrocidades cometidas contra el pueblo armenio, entre ellos, destacan diplomáticos y ciudadanos de los Estados Unidos, Alemania, Rusia, árabes de Siria. Igualmente oficiales turcos fueron testigos de la masacre mientras tomaban parte de ésta. Dieron sus testimonios bajo juramento en los tribunales de posguerra donde se sometió a juicio a los Jóvenes Turcos, organizadores del Genocidio Armenio.
La Comunidad Internacional también ha reconocido esta matanza como un genocidio. Hasta la fecha, más de 22 países del mundo han expresado su reconocimiento entre ellos, Argentina, Bélgica, Bolivia, Canadá, Chile, Chipre, Francia, Grecia, Italia, Líbano, Lituania, Holanda, Polonia, Rusia, Eslovaquia, Suecia, Suiza, Uruguay, el Vaticano y Venezuela. Uruguay fue el primer Estado en reconocer la causa del pueblo de Armenia, en 1965.
El Papa Francisco condenó recientemente el crimen y lo calificó como el primer Genocidio del Siglo XX y «una tragedia inaudita». Esta condena generó ataques verbales y amenazas por parte del gobierno turco de Tayyip Erdogan, quien considera que no existen pruebas que vinculen al Imperio Otomano con el exterminio de la población armenia.
De la misma manera las Naciones Unidas, parlamentos nacionales y regionales se han unido a la causa del pueblo Armenio.
-En 1985 la Subcomisión de Derechos Humanos de la ONU reconoció el Genocidio Armenio como un crimen de lesa humanidad. Los crímenes de guerra y de lesa humanidad no prescriben, es decir, no cesa la responsabilidad penal por el transcurso del tiempo.
– El presidente del Parlamento alemán, Norbert Lammert, reconoció, en el mes de abril de 2015, el «genocidio» armenio, utilizando por primera vez ese término para calificar los hechos impulsados por el Estado turco contra la población armenia. Lammert se refirió a la muerte de millón y medio de armenios en 1915 como «crimen masivo» y «limpieza étnica» en la que reconoció además la responsabilidad alemana como aliada de Estambul.
– El Parlamento Latinoamericano (Parlatino), aprobó el viernes 31 de julio de 2015, casi por unanimidad (solo una abstención), una resolución de reconocimiento del Genocidio Armenio. Este nuevo reconocimiento del crimen de lesa humanidad perpetrado por el Estado turco, se suma a las resoluciones aprobadas por parlamentos sudamericanos durante este año, como es el caso de la Cámara de Diputados de Chile, el Senado Federal de Brasil y la Asamblea Legislativa del Estado de Río de Janeiro.
Por su parte, los países que no utilizan el término genocidio para referirse a las matanzas contra los armenios son: Israel, Estados Unidos, Reino Unido y España.
Turquía, como heredera política del Imperio Turco Otomano es señalada como responsable de la matanza, pero este país se niega a reconocer que haya sido un genocidio y los interpreta como un capítulo más en el contexto de la Gran Guerra, que había comenzado en 1914. Las autoridades turcas aceptan que se cometieron atrocidades, pero rechazan que hubiese la intención sistemática de destruir a los cristianos armenios. De hecho, afirman que muchos turcos musulmanes también murieron durante lo que definen como el caos de la guerra.
Cabe destacar que el genocidio tiene graves implicaciones legales ya que obliga a Turquía a castigar a los responsables, si están vivos (no es el caso actual); reconocer formalmente el crimen; e indemnizar a las víctimas. El Estado turco estaría obligado internacionalmente a asumir la responsabilidad de los hechos. El artículo número dos de la Convención sobre Genocidio de 1948, de la Organización de Naciones Unidas, describe genocidio como las acciones llevadas a cabo con la intención de «destruir, total o parcialmente, una nación, una etnia, raza o grupo religioso».
El reconocimiento efectuado por algunos países al genocidio armenio ha generado el rechazo por parte de Turquía. El gobierno turco retiró a su embajador en el Vaticano y acusó al Papa de «discriminar en el sufrimiento de las personas». El canciller de Turquía, Mevlüt Çavusoglu, expresó al respeto: «El Papa desestimó las atrocidades que turcos y musulmanes sufrieron durante la Primera Guerra Mundial y sólo resalta el sufrimiento de los cristianos, especialmente de los armenios.
Años previos, el gobierno turco también había reaccionado contra la posición de Francia y los Estados Unidos en este tema. En 2006, Turquía condenó la posición del parlamento de Francia, el cual aprobó una propuesta para declarar como crimen la acción de rechazar el «genocidio» armenio. En 2012, la propuesta se convirtió en ley, pero fue suspendida por el más alto tribunal constitucional de Francia.
De la misma manera en marzo de 2010, el embajador turco fue llamado por su país en protesta por la decisión del congreso estadounidense de aprobar una resolución que tipifica los sucesos como «genocidio». El gobierno de Barack Obama objetó esta iniciativa y solicitó que la resolución no fuese aprobada por el Congreso.
La República de Turquía y la República de Armenia firmaron un acuerdo en octubre de 2009, para el restablecimiento de relaciones diplomáticas y la reapertura de su frontera común, aún no concretado, sin embargo tanto el gobierno de Armenia, como la diáspora dispersa en países como Francia, Rusia, Líbano, EEUU, Argentina, las instituciones como el Consejo Nacional Armenio y el Centro Armenio de la República Argentina continúan su lucha incansable para tratar de sensibilizar al mundo sobre esta causa.
La Comunidad Internacional debe continuar apoyando a Armenia en su lucha por el reconocimiento del genocidio del que fueron víctima por parte de Turquía. Es importante que los organismos internacionales de integración tales como la Unasur, la Celac, Mercosur y la ALBA, se unan al reconocimiento efectuado por mas de 22 países, además del Parlamento Alemán y el Parlamento Latinoamericano, entre otros. Es difícil que la Organización de las Naciones Unidas (ONU), obligue con una Resolución a Turquía a reparar esta deuda histórica, pues como es bien conocido por muchos de nosotros, este país es aliado tradicional de EE.UU en Oriente Próximo y miembro de la OTAN, por lo que cualquier sanción sería vetada.
En la actualidad las relaciones internacionales y la geopolítica internacional se han reconfigurado. Los países que históricamente han sido objeto de injusticias, despojos e intervenciones, como lo ocurrido en Armenia, encuentran cada vez mas la solidaridad de países dispuestos a hacerle frente a los atropellos de los países imperialistas, a fin que se imponga la legalidad internacional, cese la impunidad y se respete el derecho internacional.
Fuente original: http://barometrointernacional.bligoo.com.ve/por-carmen-victoria-montes-reconocimiento-historico-de-un-crimen-de-lesa-humanidad