Traducido para Rebelión por Germán Leyens
«Desde el momento en que la Unión Soviética colapsó en 1991, EE.UU. ha mantenido implacablemente una estrategia de cerco de Rusia, tal como lo ha hecho con otros supuestos enemigos como China e Irán. Ha incorporado a 12 países de Europa central, todos ellos antiguos aliados de Moscú, a la alianza de la OTAN. El poder militar de EE.UU. se encuentra ahora directamente en las fronteras de Rusia… Esta crisis es en parte el resulto de un cálculo de cero suma que ha conformado la política de EE.UU. hacia Moscú desde la Guerra Fría: Cualquier pérdida para Rusia es una victoria estadounidense, y cualquier cosa positiva que suceda a, por, o en Rusia es mala para EE.UU. Es un enfoque que intensifica la confrontación, en lugar de reducirla.»
– Stephen Kinzer, «EE.UU. un socio total en la debacle ucraniana», Boston Globe»
«Hemos removido todas nuestras armas pesadas de la parte europea de Rusia y las hemos colocado más allá de los Urales» y «reducido nuestras Fuerzas Armadas en 300.000. Hemos tomado varios otros pasos requeridos por el Tratado de las Fuerzas Armadas Convencionales en Europa (FACE), ¿Qué hemos visto en respuesta? Europa Oriental recibe nuevas armas, dos nuevas bases militares están siendo establecidas en Rumania y en Bulgaria, y hay dos nuevas áreas de lanzamiento de misiles – un radar en la República Checa y sistemas de misiles en Polonia. Y nos hacemos la pregunta: ¿Qué pasa? Rusia se está desarmando unilateralmente. Pero si nos desarmamos unilateralmente quisiéramos ver que nuestros socios están dispuestos a hacer lo mismo en Europa. Al contrario, Europa está siendo atiborrada de nuevos sistemas de armas. Y por cierto no podemos dejar de estar preocupados.»
– Presidente ruso Vladimir Putin, Conferencia de Múnich sobre Política de Seguridad, febrero de 2007.
La justificación del gobierno de Obama para apoyar el golpe dirigido por fascistas en Ucrania se derrumbó el miércoles cuando un llamado telefónico «hackeado» entre la jefe de asuntos exteriores de la UE Catherina Ashton y el ministro de exteriores de Estonia, Urmas Paet, reveló que los francotiradores que dispararon contra manifestantes en la Plaza Maidán en Kiev no estaban alineados con el presidente Viktor Yanukovych, sino con los propios dirigentes de las manifestaciones. La importancia de este descubrimiento no puede ser sobrestimada ya que el equipo de Obama ha utilizado la muerte de manifestantes para justificar su apoyo al nuevo gobierno impostor. Ahora resulta que miembros del nuevo gobierno podrían estar implicados en la matanza de civiles inocentes. Esta nueva información podría obligar a Obama a retirar su apoyo a los conspiradores del golpe en Kiev, lo que podría arruinar el plan del gobierno de remover a Rusia de Crimea y expandir la OTAN hacia Ucrania. Reproducimos una breve recapitulación de los detalles de un artículo en Russia Today:
«El ministerio de Exteriores de Estonia ha confirmado la autenticidad de la conversación con la jefe de política exterior de la UE. Urmas Paet dijo que francotiradores que dispararon contra manifestantes y policías en Kiev fueron contratados por dirigentes de Maidán.
Durante la conversación, Paet subrayó que «existe ahora un acuerdo cada vez más fuerte de que detrás de los francotiradores, no se encontraba Yanukovich, sino que se trata de alguien de la nueva coalición». …
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Estonia también emitió una declaración en su sitio en la web, diciendo que la grabación de la conversación telefónica filtrada entre Paet y Ashton es «auténtica». («Estonian Foreign Ministry confirms authenticity of leaked call on Kiev snipers», Russia Today)
Es un gran mérito que el Guardian británico haya publicado un artículo en el que informa sobre los hechos básicos, pero no existe cobertura del New York Times, el Washington Post o alguna de las redes principales de noticias en la televisión. Los medios elitistas de EE.UU. están empeñados en un apagón noticioso coordinado para impedir que la gente vea que el gobierno de Obama y sus colaboradores de la UE apoyan a un grupo de extremistas derechistas que estuvieron directamente involucrados en la matanza de civiles a fin de derrocar a un gobierno democráticamente elegido. Citamos más detalles del mismo artículo:
«Paet dice… que es la misma escritura, el mismo tipo de balas, y que es realmente inquietante que ahora la nueva coalición no quiere investigar lo que sucedió exactamente». («Ukraine crisis: bugged call reveals conspiracy theory about Kiev snipers», Guardian)
No habrá una investigación porque una investigación revelaría la verdad, y la verdad afectaría el plan de Obama de instalar un régimen títere en Kiev. El nuevo gobierno ya ha mostrado que está más que dispuesto a seguir las órdenes de Washington, es decir, imponer medidas de austeridad a los trabajadores de Ucrania, compensar a opulentos dueños de bonos en Berlín y Bruselas a través de préstamos más extorsionistas del FMI, extender la OTAN hasta la frontera de Rusia en contravención a acuerdos hechos con Bush padre después de la caída del Muro de Berlín, y dar seguimiento a sueños chiflados de hegemonía detallados en «El Gran Tablero de Ajedrez» por el fantasista del Nuevo Orden Mundial Zbigniew Brzezinski. Son los objetivos primordiales de la actual política que podrían ser puestos boca abajo por las afirmaciones de juego sucio.
Las revelaciones concretas sobre el llamado telefónico hackeado aparecieron solo horas antes que funcionarios estadounidenses indicaran que estaban planeando aumentar su presencia militar en Europa Oriental. Según World Socialist Web Site:
«El secretario de Defensa Chuck Hagel dijo que el Pentágono fomentará el entrenamiento conjunto de fuerzas de la OTAN en Polonia y aumentará las patrullas aéreas de la OTAN en el Báltico… Funcionarios militares de EE.UU. dijeron que estaban desplegando seis cazas F-15 y aviones de transporte KC-135… Una fragata de misiles teleguiados, el USS Taylor, continúa en un puerto del Mar Negro en Turquía después de patrullar la región durante los Juegos Olímpicos de Sochi.
Funcionarios turcos confirmaron que habían dado permiso a un barco de guerra de la Armada de EE.UU. para que pasara por el Estrecho del Bósforo hacia el Mar Negro, que limita con Ucrania». («Amid Ukraine crisis, US launches military escalation in Eastern Europe», World Socialist Web Site)
Russia Today también informa que: «el destructor de misiles teleguiados, el USS Truxton se dirige hacia el Mar Negro, para lo que los militares estadounidenses dijeron se trata de un despliegue «de rutina»… El barco tiene una tripulación de unos 300 y forma parte de un grupo de ataques de portaaviones que abandonó EE.UU. a mediados de febrero.»
(«US navy confirms missile destroyer USS Truxton approaching the Black Sea», RT)
«¿Despliegue de rutina»? ¿De modo que provocar una guerra con Rusia es «rutina»? Y hablemos de eufemismos.
La escalada militar ocurre en una atmósfera de creciente tensión entre las dos potencias con armas nucleares y ciertamente aumentará su desconfianza mutua. El despliegue de Hagel es consistente con un plan de llevar la contra a Moscú que fue propuesto solo días antes en el
Washington Post por el padrino ideológico del gobierno de Obama, Zbigniew Brzezinski.
Brzezinski dijo lo siguiente en el artículo titulado «¿Qué hay que hacer? La agresión de Putin en Ucrania requiere una respuesta»:
«…Occidente debe reconocer rápidamente que el actual gobierno de Ucrania es legítimo. La inseguridad sobre su estatus legal podría tentar a Putin a repetir su charada en Crimea…
«…Occidente debe comunicar… que el ejército ucraniano puede contar con ayuda occidental inmediata y directa para reforzar sus capacidades defensivas. No debe quedar duda alguna en la mente de Putin de que un ataque contra Ucrania precipitaría un enfrentamiento largo y costoso, y los ucranianos no deben temer que se les deje solos con sus problemas.
Mientras tanto, hay que poner en alerta a fuerzas de la OTAN, consistentes con la planificación de contingencia de la organización. La alta preparación para un inmediato puente aéreo a Europa de unidades aerotransportadas de EE.UU. tendría sentido político y militar. Si Occidente quiere evitar un conflicto, no debe haber ambigüedad alguna en el Kremlin en cuanto a lo que podría provocar un mayor uso aventurado de fuerza en medio de Europa.» («What is to be done? Putin’s aggression in Ukraine needs a response», Washington Post)
¿»Aventurero»? El doctor Insólito llama aventurero al Kremlin cuando sus recomendaciones pondrían a la OTAN, EE.UU. y Moscú en un extremo estado de alerta aumentando las probabilidades de un error de juicio que podría conducir a una guerra termonuclear. ¿No se trata de que la sartén le dice al cazo: retírate que me tiznas?
Prestad atención al tono de la columna editorial de Brzezinski. En unos pocos breves párrafos, el autor -a quien muchos respetan como un comedido y brillante estratega global- se refiere a Putin como matón, gángster de la Mafia, Mussolini, e Hitler. Me imagino que si tuviera otro párrafo a su disposición, agregaría a Belcebú Satanás a la lista
Esto no es política; es histeria. Son pavadas incendiarias, patrioteras, destinadas a excitar al público y avivar las llamas del nacionalismo. Es el mismo tipo de desvarío farisaico que precipitó la invasión de Iraq.
¿Y qué dice Brzezinski?
¿Dice que los eventos en Crimea constituyen una amenaza para la seguridad nacional de EE.UU.? ¿Dice que ahora EE.UU. puede pretender aplicar la Doctrina Monroe a cualquier sitio del planeta, metiendo su gran nariz en cualquier sitio que se le ocurra al presidente?
El problema en Crimea no tiene nada que ver con EE.UU. No tenemos nada que ver en este lío. Tiene que ver con expansión militar hacia Eurasia, con corredores de gasoductos y campos petrolíferos, tiene que ver con el desmantelamiento de la Federación Rusa y la colocación de corporaciones multinacionales y bancos de inversión de Wall Street en Asia para el nuevo siglo. Y, finalmente, se trata de una cruzada impulsada por el ego de un anciano que quiere ver que su visión demencial de hegemonía global de un Nuevo Orden Mundial es realizada antes de que se lo lleven en una plancha de mármol. De eso se trata: el glorioso nuevo desorden mundial, el sueño húmedo distópico de patricios de think-tank cuyo único propósito en la vida es iniciar guerras que los hijos de otros tendrán que librar.
Incluir Ucrania en la alianza corporativa-occidental, es una parte crítica del plan magistral de Brzezinski. La estrategia básica ha existido desde la caída del Muro de Berlín cuando aventureros de EE.UU. ayudaron en el saqueo del antiguo Estado soviético dejando a Rusia políticamente rota y económicamente indigente. Desde entonces, la política de EE.UU. hacia Rusia ha sido abiertamente hostil, esforzándose por cercar a la nación rica en petróleo mientras posiciona instalaciones de misiles nucleares en su perímetro. Ahora Washington utiliza su golpe respaldado por fascistas en Ucrania para obligar a Moscú a renunciar a su influencia en una región que es vital para su seguridad nacional.
A continuación, un breve pasaje de una entrevista con Stephen Cohen, profesor emérito de estudios rusos e historia en la Universidad de Nueva York el lunes en PBS Newshour. Cohen ayuda a aclarar lo que realmente ocurre en la confrontación entre EE.UU. y Rusia:
«Lo que estamos presenciando es el peor tipo de realización de la historia, el descenso de una nueva división de Guerra Fría entre Occidente y Oriente en Europa, esta vez no en el lejano Berlín, sino directamente en las fronteras de Rusia a través de Ucrania. Habrá inestabilidad y la perspectiva de guerra durante décadas para nuestros hijos y nuestros nietos. La versión oficial es que la culpa es de Putin; él lo hizo. Pero simplemente no es verdad. Esto comenzó hace 20 años cuando Clinton inició el movimiento de la OTAN hacia Rusia, un movimiento que ha continuado.
…el tema fundamental en este caso es que, hace tres o cuatro años, Putin dejó absolutamente claro que tenía dos líneas rojas… Una era en la antigua república soviética de Georgia. (Putin no permitiría a la OTAN en Georgia). La otra era en Ucrania. Cruzamos ambas. Hubo una guerra en Georgia en 2008, y tenemos la situación en Ucrania hoy en día porque nosotros, EE.UU. y Europa, cruzamos la línea roja de Putin.» (PBS News Hour)
No cabe duda de quién es el culpable por el presente conflicto desde el punto de vista de Cohen. Es Washington.
Por lo tanto, aquí estamos, atrapados entre la espada y la pared: Putin no puede retroceder en un tema que es crucial para la seguridad nacional, y Washington está más determinado que nunca a arrastrar a Ucrania dentro de -lo que Henry Kissinger llama- «un sistema internacional cooperativo». (Es decir el régimen capitalista). Lo que significa que habrá una guerra.
El jueves, los parlamentarios de Crimea votaron unánimemente que se realizará un referendo sobre si la región debiera formar parte de Rusia o no. La votación tendrá lugar dentro de 10 días aunque Obama ya ha dicho que no respetará los resultados. Al parecer otros países tienen que obtener la luz verde de Washington antes de poder realizar sus elecciones. Hasta ese punto es ridícula la situación.
En 2008, Brzezinski reveló los verdaderos motivos detrás de la agresión de EE.UU. en Asia Central en un artículo que apareció en el Huffington Post que trató primordialmente de la pelea en Georgia. (Donde Putin desplegó tropas rusas para defender a civiles rusófonos en Osetia del Sur.) Brzezinski dijo:
«La cuestión que la comunidad internacional enfrenta ahora es cómo responder a una Rusia que se involucra en el uso flagrante de la fuerza con mayores objetivos imperiales: reintegrar el antiguo espacio soviético bajo control del Kremlin y cortar el acceso occidental al Mar Caspio y a Asia Central obteniendo el control sobre el oleoducto Bakú/Ceyhan que pasa por Georgia.
En breve, las apuestas son muy significativas. Está en juego el acceso al petróleo cuando ese recurso es cada vez más escaso y caro y cómo una potencia importante se comporta en nuestro mundo ahora interdependiente, conducta que debiera basarse en el acomodo y el consenso, no en la fuerza bruta.
Si Georgia es subvertida, Occidente no será cortado solamente del Mar Caspio y de Asia Central. Podemos esperar lógicamente que Putin, si no encuentra resistencia, utilizará las mismas tácticas hacia Ucrania. Putin ya ha formulado críticas públicas contra Ucrania.» («Brzezinski: Russia’s invasion of Georgia is Reminiscent of Stalin’s attack on Finland»; Huffington Post)
¡Uh! Parecería que Brzezinski piensa que el petróleo debería ser suyo. O tal vez piensa que pertenece a los gigantes petroleros occidentales; ¿será así?
Por lo tanto no se trata en este caso de seguridad nacional, soberanía o esferas de influencia. En realidad estamos hablando de «acceso al petróleo». No solo eso, pero Brzezinski se muestra bien claro en su afirmación de que «Occidente» -como lo llama- tiene un derecho legítimo a los recursos en el país de otros. ¿De dónde sacó esa idea?
En otra entrevista en Kavkacenter.com, en 2008, Brzezinski hizo sonar la misma alarma con un rasgo ligeramente diferente. A continuación cito un pasaje del artículo titulado «Rusia tiende a desestabilizar Georgia»:
«Brzezinski dijo que EE.UU. presencia «casos de posibles amenazas de Rusia… motivadas no por algunas disputas territoriales… sino causadas por la intención de apoderarse del control del oleoducto Bakú-Ceyhan».
«Si el gobierno de Georgia es desestabilizado, el acceso occidental a Bakú, el Mar Caspio y más allá será limitado», dijo Brzezinski … declaró que Rusia tratará de consolidar su monopolio en esos mercados y utilizará todos los medios de presión política y económica, incluyendo «cese por motivos políticos de suministros de energía» en Estados de Europa y el Báltico.
«Rusia tiende activamente a aislar la región centroasiática del acceso directo a la economía mundial, especialmente a suministros de energía», considera el politólogo.» («Zbigniew Brzezinski: «Russia tends to destabilize Georgia» kavkacenter.com)
Putin no está aislando a nadie y ciertamente no se apoderará del oleoducto de nadie. Es presidente de Rusia. Vende petróleo y gana dinero, así funciona el sistema. Se llama capitalismo. Pero el petróleo es suyo. El gas natural es suyo. Los ductos son suyos. No nuestros. ¡Entendéis!
No os engañéis, todo tiene que ver con petróleo. Petróleo y poder. Las ambiciones imperiales de EE.UU. están intrínsecamente marinadas en petróleo, acceso al petróleo, y control del petróleo. Sin petróleo, no hay imperio, no hay hegemonía del dólar, no hay fuerzas armadas súper-hinchadas, matonescas, que ponen a países más débiles contra la pared y exigen tributos. El petróleo es la moneda de la nación, el camino a la dominación global.
Putin tiene la audacia de pensar que el petróleo bajo suelo ruso pertenece a Rusia. Washington quiere cambiar su modo de pensar. Y por eso la situación en Ucrania es tan peligrosa, porque la voraz sed de petróleo nos impulsa a todos hacia otra guerra mundial.
Mike Whitney vive en el Estado de Washington. Contribuyó a Hopeless: Barack Obama and the Politics of Illusion (AK Press). Hopeless también existe en una edición Kindle. Contacto: [email protected]
Fuente: http://www.informationclearinghouse.info/article37878.htm