«Tenemos que encontrar nuevas tierras a partir de las cuales podamos obtener fácilmente materias primas y, al mismo tiempo explotar la mano de obra barata que son los nativos de las colonias.» Este lema del colonialista británico Cecil Rodhes (1853-1902) en pleno siglo XXI continúa cumpliendo su vivencia bajo el sistema del capitalismo internacional. Justamente […]
«Tenemos que encontrar nuevas tierras a partir de las cuales podamos obtener fácilmente materias primas y, al mismo tiempo explotar la mano de obra barata que son los nativos de las colonias.»
Este lema del colonialista británico Cecil Rodhes (1853-1902) en pleno siglo XXI continúa cumpliendo su vivencia bajo el sistema del capitalismo internacional. Justamente la inspiración imperialista de Rodhes, enfocada hacia el continente africano, salió en un momento histórico de la crisis económica europea de 1870 causada por la acumulación capitalista. Por ello, las potencias europeas decidieron como solución genocida invadir los países africanos mediante el pacto definido en la Conferencia de Berlín en 1885. Una tregua economicista que posteriormente sería incumplida entre los imperios y provocaría la I Guerra Mundial (1914-1918), una guerra que aceleró la primera revolución proletaria mundial en suelo ruso liderada por Lenin en 1917. Lenin ya advirtió que el «imperialismo era la fase superior del capitalismo» donde la aceleración de las herramientas colonialistas era un indicador de la crisis del sistema.
En el siglo XXI, tras la crisis internacional del capitalismo que se vive actualmente e iniciada en 2008, las potencias imperialistas para solucionar sus problemas internos han reactivado su accionar. Actualmente, en pocos días, han salido algunos ejemplos de las injerencias de los países europeos y Estados Unidos que comprueban la relación entre crisis económica interna y aceleración de las estrategias imperialistas, un vínculo que además con su movimiento militar pone en uso los aparatos ideológicos para hacer surgir un sentimiento nacionalista interno que legitime las invasiones.
Uno de los ejemplos es el reciente actuar imperialista de Francia – con ayuda de tropas de otros países europeos – en un momento de mayor desempleo en los últimos 10 años, el 9,9% de la población activa [1] . El país francófono ha iniciado una operación militar en el país africano de Malí – excolonia francesa hasta 1960 – enviando cerca de 1400 soldados justificando su injerencia como lucha contra grupos «terroristas» salafistas islámicos del norte que pretenden derrocar al gobierno existente. El actual gobierno de Malí presidido por Dioncounda Traore es aliado de Francia y la instauración de un sistema liderado por los rebeldes salafistas provocaría una prohibición de los intereses de Francia en el país africano, una zona muy rica en oro que interesa a la burguesía francesa [2] . Las causas de esta invasión son de la misma magnitud a las invasiones imperialistas lideradas por Estados Unidos y el complejo de la OTAN que se realizaron en 2012 en Libia, para sacar del poder a Muamar el Gadafi, o contra Sadam Hussein en Irak en 2003, dos países con grandes producciones de petróleo que no aceptaban las estrategias de estos países. O las amenazas permanentes que sufre Irán para ser derrocado su gobierno por cumplir soberanía económica.
Esta historia no solo es contada en el continente africano sino también en las Américas. La implementación democrática de nuevos gobiernos de izquierdas con planes propios de nacionalizar los recursos nacionales para ser de beneficio para sus pueblos y no para los imperios, en contradicción con la tesis de Rodhes, no ha dejado a las potencias sin actuar. Además de los intentos de golpes de estado, con actuación del imperio norteamericano en vinculación con las derechas nacionales, que han sufrido los países progresistas, Venezuela en 2002, Bolivia en 2008, Ecuador en 2010, entre otros, o el bloqueo de Cuba desde 1962 por parte de Estados Unidos, se han desarrollado otras estrategias imperialistas de violación de soberanía como el caso de Bolivia donde los Estados Unidos sin ninguno permiso gubernamental realizó estudios militares en las alturas de Chacaltaya y en Coroico para la adaptación de sus soldados en la guerra de invasión que ejecuta en Afganistán [3] .
Sea la invasión o estrategia que sea de los países imperialistas, su justificación en beneficio de la paz es solo una falacia en beneficio de sus intereses económicos.
Notas
[1] http://hola24h.hola.com/
[2] http://www.taringa.net/posts/
[3] http://www.la-razon.com/
Artículo publicado en la revista Correa del ALBA, enlace: http://bolivia.
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