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El nuevo mapamundi

Fuentes: Rebelión

En las escuelas primarias de todo el mundo se les enseña a los niños los nombres de los cinco continentes, de los océanos, de los mares y hasta de los grandes lagos del planeta Tierra. Todos aprenden, por ejemplo, que el Atlántico es el océano que se extiende de Norte a Sur y separa América […]

En las escuelas primarias de todo el mundo se les enseña a los niños los nombres de los cinco continentes, de los océanos, de los mares y hasta de los grandes lagos del planeta Tierra. Todos aprenden, por ejemplo, que el Atlántico es el océano que se extiende de Norte a Sur y separa América de Europa y África. Eso es lo que dicen los conocimientos básicos de geografía.

Pero una cosa es lo que se enseña en la escuela y otra muy distinta el uso político que el imperialismo hace de esos conceptos básicos. Así, tras la II Guerra Mundial, el capitalismo se vio seriamente amenazado. Las tropas soviéticas ocupaban el centro de Europa. Se temía que llegasen a las costas atlánticas del Viejo Continente. Francia e Inglaterra, primero, y los Estados Unidos, después, se apresuraron a establecer la denominada Alianza Atlántica, unan organización militar conocida también como OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte). El 4 de abril de 1949, fecha de su firma en Washington, componían esta Alianza Atlántica los EEUU, Canadá, Reino Unido, Francia, Italia, Noruega, Dinamarca, Islandia, Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo y Portugal, si bien Italia y Luxemburgo carecían d costas en el Atlántico Norte y mucho menos en el Sur. Poco después (1952) se sumaron Grecia y Turquía, todavía más lejos de este océano. A continuación entraron la República Federal de Alemania (1955) y España (1982).

El artículo 5 de este tratado dice que, en caso de agresión contra un Estado miembro, todos los demás se comprometen a tomar las medidas necesarias, «incluyendo el empleo de la fuerza armada para restablecer y asegurar la seguridad en la región del Atlántico Norte».

En 1999 se adhirieron a la Alianza Polonia, la República Checa y Hungría. En 2004 lo hicieron Rumania, Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Eslovaquia y Eslovenia. Ninguno de estos países tiene costas en el Atlántico. A principios de enero de 2008 Georgia también ha votado que quiere ingresar en la Alianza Atlántica Las costas del Atlántico Norte se han desplazado, al menos conceptualmente, al Cáucaso. Más aún, las tropas de la Alianza Atlántica se hallan actualmente defendiendo, frente a su propia población, la seguridad de Afganistán, país situado en Asia Central, lejos de todo océano, . Lo mismo llevan haciendo desde hace casi dos décadas en los Balcanes, donde, gracias a su intervención, han creado 7 nuevos países con trozos de la antigua Yugoslavia. El último Kosovo, en una provincia serbia, pero sin que nada tenga que ver con el principio de autodeterminación de los pueblos, sino con los manejos de la CIA y de los conglomerados mineros usamericanos. Y suma y sigue.

¿Cómo se explica este tour de force conceptual? Es evidente que a ningún niño de primaria se le escapa que ninguna de estas intervenciones ni guerras tiene nada que ver con la seguridad del Atlántico Norte, como reza el artículo 5 de la OTAN.

¿Qué intereses las motivan entonces? Como ejercicio escolar se les podría plantear a los niños europeos y, sobre todo usamericanos que aporten ellos mismos las respuestas a estas preguntas. Previa enseñanza de las riquezas naturales de estas regiones.