La situación política mundial nos lleva a entender que el proyecto de dominación por parte de Estados Unidos está orientado a la expoliación de la riquezas energéticas de los pueblos y /o a la ocupación de territorios que geo-estratégicamente son posibles para ejercer la dominación, la intervención y el patrullaje supra nacional. Un patrullaje que […]
La situación política mundial nos lleva a entender que el proyecto de dominación por parte de Estados Unidos está orientado a la expoliación de la riquezas energéticas de los pueblos y /o a la ocupación de territorios que geo-estratégicamente son posibles para ejercer la dominación, la intervención y el patrullaje supra nacional.
Un patrullaje que es concreto y evidente si nos detenemos a contar las bases militares que repartidas por el globo terráqueo sustentan el poderío de EEUU y el avasallamiento por la fuerza de los países en los cuales se encuentran y obviamente de los países vecinos de esos enclaves militares.
Las noticias no son alentadoras para la soberanía de las naciones si Obama pretende y tiene en sus planes ocupar con Marines el territorio de 120 países para finales del 2012 y el objetivo heredado de la administración Bush que contempla la intromisión, en nueve países en los que se cuentan Somalia, Yemen, Afganistán, Sudán, Corea del norte, Libia Siria, Irak e Irán. Con este reordenamiento del mundo su poderío estaría asegurado. Ya parte de esa agenda la conocemos así como el principio de las guerras preventivas.
Según la investigación el Centro de Estudios y Documentación sobre Militarización (Cedomi/ Mopassol) la militarización imperial existente nos lleva a pensar en un tejido que cubre todo el planeta y que lamentablemente algunas veces surge de acuerdos con los mismos países ocupados autorizadas por los gobiernos de turno, lacayos del imperio y aprobados por un parlamento servil; como es el caso de Chile que se suma a esta ocupación autorizada con la instalación en el Fuerte Aguayo de una base militar estadounidense bajo la anuencia del actual presidente Piñera.
Tenemos nuevas modalidades y no toda ocupación es por la fuerza sino también por la «persuasión» o ayuda humanitaria (caso Haití) guerra contra las drogas o narco tráfico (como es el caso de Guatemala) contra fuerzas rebeldes para la liberación, terrorismo o pactos como el caso de Colombia que desde el 30 de octubre de 2010 firma un convenio de cooperación militar, que lleva a EEUU a diversificar varias bases (Apiay, Malambo, Palanquero, Tolemaida, Tolima, Cartagena). A estas podemos sumar las ya existentes: Tres Esquinas. Larandia; en otras palabras Colombia infestada por equipos y personal foráneo para ejercer la injerencia no solamente en ese país sino para amenazar y amedrentar toda la Región. Hay casos de usurpación territorial a través de la fuerza como es el caso de Las Malvinas -que posesiona a la Otan- y el de Guantánamo en Cuba a Estados Unidos.
Nos perturba mirar este panorama de bases aéreas, o espacios para el entrenamiento bélico como es la de Aruba en el primer caso y el de Belice en el segundo. Se suman a este infernal plan: Curazao, El Salvador, Guadalupe, Guayana Francesa, Honduras, Martinica, República Dominicana, México, Paraguay, Perú -cuyo gobierno ha autorizado a EEUU el uso de instalaciones portuarias para aprovisionamiento de la IV Flota- Panamá. Esta última bate el récord de intervención y usurpación por parte de EEUU sin obviar el caso de Puerto Rico.
Desde esas bases de la ignominia para los países donde operan, se desarrolla el plan imperial de control, observación, vigilancia, patrullaje, intervención, espionaje, injerencia, adiestramiento, apoyo para maniobras militares.
Con la excusa de mantener, garantizar la paz en la región y la estabilidad social penetra en nuestra patria grande para desarrollar sus políticas intervencionistas, su dominación geopolítica, su poderío expansionista y expoliador el poderoso gendarme norteño.
Ante esa situación surge la pregunta ¿acaso tienen los pueblos la fuerza militar para enfrentar el avance guerrerista del imperialismo que posee un arsenal de ojivas nucleares con la capacidad destructiva para hacer desaparecer el planeta? ¿Están los pueblos de este mundo condenados a ser sometidos por la fuerza hegemónica de los yankee?
El desarrollo de la historia reciente nos remite a una constante agresión por parte del imperialismo de manera indiscriminada y bestial hacia los pueblos tanto de África como del Medio Oriente. La avanzada contra Irak, Afganistán, Libia; perpetuada de manera sangrienta y destructora y ahora Siria asediada, transfigurada por la violencia mercenaria y vilipendiada, a través de las transnacionales de la información a la que se suman las amenazas contra Irán nos llevan a preguntarnos ¿estamos frente a la puerta de un nuevo orden mundial irremediablemente indetenible? ¿Se asoma el mundo al umbral de una guerra final? ¿Podrá la resistencia de los pueblos enfrentar, detener y vencer al enemigo que acosa, desde diferentes flancos y que vigila permanentemente e interviene en la vida política, social y cultural de los distintos países?
Dentro del monstruo convergen dos fuerzas que alternativamente se turnan el poder: Republicanos y Demócratas. No importa quien ocupe el turno ya que persiguen el mismo objetivo y pareciera que compiten en quién acumula más guerras y quién extiende el poderío imperial y surge otra pregunta ¿qué fuerza política al interno del monstruo podrá irrumpir con la suficiente capacidad organizativa como para hacer que implosione y derribarlo?
Entendido que el poder político en EEU está sustentado por el poder económico que a su vez -golpeado por la crisis sistémica, financiera y económica- depende de las decisiones guerreristas para poder continuar ejerciendo la supremacía nos volvemos a preguntar ¿hasta cuándo los pueblos pueden soportar la injerencia, las invasiones, la destrucción de su gente y su cultura y la expoliación de sus riquezas materiales y la dominación de sus territorios y la violación a sus soberanías?
¿Podrá el eje antiimperialista hacer frente a las arremetidas y guerras planificadas calificadas como preventivas? ¿La correlación de fuerzas antiimperialistas son suficientes para garantizar la paz mundial?
Todas esta preguntas nos la formulamos cada vez que las noticias internacionales nos disparan nuevas declaraciones o campañas desde el norte para vigilar, controlar las «actividades terroristas» de las naciones y los pueblos que luchan por sacudirse el avasallamiento colonizador del imperialismo.
Esta ofensiva mediática sustentada desde el poder de las Empresas de información transnacionales- que luego repican en el suelo propio- nos llevan a una zozobra constante frente a un enemigo feroz cuyo único fin es el de sustentar su débil economía a través de la usurpación de las riquezas acuíferas y energéticas de los pueblos del planeta sin importarle la depredación de los bienes humanos, culturales, geográficos, naturales de los pueblos invadidos.
El saqueo no viene solo sino que este fin lleva a destruir vidas humanas, ciudades, culturas, como lo sucedido en Fallujah en el 2004 que aún resuena con notas de dolor en el corazón.
Fuente: http://miblogchurummeru.blogspot.com/2012/05/el-ojo-supra-visor-de-las-bases.html