Aunque en Pakistán hay ahora menos atentados suicidas y estallidos de bomba, el movimiento islamista afgano Talibán sigue atacando escuelas de mujeres. La respuesta de las alumnas es seguir estudiando, pese a no tener local. La escuela secundaria de Kumbar, en esta provincia de Khyber Pakhtunkhwa es una de las tantas que deben ser reparadas. […]
Aunque en Pakistán hay ahora menos atentados suicidas y estallidos de bomba, el movimiento islamista afgano Talibán sigue atacando escuelas de mujeres. La respuesta de las alumnas es seguir estudiando, pese a no tener local.
La escuela secundaria de Kumbar, en esta provincia de Khyber Pakhtunkhwa es una de las tantas que deben ser reparadas. En mayo de 2009, la explosión de una bomba la dejó casi en ruinas.
«Mientras estábamos viviendo en el campamento de Mardan por la operación militar (en la zona), escuchamos la mala noticia de que nuestra escuela había sido destruida por el Talibán», relató Kulsoom Bibi, estudiante de noveno grado de la escuela secundaria para niñas del gobierno, en el distrito de Timergara Dir.
«Ya pasaron dos años y todavía no la han arreglado», se lamentó.
La buena noticia es que siguen estudiando aunque no tengan local.
«El Talibán está profundamente enemistado con la educación; cesaron los atentados suicidas y con bomba y hubo señales de mejora en la seguridad, pero siguen los ataques a escuelas», observó Pervaiz Jan, funcionario de educación del distrito de Charsadda, en Khyber Pakhtunkhwa.
El 21 de diciembre hicieron explotar dos escuelas. El mes pasado, 13 centros de enseñanza fueron dinamitadas en las agencias de Mohmand, Khyber y Orakzai, en las vecinas Áreas Tribales Administradas Federalmente (FATA), y en Mardan, Charsadda y Peshawar, capital de Khyber Pakhtunkhwa.
Treinta y tres escuelas fueron detonadas por insurgentes desde 2006 en Dir, uno de los 25 distritos de Khyber Pakhtunkhwa, dijo a IPS el director ejecutivo de esa localidad, Khursheed Ali.
«Se están reconstruyendo solo 11 escuelas debido al limitado presupuesto del gobierno», apuntó. La directora de uno de los centros de enseñanza, Ayesha Bibi, señaló que las estudiantes todavía están atemorizadas. «La campaña del Talibán dejó sin educación a 3.000 alumnas. El gobierno distribuyó 20 tiendas de campaña a manera de salones de clases», relato a IPS.
El Talibán sostiene que atenta contra cierto tipo de educación.
«No estamos contra la enseñanza, pero estas escuelas son la fuente de la educación moderna y liberal que no está permitida por el Islam», dijo a IPS el portavoz del proscrito Tehreek Talibán, Ihsanullah Ihsan, por teléfono desde una ubicación desconocida. El Talibán seguirá haciendo explotar escuelas, indicó.
El asistente de dirección para la educación de Khyber Pakhtunkhwa, Pervez Jan, señaló que 755 escuelas fueron destruidas en esta provincia y 296 en la vecina FATA. «No se detiene, y en los últimos tiempos la campaña se extendió a Mardan, Charsadda, Swabi, Nowshera y Peshawar, antes zonas seguras», apuntó.
El 22 de noviembre, el Talibán puso una bomba fuera de la escuela secundaria del gobierno para niñas en Shah Dand Mardan. Estalló mientras la policía trataba de desactivarla. «Si hubiera explotado un poco después, habría matado a decenas de muchachas», indicó Jan.
La directora de la escuela, Lal Baha, señaló que tres meses antes habían recibido una carta del Talibán instándolas a establecer la obligatoriedad del velo. «Desde entonces lo llevan la mayoría de nuestras 1.000 alumnas», indicó.
Varias estudiantes dijeron a IPS que están decididas a seguir concurriendo a clases.
«Si dejamos de ir se hará realidad el sueño más preciado del Talibán», dijo Kausar Bibi, de 16 años, de la escuela secundaria de Mardan.
«¿Por qué destruye escuelas? El Islam promueve la educación de hombres y mujeres, pero el Talibán hace lo contrario de lo que ordena nuestra religión», añadió.
Las alumnas de otra escuela de la agencia Khyber, con ocho salones de clase, destruida por el Talibán este mes, están animadas. «Nuestra escuela no tiene techo ni muebles ni otros elementos necesarios, pero vamos a seguir estudiando», aseguró Gul Ghutai, de nueve años, estudiante de tercer grado.
En cambio, las alumnas de la escuela secundaria del gobierno en Domail, en el distrito de Bannu, en FATA, no saben cuándo las autoridades comenzarán la reconstrucción del edificio destruido en septiembre de 2011.
«Más de 800 niñas estudian en alfombras que llevaron de sus casas», relató la profesora Zar Pari.
«Es difícil escuchar a la maestra porque las clases están atestadas y se hace pesado ir en verano, pero no hay otra alternativa», dijo la alumna Mushtari Begum.
Shahana Imran, quien cursa cuarto grado en la escuela secundaria del gobierno en la aldea de Regi, en Peshawar, contó que eligió ciencias porque quiere ser doctora, pero la escuela no tiene el material apropiado.
«Cuando llegamos el 23 de abril, encontramos solo restos dejados por la bomba que había estallado temprano en la mañana», relató.
El ministro de Educación de Khyber Pakhtunkhwa, Sardar Hussain Babak, señaló que varias organizaciones donantes prometieron asistencia económica para la reconstrucción.
«Comenzamos a reconstruir 127 escuelas en Swat, donde los insurgentes destruyeron un total de 255, entre 2007 y 2009», indicó. El gobierno creó comités de aldea para preservar los centros de enseñanza.
Saeed Bibi, estudiante de séptimo gado en Lakki Marwat, en esta provincia, señaló que, al igual que ella, unas 200 alumnas no van más a la escuela desde que fue destruida en mayo de 2011.
Fuente original: http://www.ipsnoticias.net/