Los rohinyás de Birmania (Myanmar) están al borde del genocidio. Y ahora un vídeo, difundido el pasado fin de semana en las redes sociales, se ha convertido en la prueba más fehaciente del abuso y persecución étnica que lleva a cabo el Ejército birmano en el norte del estado de Rakáin, en el sudoeste del […]
Los rohinyás de Birmania (Myanmar) están al borde del genocidio. Y ahora un vídeo, difundido el pasado fin de semana en las redes sociales, se ha convertido en la prueba más fehaciente del abuso y persecución étnica que lleva a cabo el Ejército birmano en el norte del estado de Rakáin, en el sudoeste del país, contra esta minoría musulmana. Tal es la evidencia que el Gobierno birmano se ha visto obligado a admitir los hechos y a tomar medidas al respecto.
Las imágenes, grabadas por un policía birmano, muestran cómo algunos de sus compañeros golpean repetidas veces a varios hombres detenidos el 5 de noviembre en la aldea Koe Tan Kaui, mientras estos yacen en el suelo. En la grabación, se ven patadas, bofetadas y bastonazos, y en ella los miembros de la operación son conscientes de que les graban.
Las autoridades han estado llevando a cabo operaciones de contrainsurgencia en esa región desde octubre, cuando se produjo un ataque por hombres armados no identificados que mataron a nueve guardias fronterizos. No obstante, grupos de la oposición birmana creen que la actuación policial no fue para descubrir agresores sino para castigar a los habitantes de esa localidad por haber hablado mal de los cuerpos de seguridad durante una investigación de la situación de los rohinyás.
Estos grupos acusan a las fuerzas de seguridad de llevar a cabo una «operación de limpieza» contra los rohinyás, incluidas violaciones y asesinatos indiscriminados contra personas, así como el incendio de más de mil viviendas. Unas acusaciones a las que las autoridades birmanas tildan de exageraciones difundidas por medios extranjeros.
De todos modos, y tras la publicación del vídeo, el Gobierno de Birmania se ha comprometido a tomar medidas contra los agentes de policía que golpearon a los aldeanos. De momento, han detenido a cuatro agentes y la oficina de la Asesora del Estado birmano, cargo que desempeña la Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, señaló en un comunicado que también actuará contra otros miembros de los cuerpos de seguridad implicados en estas violaciones de los derechos humanos.
Los detenidos son el autor del vídeo, Zaw Myo Htike; el jefe del brigada policial fronteriza número 2, comandante Htun Naing; y sus subalternos Tay Zar Lin y Pyae Phyo Thwin, según el medio birmano Irrawaddy. La grabación de Zaw Myo Htike con su teléfono móvil recoge una fracción de la operación de seguridad que se llevó a cabo el 5 de noviembre pasado en la aldea Koe Tan Kaui, en el estado de Rakáin, en el oeste de Birmania.
La versión oficial es que la Policía recibió el soplo de que se ocultaban en esa localidad seis personas del grupo que mató a un agente e hirió otro en el ataque al puesto policial Nurula, también en Rakáin. El operativo compuesto por miembros de la brigada policial fronteriza número 2 y la brigada 36 de las fuerzas de seguridad sacó a la calle a los habitantes de Koe Tan Kaui, les puso en filas, les interrogó, golpeó y humilló y, tras registrar el lugar, detuvo a tres sospechosos.
Un portavoz del Gobierno, Zaw Htay, declaró a la prensa que han repetido a la Policía y el Ejército en numerosas ocasiones la importancia de tener cuidado en cada acción que emprenden y de respetar los derechos humanos.
Petición a la ONU: Se debe evitar lo que «parece ser una limpieza étnica»
El polémico vídeo aparece unos días después de que varios premios Nobel de la Paz dirigiesen una carta a la ONU para pedir la intervención del organismo multilateral en Rakáin en defensa de los rohinyá y evitar lo que «parece ser una limpieza étnica«. Los nóbeles, entre ellos Malala Yousafzai, Desmond Tutú y José Ramos-Horta, también criticaron a su colega Suu Kyi, la jefa de facto del Gobierno birmano, por no proteger a los rohinyás ni reconocerles la nacionalidad.
Las autoridades birmanas tratan a los miembros de esta etnia como inmigrantes bengalíes y les imponen múltiples limitaciones, incluida la restricción de movimientos. En la vecina Bangladesh, país origen de los rohinyás, esta minoría también es tratada como extranjera.