Hace dos años, la comunidad académica de América del Norte calificó al profesor de la Universidad de Ottawa Michael Chossudovsky como «paranoico» por publicar sus hallazgos como analista militar. Decía que los preparativos de Estados Unidos para declarar la guerra a Irán incluían el uso de armamento nuclear. «Hoy hay más evidencias. Y ya nadie […]
Hace dos años, la comunidad académica de América del Norte calificó al profesor de la Universidad de Ottawa Michael Chossudovsky como «paranoico» por publicar sus hallazgos como analista militar. Decía que los preparativos de Estados Unidos para declarar la guerra a Irán incluían el uso de armamento nuclear. «Hoy hay más evidencias. Y ya nadie me dice paranoico», dice el economista canadiense en entrevista con La Jornada.
Dedicado desde hace tres años a la búsqueda, desclasificación y lectura de documentos oficiales del Pentágono, autor del sitio www.globalresearch.ca -primero en su categoría en la red cibernética-, Chossudovsky ha revelado un sólido proceso de planificación de un ataque contra la nación ubicada en la antigua Persia. Y ha analizado el funcionamiento del eje Estados Unidos-Israel-OTAN, como la nueva fuerza de ocupación.
«La idea de un ataque a Irán data desde la gestión de Bill Clinton. Pero a raíz de la ocupación a Irak, Irán surgió como el siguiente objetivo, en 2003. Primero fue el diseño de un proyecto que, bajo el código Theater Iran Near Term (Tirannt), elaboró un escenario simulado de una invasión de marines. Existe, además, el plan de contingencias, como borrador, para grandes operaciones de combate contra Irán, «CONPLAN 8022», y se pondría en marcha ante un eventual segundo 11 de septiembre.
Se trata, explica, de «planes conceptuales» que plantean operaciones tipo blietzkrieg contra cerca de 10 mil blancos identificados, no solamente militares, sino sobre todo de infraestructura civil.
-Para atacar a Irak, Estados Unidos habló de una «coalición» que en realidad no existió, aunque sí contó con la participación del Trío de las Azores, con Gran Bretaña y España. ¿Será igual en Irán, una aventura unilateral?
-No. En primer lugar, no existe un movimiento antibélico tan grande como en 2003. La fabricación de Irán como un «Estado canalla» ha sido efectiva. Se dice que tiene potencial e intenciones de construir armamento atómico. Los informes de la Agencia Internacional de Energía Atómica son categóricos: Teherán no tiene, ni ahora ni a largo plazo, ni capacidad ni planes para tener una bomba nuclear. Sin embargo, la maquinaria de propaganda de Estados Unidos lo da como un hecho.
Otro ejemplo es la supuesta declaración de Mahmud Ahmadineyad sobre la desaparición del Estado israelí. Lo que dijo, en su traducción correcta, es que podría desaparecer Israel como entidad sionista, como en su momento desapareció la Unión Soviética.
-¿Avizora usted un resultado tan desastroso como el de la ocupación a Irak?
-No, algo peor. Lo más peligroso es la redefinición de los conceptos teatro de guerra y guerra convencional, que ahora incluyen el uso de armas nucleares, las minibombas tácticas conocidas como mininukes, que a pesar de su reducido tamaño y del nombre que sugiere algo pequeño, tienen un potencial de destrucción de entre seis y 30 veces más que la bomba de Hiroshima.
«El cambio de etiqueta permite la utilización de estas armas letales conforme a las nuevas doctrinas militares de Estados Unidos, que presentan una guerra nuclear casi como una acción humanitaria. El riesgo radica en que estas armas, reclasificadas como convencionales, fueron incorporadas como parte del arsenal para Medio Oriente. Según esta nueva categoría, estas armas letales no son disuasivas, sino preventivas.
«En los informes sobre los ensayos con estas armas son descritas como ‘inofensivas para la población civil’, porque las pruebas son realizadas bajo tierra. Sin embargo, no se menciona que se trata de apenas 20 pies de profundidad. Tampoco se hace a alusión a lo más grave: el efecto de la radiación.
«Otra característica es que los comandos en acción tienen a su disposición, en el teatro de guerra, lo que llaman la ‘caja de herramientas’, donde pueden escoger, en el sitio, lo que consideren para maximizar la eficiencia de un ataque determinado. En el menú se ofrece desde una Kalachnikov hasta bombas de fragmentación o una mininuke.
«Ya solamente falta afirmar que ‘estas bombas son buenas para su salud’. En las campañas de propaganda interna de las fuerzas armadas se minimizan los efectos colaterales de estas armas.»
-¿Cuál sería el efecto?
-Los expertos han determinado que el uso de una sola de estas mininukes en Irán podría tener un efecto más catastrófico que en Chernobyl. El peligro de la radiación en esa zona sería un desastre humanitario de gran escala, incluso si no se usa un arma nuclear. Basta con ver el mapa. En Irán se juntan todos los teatros de guerra contemporáneos: Líbano, Afganistán e Irán, que además comparten, dentro de su composición multiétnica, a poblaciones con una misma lengua, el farsi.
-¿Quiénes entrarían en ese plan de guerra?
-Bajo el paraguas Conplan 2004, de Estados Unidos, se firmó un acuerdo de cooperación entre la OTAN e Israel, conforme al cual Israel ha estado haciendo un stock de armas supuestamente «preventivas». Turquía y, posiblemente, Azerbaiján y Georgia, entran en este esquema.
«En 2005 este plan dio un paso más con la orden del entonces secretario de la Defensa de Estados Unidos Donald Rumsfeld al Comando Estratégico para que formulara un plan «en caso de que ocurriese un segundo 11 de septiembre», bajo el supuesto de que Irán estuviera detrás de ese hipotético plan terrorista.
«En 2006, el Post publicó un informe del Pentágono en el que se admitía que un catastrófico segundo 11 de septiembre daría la oportunidad al ejército para avanzar sobre ese objetivo previamente planificado. Este plan está activado a partir de la directiva emitida por el presidente dentro del Plan de Seguridad Nacional, que autoriza el despliegue de armas nucleares. No se conoce el detalle de este plan, pero se sospecha que puede incluir un amplio despliegue tipo teatro de guerra, que incluye a Europa.
«Son cinco los países que tienen en sus bases mininukes y pilotos entrenados para bombardear con ellas: Bélgica, Alemania, Holanda, Turquía e Italia.»
La guerra que viene
-¿Porqué esta información no ha causado alarma a escala mundial?
-Porque todo está perfectamente camuflado. El uso de la mininuke ya no está condicionado a la orden del teléfono rojo. Un militar en el teatro de operaciones puede decidir usarla dentro del menú de opciones que tiene. Y la opinión pública está profundamente desinformada.
-¿Cuándo podría estallar esta guerra?
-Eso no se puede decir, inciden diversos factores. Pero desde agosto del año pasado Estados Unidos incorporó a China y Rusia en ejercicios de gran envergadura. En tanto, se registra un gran despliegue militar en el Mediterráneo bajo mando alemán; se militariza las costas de Siria y Líbano, con Israel como fuerza aliada. Mientras tanto, en los ejercicios militares del Mediterráneo y el golfo Pérsico se presenta a Irán como enemigo hipotético.
-¿La pérdida de popularidad y margen de maniobra de Bush no le impiden dar un paso de esa envergadura?
-El no decide. Son la CIA, el vicepresidente Dick Cheney y el complejo industrial petrolero-militar. Algunos factores son favorables. No será una decisión unilateral. En el Consejo de Seguridad de la ONU, Francia, que se opuso en la primera fase de la invasión a Irak, ahora está de acuerdo. Alemania también. Otra desventaja es que no hay un movimiento antibélico como el de hace cuatro años.
«Por decir esto hace dos años me dijeron paranoico. Ya no me lo dicen más. Pero no hay una alarma mundial.»
-¿La virtual derrota de Estados Unidos en Irak puede frenar este plan?
-Sí, es un factor.
-Al inicio de la ocupación en Irak, a pesar de lo que se decía, no hubo resistencia. ¿Cómo se organiza el ejército de Irán ante esta amenaza?
-Se dice que en Irak hubo sobornos a los altos mandos militares para que abandonaran la plaza. Pero Irak sabía que iba a perder la primera batida de todos modos. Irán es diferente. Sabe que no puede ganar, pero Estados Unidos tampoco. Tiene un sistema de defensa aérea fuerte, con misiles chinos y rusos. A Irak antes le desmantelaron su capacidad aérea. En Irán, con 60 millones de habitantes, hay servicio militar obligatorio. Es una potencia militar. Y una mininuke no sería catastrófica sólo para ellos, sino para la humanidad entera.