¿Qué pasaría si ganara Ollanta Humala? ¿Qué pasaría, sobre todo, después de una campaña signada por una tendencia favorable a Alan García o, cual rechazo a la injerencia extranjera, contraria a la mera posibilidad de que el presidente venezolano, Hugo Chávez, meta baza en Perú después de haber abierto en Bolivia la primera sucursal de […]
¿Qué pasaría si ganara Ollanta Humala? ¿Qué pasaría, sobre todo, después de una campaña signada por una tendencia favorable a Alan García o, cual rechazo a la injerencia extranjera, contraria a la mera posibilidad de que el presidente venezolano, Hugo Chávez, meta baza en Perú después de haber abierto en Bolivia la primera sucursal de la revolución bolivariana tras la asunción de Evo Morales?
En medio de interferencias externas y agravios internos, no exentos de violencia en algunos casos, una encuesta realizada por North American Opinion Research, de los Estados Unidos, dice que Humala obtendría el 55% de los votos y que García alcanzaría el 37%.
¿Sorprendente? En mediciones anteriores al debate entre ambos la diferencia para el candidato de Chávez era aun mayor.
Humala, no obstante ello, intentó despegarse de su virtual promotor. En el despacho del Palacio de Miraflores (sede del gobierno venezolano), debajo de la habitación que desemboca en el llamado Balcón del Pueblo, estrechó por primera vez la mano de Morales, todavía candidato a presidente de Bolivia. Entre los tres, reveló poco después Chávez a LA NACION, «hubo química de inmediato».
Sobre ese eje, en cierto modo, giró la campaña para la segunda vuelta en Perú, influida, incluso, por las intervenciones del presidente saliente, Alejandro Toledo, en contra de Humala y de Chávez (llegó a tildarlos de «caimanes del mismo pozo») y por la ruptura de las relaciones diplomáticas con Venezuela.
El otro índice
En la encuesta, realizada en todo el país, a diferencia de otras que se concentraron en Lima y alrededores, dijo haber votado en la primera vuelta por Humala el 30%; por García, el 24%, y por la derrotada candidata conservadora, Lourdes Flores, el 20%.
En ella, reflejo de un país polarizado, el 52% expresó rechazo al tratado de libre comercio con los Estados Unidos, motivo por el cual Chávez decidió que Venezuela desertara de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), y el 39% expresó adhesión a él, acaso en sintonía con Toledo y con sus pares de México, Vicente Fox, y de Colombia, Alvaro Uribe.
¿En qué quedamos entonces? El índice de rechazo y de adhesión al acuerdo con los Estados Unidos reflejaría el rechazo o la adhesión a Chávez (perdón, a Humala).
En la encuesta, más de la mitad de la gente identificó a García con Toledo. Lo identificó, también, con su lema con tono de advertencia: votar por Chávez (es decir, por Humala) o votar por Perú (es decir, por él, asociado ahora con los intereses de los Estados Unidos después de haber sido uno de sus detractores).
Votar por Humala, o por Chávez, significaría aprobar la nacionalización del petróleo y del gas al estilo Morales. Más de la mitad de los encuestados se mostró a favor de ello.
¿Sorprendente? Tanto como el margen más usual en los sondeos latinoamericanos: el margen de error. Y, por ciento, otro menos usual: el margen de batacazos, estrenado en Bolivia.
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