Recomiendo:
0

Declaración Final – Reunión del Grupo de Trabajo del Foro de São Paulo en Montevideo 2017

«Enfrentamos una estrategia de desestabilización y hostigamiento regional hacia los avances alcanzados en los gobiernos de las fuerzas populares»

Fuentes: Rebelión

En el año en que se conmemoran los 50 años de la caída en combate del Comandante Ernesto Che Guevara, y los 100 años de la Revolución Rusa, enmarcado en una brutal ofensiva de las fuerzas de la derecha y la oligarquía conservadora, aliados al imperialismo, las fuerzas progresistas y de izquierda latinoamericanas enfrentamos los […]

En el año en que se conmemoran los 50 años de la caída en combate del Comandante Ernesto Che Guevara, y los 100 años de la Revolución Rusa, enmarcado en una brutal ofensiva de las fuerzas de la derecha y la oligarquía conservadora, aliados al imperialismo, las fuerzas progresistas y de izquierda latinoamericanas enfrentamos los desafíos de continuar impulsando el ciclo de acumulación política en beneficio de nuestros pueblos. Reafirmamos el análisis realizado en el Documento del XXIII Encuentro del Foro de São Paulo de julio de 2017 en Managua, Nicaragua.

Esta ofensiva se presenta en diferentes contextos según el marco de la correlación de fuerzas dentro de cada país, pero tenemos claro que enfrentamos una estrategia de desestabilización y hostigamiento regional hacia los avances alcanzados en los gobiernos encabezados por las fuerzas populares.

Desde la última reunión del Grupo de Trabajo del Foro de São Paulo en el marco del XXIII Encuentro de Managua, donde asumimos el documento programático denominado «Consenso de Nuestra América», vemos que algunas realidades políticas se han agravado y otras han mostrado que es posible mantener la iniciativa política con la estrategia adecuada para avanzar sustancialmente y derrotar la ofensiva restauradora de la derecha. Aconsejamos continuar con el proceso de diálogo, debate y divulgación del documento «Consenso de Nuestra América» como instrumento para fortalecer la unidad de nuestros pueblos y la lucha en contra del neoliberalismo.

Debemos identificar todas las estrategias que están utilizando la derecha y los sectores conservadores en esta etapa histórica de crisis global, para contrarrestarlas y hacer posibles nuevos avances de las fuerzas de izquierda, populares y progresistas latinoamericanas. Continuamos disputando los gobiernos, y a través de estos el poder que nos permita continuar el cambio de época política de la región, reconociendo las victorias obtenidas y defendiendo los avances alcanzados por nuestros gobiernos Asimismo, debemos analizar autocríticamente nuestros errores en aquellos procesos donde la derecha ha conseguido desplazarnos del gobierno, generando las condiciones que nos permitan nuevamente alcanzar los niveles de acumulación política y social, que nos permitan gobernar y continuar profundizando los cambios estructurales alcanzados.

Geopolíticamente, la región es un escenario de fuerte disputa contra los proyectos imperialistas. La Administración Trump del Gobierno de Estados Unidos redobla el hostigamiento contra la República Bolivariana de Venezuela, así como vuelve a amenazar a Cuba congelando el proceso de restablecimiento de relaciones diplomáticas. Así como contra gobiernos progresistas y de izquierda: Bolivia, Nicaragua y El Salvador. En paralelo a esto, también aplica la presión sistemática contra el pueblo hermano de México, así como redobla la persecución a los migrantes provenientes de Centroamérica, el Caribe y Sudamérica, con una clara violación a los derechos humanos de los trabajadores, trabajadoras y sus familias.

Reivindicamos una vez más la Declaración de la II Cumbre de la CELAC de La Habana de «América Latina y el Caribe como Zona de Paz». En ese sentido vemos con honda preocupación los incumplimientos por parte del Gobierno de Colombia de los acuerdos de Paz de La Habana, que pusieron fin a más de 50 años de conflicto armado colombiano. Además del peligro que representa a la seguridad de los que confiamos en este proceso, también pone en riesgo el éxito de las negociaciones de Quito con el ELN.

Conmemoramos recientemente, los 12 años de derrota del proyecto anexionista e imperial del ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas), en la Cumbre de Mar del Plata, que fue posible gracias a la articulación política del liderazgo progresista de la región, que derrotó el proyecto de Bush, con la acción decidida de sus gobiernos y movimientos sociales, reafirmando la visión estratégica de Fidel, quien denunció desde el primer momento que la «Iniciativa para las Américas» y el ALCA serían -en el caso de prosperar- el fin de la soberanía, el desarrollo y la dignidad latinoamericana y caribeña.

Además de todos los mecanismos señalados en el XXIII Encuentro del Foro de São Paulo en Managua, vemos que la derecha continental se está agrupando en torno al eje de un ataque directo a los derechos de la clase trabajadora y la pequeña y mediana producción orientada a los mercados internos de nuestros países. Este nuevo ajuste neoliberal, más agresivo en lo económico, político y social del vivido en la década de los 90, se expresa en reformas que barren con los derechos laborales de trabajadores y trabajadoras, disminuyen los derechos previsionales, enajenan el patrimonio público a través de la privatización de áreas estratégicas, y endeudan una vez más a los países condicionando la soberanía sobre decisiones futuras.

Este recorte de derechos viene acompañado de darle a las corporaciones transnacionales y centros de poder financiero nuevos privilegios y herramientas para asegurar su acumulación de lucros, por la vía de los acuerdos comerciales de nueva generación como los contenidos en las negociaciones del colapsado TPP y en el TISA.

Alertamos sobre la pérdida de soberanía, de integración, de diversificación productiva y el recorte de los márgenes de maniobra en la aplicación de políticas de desarrollo para nuestros países y el hecho que los gobiernos de derecha en Argentina, Brasil, Colombia, Perú y Paraguay quieren transformar los procesos construidos durante los últimos quince años en nada más que acuerdos de libre comercio. En el mismo sentido, vemos con preocupación el rumbo que podrían tomar las decisiones de la Cumbre Mundial de la OMC a realizarse en Buenos Aires, Argentina del 10 al 13 de diciembre próximos y llamamos a rechazar todo acuerdo que no contemple los reales intereses de nuestros pueblos.

El enfrentamiento a estos planes de ajuste requiere disponer de amplios frentes sociales y políticos que integren a los sectores afectados por las medidas neoliberales, dado que la disputa política y social no se agota en el plano de la legislación laboral vigente sino en el avasallamiento hacia toda clase de derechos.

Consideramos fundamental la unidad de las fuerzas de izquierda y de los pueblos latinoamericanos y caribeños para enfrentar la ofensiva imperial, y a la carrera guerrerista que quieren instalar en nuestra región, en espejo a otras zonas del mundo, y que se manifiesta con nuevos ejercicios militares conjuntos y presencia de fuerzas armadas de Estados Unidos en nuestro continente.

Saludamos la reciente Jornada por la Democracia y Contra el Neoliberalismo realizada en Montevideo y apoyamos sus planteos y el seguimiento de los mismos.

Reafirmamos la vigencia plena del Foro de São Paulo como espacio de articulación, discusión y fortalecimiento de las izquierdas, y nos proponemos realizar un gran XXIV Encuentro en La Habana, Cuba en el 2018.

Montevideo, noviembre de 2017