Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
A lo largo de las pasadas semanas, los periódicos y cadenas de televisión estadounidenses no han cesado de zumbar informando que Washington y sus aliados de la OTAN están planeando un incremento sin precedentes de tropas para la guerra en Afganistán, además de los 17.000 nuevos soldados estadounidenses y varios miles de tropas de la OTAN ya comprometidos, en lo que va de año, a incorporarse a la guerra.
La cifra de efectivos, a partir de informaciones hasta ahora no contrastadas, que el comandante Stanley McChrystal y el presidente de la Junta de Jefes de Estado Michael Mullen han pedido a la Casa Blanca oscila entre los 10.000 y 45.000 soldados.
Fox News ha citado cifras de hasta 45.000 soldados estadounidenses más y ABC News ha hablado de 40.000. El 15 de septiembre, el Christian Science Monitor escribió que «quizá lleguen hasta 45.000».
Lo similar de las estimaciones indica que la cifra está ya acordada y que los obedientes medios estadounidenses están preparando a las audiencias interiores para la posibilidad de la mayor escalada de fuerzas armadas extranjeras en la historia de Afganistán. Hace sólo siete años, EEUU tenía 5.000 soldados en el país, pero para el mes de diciembre se habían previsto ya hasta 68.000, antes incluso de que se supiera algo acerca de nuevos despliegues.
45.000 soldados más elevaría el total estadounidense a 113.000. Hay también allí 35.000 tropas de otras cincuenta naciones sirviendo bajo la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad de la OTAN, lo que aumentaría la cifra de tropas conjuntas a 148.000 bajo el mando de McChrystal, si es que finalmente se materializan los rumoreados aumentos.
Cuando la extinta Unión Soviética retiró a sus soldados de Afganistán hace veinte años, el New York Times informó: «En el momento álgido de la presencia soviética, según estimaciones de la inteligencia occidental, había 115.000 soldados desplegados». 1
Casi 150.000 soldados de EEUU y de la OTAN en Afganistán representarían la mayor presencia militar extranjera jamás vista sobre el planeta.
Más que abordar este hito histórico, los medios estadounidenses están plagados de indirectas y especulaciones «privilegiadas» sobre quién y por qué ha filtrado la información, como si las operaciones comerciales alrededor de las noticias, todo ese mundo hortera de las intrigas bizantinas entre políticos y generales estadounidenses y el Cuarto Poder en EEUU tuvieran más importancia que la guerra más larga y mayor del mundo.
Una guerra de la que el jefe de las fuerzas armadas británicas y otros destacados oficiales occidentales han estimado que va a durar décadas y que se ha extendido ya a Pakistán, una nación con una población casi seis veces la de Afganistán y que posee armas nucleares.
Hace dos semanas, los medios holandeses informaron que durante una visita a Holanda el «General Stanley McChrystal dijo que estaba considerando la posibilidad de fusionar… la Operación Libertad Duradera con la fuerza ISAF de la OTAN»2. Es decir, no sólo que continuaría al frente de todas las tropas de EEUU y de la OTAN, sino que los dos mandos confluirían en uno solo».
El jefe de las fuerzas armadas estadounidenses, Michael Mullen, fue quien esbozó por vez primera a mediados de septiembre el requerimiento de 45.000 soldados estadounidenses más, y ahí tenemos a Associated Press afirmando: «El alto oficial del ejército estadounidense dice que para ganar en Afganistán habrá que enviar, con toda seguridad, más tropas».3
Cuatro días después, el 19 de septiembre, Reuters informaba que «El comandante de las fuerzas de EEUU y la OTAN en Afganistán ha redactado una petición detallada y largamente esperada solicitando más tropas pero aún no la ha enviado a Washington», dijo un portavoz el sábado.
«Dijo que el General Stanley McChrystal completó el documento esta semana, señalando exactamente cuántas tropas estadounidenses y de la OTAN, miembros de las fuerzas de seguridad y civiles piensa que necesita.»4
El portavoz del Pentágono mencionado arriba, el Teniente coronel Tadd Sholtis, dijo: «Estamos trabajando con Washington y con otros integrantes de la OTAN sobre cómo podemos presentar todo esto» sin querer divulgar más detalles.5
Dos días después, el Washington Post publicaba una versión «redactada» de 66 páginas con la Valoración Inicial del Comandante General McChrystal que empezaba con esta información de base:
«El 26 de junio de 2009, el Secretario de Defensa estadounidense se dirigió al comandante del Mando Central de EEUU (CDRUSCENTCOM, por sus siglas en inglés), proporcionándole una valoración multidisciplinar de la situación en Afganistán. El 2 de julio de 2009, el Comandante de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad de la OTAN (COMISAF, por sus siglas en inglés) y el Comandante de las Fuerzas de EEUU en Afganistán (USFOR-A) recibieron una serie de directrices del CDRUSCENTCOM para que pudieran tener una visión global de la cuestión.
El 1 de julio de 2009, el Comandante Aliado Supremo de Europa y Secretario General de la OTAN también emitió una directiva similar:
El COMISAF [el Comandante de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad de la OTAN] emitió posteriormente una orden al equipo de la ISAF y a los mandos que lo componen para que hicieran una valoración amplia de la situación global, supervisaran los planes y los esfuerzos en curso e identificaran qué aspectos convenía revisar en relación a la orientación estratégica, táctica y operativa.»
El informe se centraba sobre todo en la intensificación y concentración de la guerra de contrainsurgencia, lo que no resultó sorprendente teniendo en cuenta el anterior papel de McChrystal como jefe del Mando Conjunto de Operaciones Especiales, la unidad superior de operaciones especiales en Iraq.
Eso incluye la petición de elaborar una nueva estrategia para «la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad de la OTAN (ISAF, por sus siglas en inglés)… Esa nueva estrategia debe contar también con los recursos adecuados y llevarse a cabo mediante una campaña de contrainsurgencia militar y civil… Es una clase diferente de lucha. Debemos llevar a cabo operaciones clásicas de contrainsurgencia en un entorno que es extraordinariamente complejo… Para tener éxito es necesaria una amplia campaña de contrainsurgencia (COIN, por sus siglas en inglés)».
La evaluación de McChrystal indica también que la guerra no sólo sufrirá una escalada dentro de Afganistán sino también en el interior de Pakistán y puede que se extienda hasta a Irán.
«La insurgencia afgana cuenta con claros apoyos desde Pakistán. Los altos dirigentes de los grupos insurgentes afganos más importantes tienen sus bases en Pakistán, están vinculados con al Qaida y otros grupos extremistas violentos y, según parece, cuentan con la ayuda de algunos elementos del ISI [siglas en inglés de los servicios de inteligencia] pakistaní.
«Al parecer, las fuerzas Qods de Irán [parte del ejército nacional] están entrenando combatientes para ciertos grupos talibanes y proporcionando otras formas de asistencia militar a los insurgentes. Las actuales acciones y políticas de Irán no suponen una amenaza a corto plazo para la misión, pero Irán tiene capacidad para amenazarla en el futuro».
No es ninguna novedad que el ISI tenga vínculos con extremistas armados. El Pentágono y la CIA trabajaron mano a mano con él desde 1979 para subvertir sucesivos gobiernos en Afganistán. Que Irán está «entrenando combatientes para ciertos grupos talibanes» no es más que una mentira y una provocación.
En cuanto a quién es el responsable de los treinta años de desastre que lleva padeciendo Afganistán, la valoración de McChrystal contiene una sentencia que puede que desborde a la mayoría de los lectores. Es ésta:
«Los principales grupos de insurgentes en función de la amenaza que suponen para la misión son: los talibanes Quetta Shura (05T), la Red Haqqani (HQN) y el Hazb-e Islami Gulbuddin (HiG).»
El grupo que aparece en último lugar es la guerrilla de Gulbuddin Hekmatyar, el mayor receptor de los cientos de millones (quizás miles de millones) de dólares USA proporcionados por la CIA al bloque de los Siete Muyahaidines de Peshawar que combatieron entre 1978 y 1992 contra el gobierno afgano apoyado por los soviéticos.
Cuando en 1985 el entonces Presidente Reagan recibió a Hekmatyar y a sus aliados en la Casa Blanca, se refirió a sus huéspedes como «los equivalentes morales de los padres fundadores de América».
A lo largo de la década de 1980, el funcionario de la CIA encargado en gran parte de asistir a los Muyahaidines con fondos, armas y entrenamiento fue Robert Gates, ahora Secretario de Defensa de EEUU.
El pasado diciembre, la BBC Neews informaba:
«En su libro, «From the Shadows», publicado en 1996, el Sr. Gates defendía el papel de la CIA al emprender acciones secretas que, proclamaba, ayudaron a ganar la Guerra Fría.
En un discurso pronunciado en 1999, el Sr. Gates dijo que su papel más importante había estado en Afganistán.
La CIA logró importantes éxitos con las acciones secretas. Quizá la más consecuente de todas fue la de Afganistán, donde la CIA, a través de sus directivos, canalizó miles de millones de dólares en suministros y armas para los muyahaidines, y pudo llevar así la resistencia a un callejón sin salida al vanagloriado ejército soviético y forzar, finalmente, una decisión política de retirada.»6
Ahora, según McChrystal, el mismo Gulbuddin Hekmaytar, cultivado y patrocinado por el anterior jefe de McChrystal, Gates, está al frente de uno de los tres grupos contra los que el Pentágono y la OTAN están emprendiendo cada vez más operaciones de contrainsurgencia en el Sur de Asia.
Para hacerlo todo aún más intrigante, el ex secretario británico de exteriores Robin Cook -como el más leal atlantista proestadounidense que existe- concedió en el Guardian del 8 de julio de 2005 que «Bin Laden fue… producto de un error monumental de las agencias occidentales de seguridad. A lo largo de los ochenta fue armado por la CIA y financiado por los saudíes para emprender la yihad contra la ocupación rusa de Afganistán. Al Qaida, literalmente ‘la base de datos’, fue en sus orígenes el archivo informático de miles de muyahaidines reclutados y entrenados con la ayuda de la CIA para derrotar a los rusos».
A primeros de septiembre se citó al analista ruso y vicepresidente del Centro de Tecnologías Políticas, Serguéi Mijeev, quien sostenía que: «Afganistán es un escenario de la división mundial después del fracaso del sistema bipolar. Ellos [EEUU y la OTAN] querían consolidar su influencia en Eurasia… y desplegaron allí un montón de tropas. Se jugó la carta de los talibanes, aunque nadie se había interesado antes por los talibanes».7
Los 27 años en la CIA del jefe del Pentágono Gates, incluyendo su permanencia como director de la agencia desde 1991-1993, están reeditándose en la guerra afgana, según Los Angeles Times del 19 de septiembre de 2009, que reveló que:
«Según dicen oficiales estadounidenses, la CIA está desplegando equipos, analistas y operativos paramilitares en Afganistán como parte de un amplio ‘incremento’ de inteligencia, que se estacionarán allí en el mayor despliegue de la historia de la agencia.
Cuando se complete, se espera que la presencia de la CIA en el país rivalice con el tamaño de sus inmensos estacionamientos en Iraq y Vietnam, y se ponga a la altura de esas guerras. Se mantienen en secreto las cifras precisas, pero un oficial estadounidense dijo que la agencia tiene ya casi 700 empleados en Afganistán.
La expansión de la inteligencia va más allá de la CIA e implica a todos los servicios importantes de espionaje, dijeron sus funcionarios, incluyendo a la Agencia de Seguridad Nacional, que intercepta llamadas y correos, así como la Agencia de Inteligencia de la Defensa, que rastrea la pista de las amenazas militares».
El comandante de las fuerzas de EEUU y la OTAN McChrystal pondrá a funcionar inmediatamente a la CIA en sus planes para una campaña general de contrainsurgencia. El artículo de The Angeles Times añadía:
«Se espera que McChrystal amplíe el uso de equipos que combinan operativos de la CIA con soldados de las operaciones especiales. En Iraq, donde supervisó las fuerzas de operaciones especiales desde 2003 a 2008, McChrystal utilizó esos equipos para acelerar el ciclo de recogida de inteligencia y desencadenar ataques para matar o capturar a insurgentes.
La CIA está también poniendo en marcha una campaña cada vez más amplia de ataques con misiles con teledirigidos Predator contra al Qaida y los bastiones de la insurgencia en Pakistán. La cifra de ataques hasta el momento es de treinta y siete, que supera ya el total de 2008, según los datos recopilados por la web del Long War Journal, que rastrea y recoge los ataques con Predator en Pakistán».
En efecto, el 13 de septiembre se informó que «al parecer, dos aviones de combate de la OTAN habían estado sobrevolando el sábado durante casi dos horas el espacio aéreo de Pakistán».
«La violación del espacio aéreo tuvo lugar en diferentes zonas de la Agencia Khyber, en la frontera con Afganistán».8
Dos días después «Aviones de combate de la OTAN… violaban el espacio aéreo pakistaní y lanzaban bombas sobre la región noroccidental del país».
«Los aviones de la OTAN bombardearon la región tribal del Sur de Waziristan… Además, la CIA operó con aviones espía teledirigidos que continuaron con vuelos de baja altitud sobre varias ciudades de la región de Waziristán». 9
El aumento espectacular en los despliegues de la CIA en el Sur de Asia no va a limitarse a Afganistán. El vecino Pakistán también va a verse cada vez más invadido por los operativos de inteligencia estadounidenses.
El 12 de septiembre se presentó una petición ante el Tribunal Supremo de Pakistán protestando por la anunciada expansión de la embajada estadounidense en la capital de la nación:
«Los medios pakistaníes han estado informando de los planes de EEUU de desplegar un gran número de marines con el objetivo de ampliar su embajada en Islamabad».10
El desafío estuvo organizado por el jurista Zafarullah Jan, quien «dijo que Arabia Saudí estaba también intentando conseguir 283.400 hectáreas de tierra en el país».
Se le citó el día de la presentación de la petición advirtiendo: «Regalar de esa forma tierra pakistaní a EEUU y a determinados países árabes es una amenaza para la estabilidad y soberanía del país», añadiendo que: «Además, el objetivo la Embajada estadounidense es establecer una base militar estadounidense… en esos terrenos».
«Sostuvo que una cantidad tan grande de terreno daba de sí incluso para poder construir un aeropuerto militar».11
El personal de inteligencia y las fuerzas especiales se combinan con el equipamiento militar en la intensificación de la guerra de Occidente en el Sur de Asia.
El 10 de septiembre, Reuters revelaba en un artículo titulado «EEUU contempla enviar el equipamiento militar que hay en Iraq hacia Pakistán» que «El Pentágono ha propuesto trasladar el equipamiento del ejército estadounidense desde Iraq a las fuerzas de seguridad pakistaníes, a fin de ayudar a Islamabad a intensificar su ofensiva contra los talibanes…»
En una publicación de las fuerzas armadas de EEUU apareció unos días después que: «Se está trasladando masivamente el equipo estadounidense desde Iraq, que en gran parte se destina a sus sobrecargadas fuerzas en un Afganistán cada vez más volátil» y «El ejército estadounidense ha empezado ya a trasladar alrededor de 1,5 millones de piezas de equipamiento -de todo tipo, desde pilas a tanques- por tierra, ferrocarril y aire hacia Afganistán para su uso inmediato…» 12
A mediados del presente mes, los «jefes del ejército de EEUU asumieron las ideas del General Stanley McChrystal sobre cómo ganar la guerra en Afganistán», poniendo en marcha una serie de maniobras de contrainsurgencia a gran escala en Grafenwoehr, Alemania.
«Docenas de personas de lengua pastún se unieron a las más de 6.500 tropas y civiles estadounidenses en un ejercicio de la 173ª Brigada Aerotransportada destinada en Afganistán y la 12ª Brigada de Aviación de Combate destinada en Iraq. Fue la mayor de esa clase de maniobras realizadas por el ejército estadounidense fuera de los Estados Unidos…» 13
El Pentágono y la OTAN han hecho su trabajo por ellos.
«Un mapa de seguridad del Consejo Internacional sobre Seguridad y Desarrollo (ICOS, por sus siglas en inglés), con sede en Londres, mostraba una crisis de seguridad cada vez más profunda, con una importante actividad talibán en al menos el 97% del país asolado por la guerra.
El Consejo añadió que los combatientes tienen ahora una presencia permanente en el 80% del país.»14
No sólo son los Estados Unidos los que se están hundiendo cada vez más profundamente en el atolladero afgano.
El 14 de septiembre, el embajador de EEUU ante la OTAN, Ivo Daalder, al celebrar la «adaptación y el bien asentado apoyo de nuestros aliados por lo que está sucediendo en Afganistán», se mostró igualmente entusiasta al proclamar: «Alrededor del 40% de las bolsas conteniendo cadáveres que salen de Afganistán no van a Estados Unidos sino a otros países…» 15
Daalder desmintió también las primeras afirmaciones de que los aumentos de tropas de la OTAN eran temporales y que permanecerían en Afganistán sólo durante las pasadas elecciones al reconocer que «Gran parte de las tropas extras que los países de la OTAN enviaron a Afganistán para las elecciones presidenciales de agosto se van a quedar allí».16
Anteriormente a la publicación del Washington Post de la valoración de McChrystal, el Comité Militar de la OTAN celebró una conferencia de dos días de duración en Lisboa, Portugal, a la que asistieron McChrystal y los dos Comandantes Estratégicos de la OTAN, el Almirante Stavridis (Comandante Aliado Supremo, Operaciones) y el General Abrial (Comandante Aliado Supremo, Transformación), en la que «se centraron fundamentalmente en las operaciones en Afganistán y en el Nuevo Concepto Estratégico».17
Los veintiocho jefes de defensa de la OTAN colocaron una corona en recuerdo de los primeros muertos de guerra de la Alianza, los que murieron en Afganistán.
Con anterioridad, el Washington Post informaba que «El ejército estadounidense y la OTAN están llevando a cabo una importante revisión de la forma en que reclutan, entrenan y equipan a las fuerzas de seguridad afganas», un anuncio que se produjo «en previsión de las esperadas recomendaciones del General Stanley A. McChrystal».18
El artículo citaba al Senador Carl Levin, presidente del Comité de Servicios Armados del Senado:
«Vamos a necesitar mucho más personal dedicado a entrenamiento, una cifra mucho mayor de entrenadores de la OTAN: Vamos a necesitar el equipamiento que está saliendo de Iraq, que, en lugar de regresar a casa, deberá ir en gran parte hacia Afganistán». 19
Según el mismo informe, este mismo mes, la OTAN «establecerá un nuevo mando dirigido por un oficial militar de tres estrellas para supervisar el reclutamiento y formación de las fuerzas afganas».
«El objetivo es ‘llevar más coherencia’ a los descoordinados esfuerzos de los contingentes de la OTAN en Afganistán, destacando que la misión ‘no es sólo un desafío estadounidense’…»20
Al contribuir con su cuota de bolsas con cadáveres, la OTAN ha experimentado pérdidas en Afganistán que han alcanzado niveles récord. «Según la web de icasualties, 363 soldados extranjeros han muerto en Afganistán en lo que va de año, comparado con los 294 de todo 2008″. 21
Este mes, los británicos perdieron a su soldado 216º en esta guerra de casi ocho años de duración. Canadá a su 131º. Dinamarca a su 25º. Italia a su 20º. Polonia, donde una reciente encuesta mostraba que un 81% de su población apoyaba una retirada inmediata de Afganistán, a su 12º.
El 12 de septiembre de 2009, Associated Press citaba al embajador ruso en Afganistán, Zamir Kabulov, quién también estuvo allí durante la década de 1980, manifestando que, en el 2002, EEUU tenía 5.000 soldados en la nación y que «los talibanes sólo controlaban un pequeño rincón del sureste del país».
«Ahora tenemos talibanes combatiendo en las pacíficas provincias de Kunduz y Baghlan con vuestras (de la OTAN) 100.000 tropas. Y si esa tendencia sigue, si traéis a 200.000 soldados aquí, todo Afganistán pasará a poder de los talibanes».
Associated Press citaba la preocupación de Kabulov de que «los EEUU y sus aliados están compitiendo con Rusia por ganar influencia en una región rica en recursos energéticos… Afganistán sigue siendo un premio estratégico debido a su situación cerca de los campos de gas y petróleo de Irán, el Mar Caspio, Asia Central y el Golfo Pérsico».
Dijo también que «Rusia se cuestiona las intenciones de la OTAN en Afganistán, que… queda fuera del ‘dominio político’ de la Alianza», y que «Moscú sigue con preocupación el hecho de que la OTAN está construyendo bases permanentes en la región».
Esas preocupaciones son legítimas a la luz del más reciente informe cuatrianual del Pentágono sobre las amenazas a la seguridad que «colocan a la superpotencia emergente de China y al anterior enemigo de la Guerra Fría, Rusia, junto con Irán y Corea del Norte en una lista de las cuatro naciones importantes que representan un desafío para los intereses estadounidenses». 22
Al mismo tiempo, un periódico del ejército estadounidense informaba sobre las declaraciones del jefe del Pentágono Robert Gates:
«Gates dijo que los aproximadamente 6.500 millones de dólares que ha propuesto para mejorar la flota de la Fuerza Aérea asegurará durante décadas el dominio estadounidense de los cielos».
Para cuando China produzca su primer avión de combate de quinta generación, dijo, EEUU tendrá más de mil F-22 y F-35. Mientras que EEUU llevó a cabo el año pasado 35.000 misiones de reabastecimiento de combustible, Rusia realizó unas 30.
El secretario subrayó también los nuevos esfuerzos que se están haciendo para desarrollar potentes mandos cibernéticos y espaciales, así como el nuevo Mando Global de Combate que supervisa el arsenal nuclear». 23
Para añadir algo más a las aprensiones rusas y chinas actuales sobre el papel de la OTAN en el Sur y Centro de Asia, hace diez días el embajador estadounidense en Kazajistán, con fronteras con Rusia y China, «ofreció a Kazajistán formar parte de la misión de mantenimiento de la paz en Afganistán».
En la ceremonia de apertura de los ejercicios militares de la OTAN Steppe-Eagle 2009 en esa nación, el enviado Richard Hoagland dijo: «Kazajistán puede de nuevo formar parte de la fuerza internacional de mantenimiento de la paz en Afganistán». 24
El 16 de septiembre, Radio Free Europe informó que la OTAN iba a firmar nuevos acuerdos con Kirguizistán, que tiene también frontera con China, para utilizar la Base Aérea de Manas, por la que han pasado desde el principio de la guerra afgana unos 200.000 efectivos de EEUU y la OTAN.
Ese mismo día se concretaron los planes de la OTAN para ampliar las rutas de tránsito a través del Sur del Cáucaso y la región del Mar del Caspio: «El corredor aéreo más aconsejable transcurre a través de Azerbaiyán y Turkmenistán».
«Esa ruta será más adecuada si los aviones de transporte de la ISAF vuelan directamente a Bakú desde Turquía o desde otro miembro de la OTAN… Además, Azerbaiyán no es miembro de la CSTO (Collective Security Treaty Organización), lo que le permite más libertad de maniobra en la región cuando opere con la OTAN». 25
Así como entre las tropas que sirven bajo el mando de la OTAN en la guerra en Afganistán y Pakistán se incluyen ahora las de casi cincuenta países de los cinco continentes, de la misma forma el cada vez más amplio ámbito de la guerra está absorbiendo zonas más vastas de Eurasia y del Oriente Medio.
El más largo conflicto armado desde que el de Indochina y la primera guerra por tierra de la OTAN amenaza no sólo con seguir siendo la conflagración más peligrosa del mundo sino que también sumerge al siglo XXI en una guerra sin fin.
NOTAS :
[1] New York Times, 16 de febrero de 1989.
[2] Radio Netherlands , 12 de septiembre de 2 009.
[3] Associated Press, 15 de septiembre de 2009.
[4] Reuters, 19 de septiembre de 2009.
[5] Ibid.
[6] BBC News , 1 de diciembre d e 2009.
[7] Russia Today, 7 de septiembre de
[8] Asian News International, 13 de septiembre de 2009.
[9] Press TV, 15 de septiembre de 2009.
[10] Xinhua News, 12 de septiembre de 2009.
[11] Ibid.
[12] Stars and Stripes, 19 de septiembre de 2009.
[13] Stars and Stripes, 13 de septiembre de 2009.
[14] Trend News Agency, 11 de septiembre de 2009.
[15] Reuters, 14 de septiembre de 2009.
[16] Ibid.
[17] OTAN, 20 de septiembre de 2009.
[18] Washington Post, 12 de septiembre de 2009.
[19] Ibid.
[20] Ibid.
[21] Agence France-Presse, 22 de septiembre de 2009.
[22] Agence France-Presse, 15 de septiembre de 2009.
[23] Stars and Stripes, 16 de diciembre de 2009.
[24] Interfax, 14 de septiembre de 2009.
[25] Jamestown Foundation, Eurasia Daily Monitor, 16 de septiembre de 2009.
Rick Rozoff es un periodista que reside en Chicago. Es director de STOP NATO.
Fuente:http://www.globalresearch.ca/