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Sobre la organización de las comunidades zapatistas

«Éste es un proceso que ya no tiene marcha atrás»

Fuentes: Diagonal

La investigadora Cristina Híjar y el director de fotografía Juan García han estudiado durante tres años las estructuras organizativas zapatistas plasmando sus resultados en un documental y un libro. ¿Qué está ocurriendo en el interior del territorio zapatista en Chiapas? ¿Cómo está sobreviviendo el movimiento? ¿Cómo están construyendo su autonomía? Las respuestas a estas preguntas […]

La investigadora Cristina Híjar y el director de fotografía Juan García han estudiado durante tres años las estructuras organizativas zapatistas plasmando sus resultados en un documental y un libro.

¿Qué está ocurriendo en el interior del territorio zapatista en Chiapas? ¿Cómo está sobreviviendo el movimiento? ¿Cómo están construyendo su autonomía? Las respuestas a estas preguntas son quizá la esencia del movimiento zapatista, y lo son también la del documental Autonomía zapatista: otro mundo es posible, realizado por la productora mexicana independiente Arte Música y Video. Ahora que el EZLN cumple su aniversario, el cortometraje se presenta oportunamente necesario para conocer de manera profunda cómo funcionan los llamados caracoles y las Juntas de Buen Gobierno, que son las estructuras político-organizativas que se construyen día a día en los territorios autónomos. Cristina Híjar explica: «Nos parecía muy importante documentar la vida cotidiana de las comunidades indígenas y el significado que para éstas tiene haber decidido dar un paso adelante en términos organizativos desde el mismo momento en que se plantearon ejercer su autonomía de facto, después de haberlo intentado por los caminos de la negociación y el diálogo, que fueron traicionados por distintos gobiernos de México». Se decidió que fueran únicamente las bases y las autoridades zapatistas las que hablaran: «No queríamos ninguna interpretación, sino explicar directamente en voz de los militantes el funcionamiento de los caracoles y las Juntas de Buen Gobierno». Y es que estas dos estructuras, que son el núcleo político del zapatismo, no son suficientemente conocidas, ni siquiera entre los simpatizantes del EZLN.

Los cinco caracoles (Oventik, La Realidad, Morelia, Roberto Barrios y La Garrucha) son figuras que tienen un espacio geográfico físico donde se adscriben un determinado número de municipios. En cada Caracol hay espacios de beneficio común como clínicas, oficinas de ‘buen gobierno’ o comisiones de vigilancia o información. A su vez, los Caracoles albergan, cada uno, su oficina de Junta de Buen Gobierno, que se encarga precisamente del gobierno y de la administración. Todos los caracoles operan de igual manera bajo la premisa del ‘mandar obedeciendo’ (quien manda lo hace obedeciendo las decisiones que se toman en las comunidades), pero cada Caracol tiene sus particularidades y sus propios desafíos.

Aprender a gobernar

Las juntas resuelven problemas agrarios, de acceso al agua e incluso familiares, además de garantizar los insumos y coordinar a los promotores de educación y salud. Según Híjar, «estamos hablando de una tarea mayúscula, y son gente que está aprendiendo a gobernar en el proceso mismo de gobernar». De este proceso se desprende, continúa Híjar, lo que más le impresionó: «La construcción de este sujeto autónomo.

Eso implica un cambio de relación con los demás, y con el mundo. Implica también una forma de inserción en las colectividades, y creo que eso es el mayor aporte, pues gracias a esto funciona todo lo demás».

Se trata de sujetos totalmente conscientes de lo que están llevando a cabo, claros en los objetivos, y que no se achican ante nada. «Cuando una escucha hablar a una chica de 17 años, que es una autoridad autónoma, y te explica por qué están haciendo lo que están haciendo, te das cuenta de por qué funciona todo. Hay promotores (de 16 o 14 años) de salud o educación que, sin alharacas, son disciplinados y dedicados. Es la garantía de que esto ya no tiene marcha atrás».

Aunque no existe ningún censo, por lo menos público, de los pobladores que de alguna manera pertenecen o están adscritos a los territorios autónomos, «la presencia zapatista mancha la mitad del Estado de Chiapas». Actualmente hay más de 40 municipios autónomos, compuestos por varias comunidades, y éstas a su vez pueden estar compuestas por cien miembros o por 2.000″.

Este proceso de construcción, finaliza la investigadora, es la muestra de que el «otro mundo es posible» no es sólo una frase bonita, «pues ahí está la dignidad y el esfuerzo de los zapatistas, y creo que ahora también a nosotros nos toca, desde los sectores donde estemos, contribuir a esto».