Introducción Sin duda, pareció innovador, en el caso de la República Popular China (RPCh), identificada por la existencia de rasgos feudales, semicoloniales, con escaso o relativo bajo desarrollo, al proclamar el rumbo socialista, que se erigiera en instrumento fundamental, un Partido Comunista, para dirigir las tareas que antes debió resolver la revolución burguesa. El papel […]
Introducción
Sin duda, pareció innovador, en el caso de la República Popular China (RPCh), identificada por la existencia de rasgos feudales, semicoloniales, con escaso o relativo bajo desarrollo, al proclamar el rumbo socialista, que se erigiera en instrumento fundamental, un Partido Comunista, para dirigir las tareas que antes debió resolver la revolución burguesa. El papel de la burguesía nacional y la hegemonía del proletariado la asumió la ideología de un partido obrero.
A lo que se sumó las estrategias y políticas económicas aplicadas en 1958-1961; resumida en el «Gran Salto Adelante»; continuada en 1966-1976 con el inicio de la «Revolución Cultural». Calificadas, en su momento de «originales», pasaron a la historia como intentos dolorosos y fallidos en la búsqueda de vías rápidas para alcanzar un «modelo de construcción socialista alternativo» de factura china.
II
Así, puede admitirse que, entre 1949-1952, al influjo de la «nueva democracia» al instaurarse la RPCh; y 1953-1957, con la asimilación de los postulados del «modelo clásico soviético», es cumplido el primer Plan Quinquenal; constituyó el evento inicial en la formación teórica y práctica del pensamiento económico socialista en China. La atención de la teoría económica recayó en las cuestiones del período de tránsito al socialismo, la planificación y la producción mercantil socialista.
Sin embargo, cuando Mao quiere acelerar la construcción socialista hace que la teoría en la ciencia económica (1958-1965) pierda su carácter objetivo. Se impone para las soluciones económicas la «política en el puesto de mando»; más tarde, (1966-1976) con la «Revolución Cultural es tomada como base la «lucha de clases». Se generalizan en las ciencias sociales los métodos políticos. Se difunde simplificar, absolutizar y llevar a esquemas carentes de contenido los temas de la economía política del socialismo y los planteamientos teóricos de los clásicos del marxismo. La economía dejó, prácticamente, de existir como ciencia.
El tifón de agitación social que trajo en lo político-económico la revolución cultural, desapareció las diferencias entre propaganda política y estudios científicos en las ciencias sociales y, en primer lugar, en la economía. Así, 1949-1979 cerró un ciclo, donde no hay aportes novedosos en la formación de un pensamiento económico en China.
La adopción de las «cuatro modernizaciones» darían un vuelco a esta orfandad; el proceso renovador liberado desde entonces, tocó en calado profundo a la economía y el orden social, y en menor medida la esfera política.
III
El arranque de las «cuatro modernizaciones» introdujo inicialmente, cambios en el «modelo agrario» y que, posteriormente, abarcarían al conjunto de la economía nacional. El reacomodo económico-social en que entró China, a partir de 1979, encontró amplia resonancia en los ámbitos de la teoría económica y la academia. Así, el resurgir de la ciencia económica puede ubicarse dentro de dos grandes tiempos; de 1980 a 1992 y desde esta fecha hasta nuestros días.
El primer momento originó el verdadero despertar en las ciencias económicas por emancipar la conciencia, desterrar el pensamiento rutinario y a enderezar la línea ideológica. Fue el más rutilante en la historia de la teoría y el desarrollo del pensamiento económico en la RPCh. Se debatieron cuestiones como: la existencia de ley de valor, el sistema de leyes y la ley fundamental en el socialismo, plan y mercado, la economía mercantil socialista, las formas de propiedad, la distribución con arreglo a la labor, el trabajo productivo y no productivo, la estrategia, el carácter de las reformas y otras cuestiones de interés.
Apareció, la aspiración a crear una economía política del socialismo, específicamente china. Tendencia reflejada en los debates sostenidos (10/1987) en el XIII Congreso del PCCh. Quedó generalizado el «camino socialista con peculiaridades chinas»; fue consagrada la categoría teórica de la «etapa primaria del socialismo»; ratificada la estrategia para el desarrollo económico en curso y continuar con la reordenamiento de la estructura de la economía
Sin embargo, aún las ciencias económicas adolecían del retraso relativo de las investigaciones en el área de la economía política, y el evidente rezago del pensamiento teórico con respecto a la propia renovación de la economía. Interesante resultó tomar la «práctica como único criterio de la verdad», lograr «emancipar las mentes» y «respetar las iniciativas de las masas». La «etapa primaria del socialismo» tendría prolongada vigencia: 100 años.
Se arguyó como contradicción principal de la sociedad china: la derivada de las crecientes necesidades materiales y culturales de la población y el atraso de la producción social. Como criterio supremo, lo que favorecía el desarrollo de las «fuerzas productivas», el «poderío integral del país» y a «elevar el bienestar de la población». La modernización era la vía obligada para remodelar la sociedad; el objetivo, crear y perfeccionar la estructura de una «economía de mercado socialista» asentada en la propiedad pública y el principio de «a cada uno según su trabajo»; aceptando, como complemento, otros sectores en la economía y modalidades de distribución.
En el plano externo se insertó a China en el proceso de globalización mediante la política de apertura; atraer y utilizar los frutos avanzados de la civilización de los diversos países del mundo, incluidos los capitalistas desarrollados. Las garantías políticas para la estabilidad interna, radicarían en: la persistencia en la senda socialista del desarrollo económico, la dictadura democrática popular, la dirección del PCCh, el marxismo-leninismo y el pensamiento de Mao Zedong.
En las cuestiones teóricas de la economía política, se destacó que, en la «fase primaria del socialismo», la imperfección como la inmadurez del socialismo, impiden revelar en plena medida sus ventajas; de conjunto, el nivel de las fuerzas productivas en China es bajo, con desigualdades y desarrollándose de manera desequilibradas. En la «etapa primaria» coexisten variadas estructuras económicas; son necesarios distintos métodos de distribución. La democracia y el sistema jurídico son aún imperfectos. Están presentes las influencias sensibles de la herencia feudal, del capitalismo y la fuerza de la costumbre de los pequeños productores.
Finalmente, al destacar las vertientes más relevantes que concentraron la atención de los científicos chinos que, con mayor o menor acierto, intentaron dar contenido teórico al complejo entramado de la «etapa primaria» o «socialismo con características chinas», primó el principio empírico, la prueba concreta, el experimento, por encima del prisma ofrecido, elaborado y filtrado en laboratorio teórico alguno. La puesta en marcha de las «cuatro modernizaciones» demuestran que, el pragmatismo de los hechos, más que cualquier construcción a priori, o fundamentada por la teoría, ha resultado determinante.
Julio A. Díaz Vázquez. Profesor Consultante. Centro de Investigaciones de Economía Internacional, Universidad de La Habana.
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