Traducido del inglés para Rebelión por Sinfo Fernández
Como siempre, los afganos tienen que pagar con sus vidas que la «democracia» de alguien haya decidido enriquecer mucho más a los poderosos de Washington DC. Por esa razón no resulta nada extraño contemplar cómo las familias afganas se ven obligadas a abandonar sus pueblos en un intento por salvar sus vidas. Rescatan de entre los escombros algo de ropa y algún utensilio que les permita seguir vivos, lo cargan sobre sus espaldas y, tras enterrar a los asesinados por esos arrogantes «defensores» de la democracia, escapan de sus hogares.
Por eso, la historia siguiente es la típica por la que atraviesan tantas familias pastunes de los pueblos afganos martirizados por los indiscriminados bombardeos estadounidenses que tienen que pagar con sus vidas antes de poder llegar a la supuesta seguridad de Kabul. Gran cantidad de familias de la provincia de Hellmand se embarcaron en un viaje hasta las inmediaciones de Kabul tras perder a muchos familiares en los bombardeos estadounidenses sobre sus respectivos pueblos. Utilizaron sus magros recursos para poder pagar el viaje y adquirir alguna lona gruesa y plásticos que les sirvieran de tiendas de campaña improvisadas. Una vez que llegaron y se situaron en campo abierto sin posesión alguna, sin agua para beber y nada que pudiera calentarles, se encontraron con el desastre en la primera noche que pasaron en su nuevo enclave. Durante la noche, cinco niños de edades comprendidas entre los dos y los cinco años perdieron la vida a causa del frío y del hambre. Los niños llevaban dos días sin comer. Cuando el intenso frío se añadió a su desesperada situación, los niños sucumbieron ante las inhóspitas condiciones del lugar.
Esa pauta de hambre y miseria continuó inmisericorde una vez que ese campamento provisional se convirtió en una tumba para los niños más pequeños. Durante el invierno, la falta de ropas, zapatos y mantas provoca la muerte de niños y ancianos. Como los niños no tienen zapatos, las madres utilizan los tejidos que les han sobrado para envolverles los pies. Sin embargo, cuando el frío se agudiza, los niños se congelan. Al no disponer de atención sanitaria alguna, se enfrentan a diario con la muerte y la miseria. Es un espanto que sus niños tengan que pagar con sus vidas por la empresa criminal de Washington DC.
Esas familias disponían en sus pueblos de medios sencillos de supervivencia pero sus niños no morían de frío y hambre. Sin embargo, gracias a los bombardeos indiscriminados del ejército de Estados Unidos y de la OTAN, esas familias corren un riesgo inminente de morir por inanición; el frío extremo y las antihigiénicas condiciones de vida están acabando cada día con sus niños y ancianos.
Anhelo poder sacar a todas esas familias de la zona helada y llevarlas a una región más cálida del país y proporcionarles tiendas de campañas y otros útiles necesarios para la supervivencia.
Si alguno de Vds. está interesado en salvar la vida de un niño afgano, por favor, entren en el siguiente enlace: www.Afghasnitanafterdemocracy.com.
Si lo desean, pueden contactar conmigo en el siguiente correo:
Sinceramente,
Mohammed Daud Miraki
Nota de la Traducción:
El Dr. Miraki es un científico social de ámbito generalista con experiencia en políticas públicas, planificación urbana, desarrollo internacional, ciencias políticas y estudios sobre Oriente Medio. Escribió su tesis sobre los factores del subdesarrollo en Afganistán. No sólo es un experto en el país, Afganistán es también su pasión. Confía en conseguir fondos suficientes con la venta de su libro [se ofrece toda la información al respecto en la web citada anteriormente: www.afghasnitanafterdemocracy.com], para construir un hospital para mujeres y un centro de investigación sobre las consecuencias del lanzamiento de uranio empobrecido sobre el país tras la invasión de estadounidense. En próximos días se ofrecerá en rebelión.org información ampliada sobre dicho proyecto.
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