Días después de revelaciones comprometedoras contra el Buró Federal de Investigaciones en el caso de la muerte del jefe clandestino Filiberto Ojeda [a manos del FBI], agentes de Estados Unidos lanzaron una ofensiva espectacular para ejecutar 23 órdenes de allanamientos de casas de independentistas conocidos. Por lo menos tres periodistas resultaron lesionados con gas pimienta, […]
Días después de revelaciones comprometedoras contra el Buró Federal de Investigaciones en el caso de la muerte del jefe clandestino Filiberto Ojeda [a manos del FBI], agentes de Estados Unidos lanzaron una ofensiva espectacular para ejecutar 23 órdenes de allanamientos de casas de independentistas conocidos.
Por lo menos tres periodistas resultaron lesionados con gas pimienta, uno fue lanzado al piso y arrastrado por agentes del FBI en uno de los edificios allanados, luego de lo cual la gente que se había allegado al lugar para protestar la emprendió a patadas y pedradas contra los vehículos federales, choque en el que fue lesionado uno de los agentes.
El jefe de la Policía nacional, Pedro Toledo, informó que la jefatura del FBI en Puerto Rico le había notificado que se trataba de una operación en todo el país contra la jefatura del Ejército Popular Boricua-Macheteros, pero aseguró que le avisaron una hora después de haber comenzado los allanamientos.
«La Policía no está al tanto, la Policía no sabía, la Policía no participó», dijo el jefe Toledo, quien en horas de la mañana se reunió con el Gobernador, Aníbal Acevedo Vilá, en el Palacio de Santa Catalina, sede de la gobernación. En horas de la tarde y mientras continuaban los allanamientos en diversos pueblos por agentes respaldados por armas largas y helicópteros, fue llamado a Palacio el Secretario de Justicia, Roberto José Sánchez Ramos, quien tiene a su cargo una pesquisa sobre el caso de Ojeda, que fue herido y dejado morir desangrado por un grupo comando del FBI.
La demostración de fuerza ocurre luego de que fuentes vinculadas a las pesquisas revelaron a EL DIARIO-LA PRENSA que testigos declararon que el FBI se incautó indebidamente y por la fuerza de la bala extraída a un agente herido en el operativo, lo que levanta el tema de si pudo haber ocurrido el delito federal de obstrucción de la justicia. Se supone que cuando se extrae una bala a un herido o muerto en el Centro Médico se siga un estricto protocolo para proteger la cadena de evidencia, que incluye notificar oficialmente a la Policía, pero ayer mismo el jefe Toledo confirmó que no sabe qué pasó con el referido proyectil.
«Yo desconozco eso», dijo Toledo durante la rueda de prensa en el Palacio, mientras que el Secretario Sánchez Ramos elogió la precisión del informe publicado por EL DIARIO-LA PRENSA, pero explicó a los periodistas que preguntaron al respecto que «todo el manejo de la evidencia… es parte de la investigación del caso» por lo que no podía dar más detalles.
Se conoció de acciones por lo menos en San Juan, Trujillo Alto, Carolina, Mayagüez y San Germán. Aunque en algunos casos hubo personas momentáneamente detenidas, pasadas más de cinco horas no se había arrestado a persona alguna.
La radioemisora WAPA informó haber visto por lo menos un helicóptero del Departamento de Seguridad de la Patria (Homeland Security) tomando parte en uno de los allanamientos y a agentes federales apuntando sus fusiles hacia los periodistas mientras se ejecutaba una operación.
Contrario a otras ocasiones en que este tipo de acciones se realizan de madrugada, en esta ocasión las acciones comenzaron alas nueve de la mañana y se extendieron a lo largo del día, de manera que se convirtieron en un espectáculo a través de los medios noticiosos, que mantenía en vilo al país.
La situación más tensa se produjo en un edificio del sector capitalino de Río Piedras, donde grupos que protestaban comenzaron a gritar a los agentes «¡asesinos, asesinos!». «Vengo a velar a ver qué es lo que los asesinos del FBI están tramando ahora, a ver si van a matar a otro puertorriqueño», dijo un hombre de 65 años que se acercó al lugar.