Traducido para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
El jueves 28 de abril tuvo lugar la última audiencia de mi proceso contra dos policías de Bruselas-ciudad. Frank Van Impe y Bernard Jongen me habían detenido arbitrariamente y golpeado brutalmente (cuatro costillas facturadas) en una camioneta por haber organizado una manifestación por la paz y contra la OTAN en 1999.
El fallo, el 16 de junio.
Mi declaración final :
» Si mañana hubiera que manifestarse otra vez por la paz, volvería a ir. ¿En qué estado volvería? «
» Señora Presidente, Señora y Señor jueces, les agradezco que me escuchen unos instantes. Seré breve porque el fiscal ha destruido perfectamente la red de mentiras proferidas por los dos policías. Pero, ¿qué se necesita cuando se ha sido víctima de una agresión tan brutal? Justicia y ésta empieza por poder decir lo que se ha sufrido, lo que se ha sentido.
Cuando se ha sufrido semejante impresión, para poder soportarlo, para no quedar traumatizado, se necesita saber que se va a ser escuchado y que los responsables serán castigados. Por lo tanto, les pido que se pongan por un momento en mi lugar: ¿qué sentirían cuando se les tira al suelo como un fardo? Y cuando no hay testigos, estos hombres se ponen a pegarles sin parar, dándoles puñetazos en la cara, patadas en las costillas… Les duele todo, tienen miedo, los golpes son tan fuertes que piensan que van a morir o a quedar inválido. Y cuando suplican que se detengan, les hace gracia y se ponen a pegar más fuerte aún. ¿Qué sentiría ustedes cuando se les trata peor que a un animal, cuando se les priva de toda dignidad, de todo respeto? En estas circunstancias, pienso que un hombre puede comprender lo que siente una mujer cuando es violada. Y después, cuando conocen a quienes les han hecho esto, ustedes se preguntan qué tipo de gente se complacen de esta manera en humillar, pegar, torturar. He hablado de violación. De hecho estos brutales Van Impe y Jongen han violado mis libertades democráticas. La libertad de manifestación. La libertad de expresión. Porque no soy masoquista.
Al llegar al lugar de la convocatoria, sabía muy bien que no iba haber manifestación. Era impensable manifestarse con centenares de policías tanto vestidos para el combate como de civil, un helicóptero, coches con mangueras de agua, gases lacrimógenos, usando la violencia en distintos lugares. Pero se trataba sólo de decir al público y a los media que era escandaloso que se prohibiera una manifestación por la paz, que esta prohibición de manifestarse era ilegal porque había sido condenada urgentemente, a instancia nuestra, por la instancia belga más alta, el Consejo de Estado. Un alcalde puede prohibir una manifestación en determinado momento o lugar. Por ejemplo, porque entorpece la circulación. Pero la Constitución belga le prohíbe explícitamente prohibir cualquier manifestación por la paz sin importar ni el momento ni el lugar. Sin embargo, eso es lo que hizo el alcalde de Bruselas, François-Xavier de Donnéa, gran amigo de la OTAN y de Estados Unidos. Era una situación absolutamente ilegal y de claro abuso de poder. Y eso era lo que había que ocultar suprimiendo la libertad de expresión. A la OTAN no le gusta que se le protesten sus guerras. Esta es la esa razón por la que fue arrestado el periodista Bogaert del Morgen así como otros cuatro periodistas. Y yo fui castigado por haber reivindicado la libertad de expresión. Unos testigos oyeron a unos policías decir una vez que me arrestaron: «¡Le han pillado al periodista! «. Aunque no llevo mi profesión escrita en la cara, ellos la conocían. Y en tanto que organizador de la manifestación por la paz era su objetivo de antemano. La prueba: a mi lado, procedentes de una conferencia de prensa y dirigiéndose conmigo al punto de partida de la manifestación se encontraba una decena de personas entre las que había tres profesores de universidad, los señores Franck, Piérart y Bricmont.
En uno de sus procesos verbales, en los que hasta las autoridades judiciales consideran que han mentido, los superiores de estos brutales policías pretendían que avanzábamos en un «asalto brutal» hacia los policías. Cualquiera que vea la edad y estatura de estos profesores universitarios no podrá menos que estallar en una carcajada. Pero como dice el profesor Franck en su testimonio : » Para responder a su pregunta, me extraña también que ni yo mismo, ni el Sr. Coumont (sindicalista), ni el Sr.. Piérart, ni el Sr.. Bricmont, estuviéramos en absoluto preocupados ni tan siquiera de que se nos interpelara. Ni siquiera hubo el menor control de identidad. No me extrañaría que la suerte particular reservada al Sr. Collon resultara de su identificación por las fuerzas del orden «
Cuando uno es golpeado con semejante violencia, uno se pregunta angustiado: » ¿Qué mal he hecho? » Uno necesita comprender por qué alguien puede detestarle hasta el punto de romperle los huesos, de destruir su cuerpo. Uno se lo pregunta todo el tiempo por qué quiere seguir viviendo en paz. El problema: ¿quién puede protegeros puesto que quienes os han hecho eso son, precisamente, aquellos que se supone que os protegen? Así pues hay que buscar la causa de semejante odio. Cuando estábamos dentro de la camioneta, al empezar a pegarme el policía Jongen me gritó: » Sucio anarquista, ¡vas a ver qué es querer manifestarse ! » Aunque esté mal informado sobre mis convicciones políticas precisas, Jongen demuestra con esas palabras que actúa por motivos de odio político. Además, en la audiencia precedente había declarado: «Cuando la izquierda se manifiesta, siempre hay palos! » (sic).¡ Falso! Ya he participado personalmente en muchas manifestaciones, he organizado muchas de ellas algunas veces, y siempre han salido bien las cosas. En cambio me parece que cuando Jongen interviene, ¡es él mismo quien trae los palos! Lo que demuestran este proceso y la actuación de los policías es que, sin duda, hay una presencia de elementos de extrema derecha, de fascistas, en la policía de Bruselas-Ciudad, como se ha visto también en la comuna de Schaerbeek. ¿A qué esperan las autoridades de Bruselas-Ciudad para acabar con este escándalo? ¿[a que haya] Más víctimas?
En la audiencia precedente el fiscal declaró: : » Me preocupa la declaración (del policía Gosselin, demandado lo mismo que Van Impe por haber golpeado a un aficionado) que decía `¿Por qué golpearíamos a Legrand cuando podíamos haber esperado a llegar a la comisaría´». ¿Atropello policial, patinazo verbal? No, en otra ocasión declararon: «No podíamos golpearle a treinta metros de sus amigos» Pregunta: ¿a partir de cuántos metros esto se vuelve posible? Y cuando me vi confrontado a Van Impe y Jongen en el comité P (vigilancia de policías), se dijo en la misma línea: «De todos modos, no íbamos a pegarle, estaba lleno de cámaras».
Concluyo. ¿Por qué esta violencia gratuita? Trataron de privarnos de nuestro derecho a manifestarnos contra la guerra. Pero se lo vuelvo a decir con toda claridad, señores policías: el derecho a manifestarse está inscrito en la Constitución y ningún alcalde, ningún ministro y tampoco ningún policía de Bruselas-ciudad podrá quitárnoslo, ¿queda claro? Ustedes intentaron asustarme. Y todavía en marzo de 2003, cuando yo protestaba contra la brutalidad policial con un joven (detenido durante una manifestación por Iraq), uno de sus colegas vino a intimidarme: «¿No le basta con una manifestación?» No. Nunca me dejaré intimidar. Si mañana Bush vuelve a desencadenar una guerra, con o sin la participación o la complicidad de Europa, volveré a ir a manifestarme. Así pues, este proceso es importante, Señora Presidente, Señora y Señores jueces, no sólo por el pasado sino también y sobre todo, por el futuro. ¿Tiene derecho un ciudadano de Bruselas a pasearse por la calle sin ser detenido arbitrariamente? Desde este proceso he oído de muchas historias de personas, sobre todo jóvenes, detenidas y golpeadas arbitrariamente en el centro de Bruselas, pero no se atreven a denunciarlo. También lucho por ellos. ¿Tiene derecho a expresarse en las calles de Bruselas un manifestante contra la guerra, incluso de izquierdas? Así pues, lo repito muy claramente: si mañana hay que manifestarse otra vez por la paz, yo iré. El estado en el que vuelva de esta manifestación depende de su veredicto. Gracias por su atención.
El alegato del abogado de los policías : ¿Quién es una lombriz?
El abogado de los brutales policías es Maître Vincent De Wolf, que es además alcalde de derecha de Etterbeek. Sin ningún rubor, su alegato copió tal como estaban las mentiras de sus clientes tratando de eludir las múltiples contradicciones que había encontrado en ellas el fiscal : » Mis clientes no tienen remordimiento alguno porque no han hecho nada » Entre otras lindezas, De Wolf comparó al fiscal con una lombriz que se contorsiona para tratar de saber si el arresto era judicial (sobre la base de un delito cometido; en ese caso el policía debe admitir sobre el lugar al ministerio fiscal) o simplemente administrativo (arresto provisional sin formalidades). Pero, en realidad, fue él mismo quien se contorsionó como una lombriz durante una hora para escapar a la sola y única pregunta de este dossier: ¿Cómo explicar que la víctima entre en buen estado en una camioneta de la policía y salga de ella con cuatro costillas rotas?
Imágenes y citas manipuladas Al no poder responder a esta pregunta simple y decisiva, De Wolf pretende en primer lugar que yo me había caído al suelo cuando fui arrestado con cuatro policías encima de mí y que las costillas se me fracturaron en aquel momento. Además pretende que las grabaciones de la televisión muestran que otro policía me da una patada. Falso, se ve que se trata solo de un paso adelante, a velocidad normal y no es así como se pueden romper cuatro costillas (sin contar con que en la camioneta se me infligieron otras muchas heridas, todas ellas atestadas por numerosos certificados médicos). A propósito de los certificados, De Wolf cita uno de ellos : mis heridas solo habrían provocado «ligeras molestias». Precisamente olvida señalar que este último certificado data…¡de ocho meses después de los hechos! Porque De Wolf es el campeón de la cita truncada. Así, relata el testimonio de otra persona detenida, el actor flamenco Tuypens : » Wij wisten dat de betoging aanvankelijk verboden was «. Que él traduce : » Sabíamos que la manifestación estaba prohibida «, tratando de probar con ello que quienes quisieron desafiar la ley fuimos nosotros. De Wolf » olvida » precisamente traducir la palabra clave: » aanvankelijk verboden «. La verdadera declaración era : «Sabíamos que la manifestación estaba prohibida EN SU ORIGEN «. Es decir, que ya no lo estaba porque el Consejo de Estado había anulado esta prohibición. Sólo con callarse una palabra De Wolf consigue cambiar lo blanco en negro.
¡Demonizad a la víctima! Para hacer olvidar que su dossier es indefendible, De Wolf aplicó el » método Bush «. ¿Es usted manifiestamente el agresor? ¿Hay infinidad de testigos?. Demonice a la víctima, ensúciela. Acúsela, por ejemplo, de poseer armas de destrucción masiva y de representar un peligro. ¿Qué peligrosas armas se me podían atribuir? No era fácil porque ahí había muchas cámaras y éstas mostraban claramente que soy agredido. Así que De Wolf pretende : » ¡Collon no llevaba su DNI! » ¡Ah, el peligroso criminal! Ya lo había dicho en un primer momento y se le había respondido: » ¡Es falso! Los policías me arrancaron mi bolsa con mis papeles. Se me devolvió dos días después en mi casa, y tengo el acta de ello «. No insistió. Pero como no hay nada de bueno en su dossier y como sabe que él habla el último sin que yo pueda responderle, no se ha privado de sacar esta mentira descarada, esperando crear una imagen de mí de peligroso terrorista. En el mismo estilo, se acerca a los jueces y les enseña…una foto que no figura en el dossier: » Miren la mirada de Collon en esta foto, ¡no es la de una víctima! » Curiosamente no tenemos derecho a verla, aunque sería interesante ver qué manipulación podría haber ahí. Pero la presidente no parece impresionada y la foto no se incluye en el dossier.
¡Seis años después la camioneta se vuelve » demasiado pequeña » ! Por último, De Wolf exhibe unas fotos de dos modelos de camionetas que han podido servir para el transporte. Para tratar de pretender que el espacio interior era demasiado pequeño para que un hombre pudiese recibir patadas. Sin embargo, desde el principio de mi demanda y sin variarlo nunca, yo he indicado que Van Impe (que es bajo de estatura) estaba de pie, ligeramente inclinado y en esta postura podía muy bien dar violentas patadas. Deben ustedes saber que esta camioneta el banco sólo ocupa dos terceras partes del espacio a la izquierda; la parte derecha esta completamente vacía de arriba a abajo. En el último momento, seis años después de los hechos, De Wolf se saca un conejo del sombrero : » ¡Camioneta demasiado pequeña! «. Pero no llega a proponer una reconstrucción. ¡Hubiera podido pedir a su brutal cliente que se tumbara en el suelo de esta camioneta mientras que otra persona habría demostrado que era efectivamente posible darle patadas en las costillas! En los últimos tiempos se ha hablado mucho de los » derechos de la víctima». En este sentido, queda mucho camino por hacer: este abogado ha tenido derecho a repetir las mentiras de sus clientes y a inventar nuevos trucos groseros durante una hora y media, guardando el derecho a hablar el último y sin que yo pudiera responderle. Pero no creo que los jueces se dejen impresionar por esto trucos groseros. Ambas audiencias han sido muy claras: si se entra intacto en una camioneta y se sale con cuatro costillas rotas, los únicos posibles culpables son los policías que estaba en esta camioneta. Punto final.