1.- Introducción. El Pueblo Trabajador Chino ha expresado con suficiente claridad que no está dispuesto a soportar por más tiempo los abusos y malos tratos dispensados por los patronos privados y por las multinacionales extranjeras con la complicidad de los funcionarios corruptos y traidores. No es un secreto para nadie el aumento de las movilizaciones […]
1.- Introducción.
El Pueblo Trabajador Chino ha expresado con suficiente claridad que no está dispuesto a soportar por más tiempo los abusos y malos tratos dispensados por los patronos privados y por las multinacionales extranjeras con la complicidad de los funcionarios corruptos y traidores. No es un secreto para nadie el aumento de las movilizaciones obreras y campesinas unidas al malestar creciente de la intelectualidad patriótica y a la oposición abierta del ala izquierda del Partido Comunista. Las más altas autoridades del país avisan claramente que si la situación no cambia, el país camina a un torbellino de revueltas sociales. El viceministro central de Hacienda, Lou Wei, señala que la desigualdad ha crecido tan rápido que «podría tener un impacto más fuerte en la estabilidad social». Informa que la falta de empleos y de protección social está provocando «incidentes masivos» (1) . En mayo de 2006 el economista de la Academia China de Ciencias Sociales, Yang Fang, denuncia que «la brecha entre ricos y pobres se está ampliando, la corrupción está creciendo, ciertas industrias están cayendo bajo el control del capital extranjero y la crítica social a estos acontecimientos está aumentando. China… está en una encrucijada» (2) . La prensa oficial informa en julio de 2006 que «algunas de las contradicciones sociales están a punto de estallar» (3) . En octubre de 2006 la sexta sesión plenaria del Comité Central (C.C.) reconoce que «aumentan las quejas presentadas por las masas al gobierno». El hecho de que estas informaciones se publiquen indica que las autoridades han decidido pasar a la acción y responder al malestar social con un amplio giro a la izquierda que corrija la anterior política.
2.- La construcción económica deja de ser la única prioridad.
Cuando el alcalde de Shanghai, Jiang Zemin, alcanza la secretaría general del Partido Comunista de China (PCC) en 1989, el Socialismo chino vive su crisis más aguda desde la proclamación de la República Popular en 1949. Es cierto que durante la tristemente conocida como «revolución cultural» no sólo fue el Socialismo sino todo el país, los que estuvieron en riesgo de implosión, pero en ese momento nadie cuestionaba la línea socialista a pesar de la demagogia de los maoístas extremistas en aquel momento. En cambio, en 1989 se manifestó una línea en el interior del Partido agresivamente contraria al Socialismo que entró en colusión con la nueva derecha creada al calor de las reformas económicas y con las fuerzas imperialistas que estaban en ese momento completamente eufóricas y a la ofensiva debido a la crisis mortal de varios gobiernos comunistas europeos. Un «consejo de ancianos» dirigentes encabezado por Deng Xiao Ping y apoyado críticamente por el resto, pudo recuperar el control del país gracias al apoyo de la sociedad y de las bases del Partido y al empleo contundente y proporcional de la violencia revolucionaria por parte del Ejército Popular de Liberación (EPL). Los sucesos de Tien An Men, presentados por los medias occidentales como una cruel masacre obra de los perversos comunistas aferrados al poder, fueron sin embargo una batalla enconada entre los contrarrevolucionarios y los soldados con fuertes pérdidas por ambas partes (4). La tarea de Jiang Zemin, instalado por los veteranos en el mando, fue frenar en un primer momento las reformas, poner orden en el partido, ubicar al país en un nuevo mundo hegemonizado por un imperialismo más agresivo y brutal que nunca y donde ya no existía la Unión Soviética, ni la RDA, ni la Mongolia Popular ni Yugoslavia federal ni otros países socialistas y progresistas, y desarrollar el socialismo con características chinas, es decir una reforma y una apertura limitadas que permitiesen el desarrollo de un pobre y gigantesco país. En este contexto difícil, el gobierno y el Partido miraron para otro lado ante la violación reiterada y provocadora de la legislación laboral y de los derechos sociales de las masas por parte del sector privado. Esta situación, que ya fue denunciada a mediados de los 90 por el veterano dirigente Deng Liqun, sólo ahora empieza a ser enfrentada por la nueva dirección del Partido surgida del XVI Congreso en el que Jiang Zemin ha sido sustituido por Hu Jintao. El especialista belga en cuestiones chinas, Peter Franssen, señala que «los chinos son muy conscientes de los errores que han cometido. En los años 80 y 90 han sido a veces unilaterales. En ese momento sus preocupaciones eran el crecimiento económico y la elevación del nivel de vida. No se preocupaban lo suficiente de las condiciones de trabajo, particularmente de los migrantes nacionales» (5). En octubre de 2006 el Comité Central del Partido emite una declaración para enfatizar por primera vez la importancia estratégica de la construcción social junto a la construcción económica. Afirma que China no puede andar «con una larga pierna económica y una corta social». Enfatiza la declaración la necesidad de construir una «sociedad armoniosa socialista, una sociedad compartida por todos los sectores populares bajo la dirección del PCC».
3.- La importancia de las movilizaciones obreras y campesinas como vector de la democracia socialista.
Durante un tiempo las noticias sobre disturbios sociales tenían un origen dudoso. Las fuentes anticomunistas de Hong-Kong buscaban pintar un cuadro de caos social para así poder vender mejor sus servicios a las agencias de propaganda y espionaje occidentales. Los medios académicos occidentales, siempre dispuestos a reproducir cualquier infundio anticomunista, anunciaron alborozados que el Socialismo chino estaba al borde del fin y que el Partido Comunista chino iba a seguir el mismo camino que el soviético, polaco, búlgaro o rumano. Sin embargo, la realidad es que los trabajadores y campesinos chinos han aumentado su nivel de exigencias, de huelgas, de protestas y de movilizaciones frente a las autoridades locales, en ocasiones envueltas en redes de corrupción y cómplices activas de los capitalistas, y frente a las empresas privadas extranjeras y locales. Lo que no quiere decir que estén contra el Socialismo sino contra las violaciones a los principios del Socialismo. El ala izquierda del Partido ha exigido fuertemente que se respeten los derechos democráticos de las masas, que no sean reprimidas por las fuerzas de seguridad, que se castigue de manera ejemplar a los funcionarios traidores y corrompidos y que se presione a las empresas para que acepten las demandas de los obreros y obreras. La pasividad creciente de las fuerzas de seguridad ha permitido a las masas ha emplear formas cada vez más duras de violencia en sus movilizaciones. La acción conjunta de las masas y de la fracción de izquierda del Partido ha hecho que la dirección central preste una atención cada vez mayor a las reivindicaciones sociales. Es realmente imposible que un país tan desigual pueda crecer económicamente y se pueda igualar en términos de ingresos, pero el pueblo ha dicho basta ya al impago de salarios, a los bajos salarios, a las jornadas agotadoras, a la comida insuficiente, a la falta de protección social y de escuela para sus hijos, a los alojamientos indebidos y a otras violaciones de la legislación laboral. No es una situación generalizada pero si hasta cierto punto frecuente en determinadas zonas industriales y que afecta sobre todo a los campesinos migrantes a los centros urbanos.
4.- Ofensiva en cinco frentes a la izquierda.
El equipo dirigente encabezado por Hu Jintao está marcando un giro a la izquierda que se articula en torno a cinco propuestas:1) Reivindicación del Marxismo y extensión de la formación marxista de los cuadros del Partido y de la Administración, 2) Soluciones positivas a las demandas sociales y económicas de las masas y ampliación de sus derechos políticos, 3) Medidas para regular la desigualdad social, 4) Ofensiva redoblada contra la corrupción de los funcionarios, 5) Alianzas internacionales de carácter antiimperialista.
1) Reivindicación del marxismo: Durante el 27 y 28 de abril de 2004 tuvo lugar una conferencia central del Partido sobre la puesta en práctica del proyecto de estudio y construcción de la Teoría marxista. La conferencia no fue algo oculto y semiclandestino sino obtuvo la máxima repercusión por el discurso que pronunció en la misma el presidente y secretario general del Partido Hu Jintao. Éste llamó a «defender la gran bandera de la Teoría marxista». Exhortó a los trabajadores ideológicos de China a «hacer nuevas y mayores aportaciones al desarrollo del marxismo en China». Le acompañó otro miembro de la máxima dirección del país, el comité permanente del politburó del C.C. del Partido, Li Changchung, quién llamó a traducir y estudiar las obras clásicas del marxismo. En octubre de 2006 Li Changchung llama en otra conferencia a reforzar la educación ideológica y ética, especialmente en los jóvenes. La reivindicación del marxismo ha sido constante por el ala izquierda del Partido en la etapa Jiang Zemin cuando la tecnocracia, el comercio, la gestión de las empresas y la econometría eran las disciplinas reinas en las administraciones públicas. Sólo en el 2004 representantes del ala izquierda planteaban que «en la arena ideológica sólo restaurando la posición dirigente del marxismo podemos rearmar al pueblo con ideas progresistas» (6). Incluso en la era Jiang Zemin se llegaron a cerrar revistas marxistas como Zhenli de Zhuiqui y Zhong Liu. El diario New York Times reconocía que el presidente Hu Jintao «ha intentado establecer sus credenciales de izquierda ensalzando el marxismo, elogiando a Mao y estimulando investigaciones para hacer que la frecuentemente ignorada ideología socialista oficial sea más relevante para el presente» (7) . El giro ideológico a la izquierda incluye también el rescate de la tradición revolucionaria del país. El Partido conmemora con actos importantes el aniversario de la Larga Marcha cuando el Ejército comunista recorrió miles de kilómetros para escapar del cerco de los reaccionarios del Kuomintang (8). Esta nueva orientación desde la máxima dirección ha llevado a los académicos marxistas a pasar a la contraofensiva. En las universidades proliferan los seminarios internacionales y nacionales de abierta reivindicación del marxismo. Por ejemplo, en la Universidad de Wuhan tuvo lugar entre el 13 y el 15 de octubre del 2005 el simposium internacional «Federico Engels y el socialismo científico en China contemporánea». En abril del 2006 el Instituto de Investigación Marxista de la Universidad de Economía y Finanzas de Shanghai convocó a 70 economistas marxistas de 13 países para debatir sobre la economía mundial. La conferencia acordó crear una «Asociación Mundial de Economía Política» que está presidida por el profesor Cheng En Fu, rector del Instituto convocante y cuenta con los profesores David Kotz e Hiroshi Ohnishi como vicepresidentes. En el 2006 se reúne un foro de altos cuadros de varios institutos, universidades y agencias importantes para hacer un análisis marxista de la situación actual. El presidente de la Universidad de Beijing abrió la sesión. Se reconocía que «no podía haber tenido lugar sin algún apoyo de las altas esferas» (9).
2) Soluciones a la demandas de las masas : El gobierno toma una serie de medidas para corregir las carencias sociales. A partir del 2007 los impuestos de los campesinos serán totalmente suprimidos (10). El gobierno lanza la campaña «Un nuevo campo socialista» que ratifica que la tierra no puede ser vendida ya que es propiedad de todo el Pueblo (11). El gobierno de la provincia de Guangdong de 90 millones de habitantes decide en noviembre del 2004 que las horas extras del sábado y domingo deben ser pagados un 200 % más y las de los días festivos un 400 % más. El salario mínimo de la provincia aumenta un 8,6 %. El gobierno aumenta el salario de más de 100 millones de trabajadores.
3) Medidas para corregir la desigualdad social : Primero ha sido el ala izquierda del Partido quién ha llamado a aprender cómo otros países socialistas han resuelto las necesidades y problemas de las masas populares. Pero en el 2006 el mismo presidente Hu Jintao ha aconsejado a los cuadros del Partido y gobierno que estudien la situación en Cuba y en la República Popular de Corea para aprender a alcanzar la estabilidad social. El gobierno elabora un borrador de nueva Ley sobre Contratación Laboral que otorga «mucho más poder» (12) en las empresas privadas a las organizaciones sindicales para que puedan defender eficazmente los intereses de los trabajadores. El diario estadounidense New York Times confirma que China planea adoptar una ley que busca actuar en contra de los talleres explotadores y proteger los derechos de los trabajadores (13). El presidente del Consejo Sindical de la ciudad de Shanghai Wu Shenyao reconoce que hasta ahora organizar el sindicato es «sobre todo un problema en las empresas privadas». Señala en un libro publicado en Bélgica que su táctica sindical es evitar el conflicto y buscar un compromiso con la empresa. «Si entramos en conflicto con los propietarios no podremos resolver ningún problema» (14). Un observador del sindicato español Comisiones Obreras, Isidor Boix, es informado sobre el terreno que las empresas privadas plantean dificultades para construir sindicato de base y para que paguen al sindicato el 2 % de su masa salarial, tal y como exige la ley (15). La nueva ley estipula que los patronos y sindicatos deben negociar convenios colectivos en un plano de igualdad. Establece también que el periodo de prueba será de uno a seis meses dependiendo del tipo de trabajo y no por un año entero como es ahora. El borrador obliga a que los trabajadores temporales empleados a través de agencias pasen a ser empleados permanentes un año después de permanecer en la misma empresa (16). El despido colectivo necesita del acuerdo del sindicato. La nueva ley impone un control severo del respeto a la legislación laboral como la semana de trabajo de 44 horas y de 5 días, el pago del salario mínimo y de las horas extras. Según el abogado de Hong Kong Andreas Lauffs que defiende los intereses capitalistas desde la firma internacional Baker & Mckenzie reconoce que las nuevas reglas dificultarán despedir a los empleados. En caso de infracción el patrón podrá ser multado o encarcelado. Las multinacionales occidentales instaladas en China están reaccionando fuertemente en contra de esta Ley. Tras una fuerte disputa política y jurídica, el gobierno, al parecer con la intervención directa de Hu Jintao, ha derrotado la negativa de la cadena norteamericana de grandes superficies comerciales de permitir la creación de sindicatos en sus centros de trabajo. Ya se han creado secciones sindicales en los 65 centros de la cadena en China.
4) Ofensiva redoblada contra la corrupción de los funcionarios : El observador español Xulio Rios señala que se intensifica la campaña contra la corrupción y el abuso de poder de las autoridades (17). Cita el caso de magistrados de Shenzhen acusados de sobornar y ser sobornados y del director de la Administración Nacional de Estadísticas. La campaña incluye una presión creciente sobre los poderes territoriales que han sido favorables a prácticas corruptas contrarias a los intereses de las masas populares.
5) Alianzas internacionales de carácter antiimperialista : En relación a Corea, China intenta reducir las represalias de los EEUU tras el ensayo nuclear de este país. En relación a Vietnam ambos países intentan subir a un nivel superior la política de los «cuatro buen»: «buenos vecinos, buenos socios, buenos amigos y buenos camaradas». El gobierno de Hu incrementa la relación política y económica con Cuba y en noviembre del 2004 visita la isla. Fidel Castro afirma que el Partido Comunista y el pueblo de la Republica Popular China demuestran «de forma irrebatible» que el socialismo es la «única esperanza de paz y supervivencia de nuestra especie». Elogia a Ju por sus «elevados aportes…a la causa del Socialismo en China». El estrechamiento de las relaciones económicas y políticas entre China y Venezuela, que ha conocido nuevos avances en el 2006, es también un gesto que irrita profundamente a la administración Bush empeñada en aislar y derrotar al gobierno del presidente Chávez. Globalmente, la Academia de Ciencias pronostica en el 2006 el triunfo del Socialismo sobre el capitalismo. Anuncia que va a publicar anualmente el «Libro Amarillo sobre el Socialismo mundial» que en su primer número afirma:»El movimiento socialista mundial no sólo ha logrado sobrevivir a la desaparición de la Unión Soviética y las transformaciones en Europa del Este, sino incluso ha empezado a progresar y cobrar fuerza. Por ello nos parece inminente el desarrollo de las sociedades socialistas y el triunfo histórico del socialismo sobre el capitalismo» (18).
5.- Conclusiones.
El efecto de la lucha de clases y de las amplias movilizaciones sociales en China está siendo que la prioridad pase a ser la defensa de los intereses vitales de las masas populares. El equipo dirigente en torno al secretario del PCCh Hu Jintao está protagonizando un giro a la izquierda que incluye no sólo un amplio programa de reformas sociales sino un estrechamiento de relaciones con países socialistas y la incorporación de China a un frente antiimperialista que bajo la orientación del Presidente venezolano Chávez, pugna por reconstruir un Mundo multipolar y liberado de la hegemonía imperialista. No están en duda las reformas económicas producidas en China desde 1978 que han permitido su impetuoso desarrollo económico. Lo que el gobierno chino está mostrando es su capacidad para rectificar una política anterior, excesivamente complaciente con el capitalismo exterior e interior e insensible ante los sacrificios sociales del desarrollo económico del país.
Notas
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1 «La desigualdad de distribución de ingresos en China es notable», Pueblo en Línea, 23/06/2006.
2 Eva Cheng, «Planes de la derecha en China», www.sinpermiso.info
3 http://spanish.peopledaily.com.cn/31619/4608522.html
4 Andy MacInerney, «La plaza de Tien An Men: la historia clarifica lo que ocurrió en 1989», Workers world news service, 20 junio 1996.
5 «La Chine prépare une nouvelle loi sur le droit de travail», 22-11-2006. http://www.ptb.be/scripts/article.phtml?lang=2&obid=33012
6 Documento publicado en www.dsp.org.au/links/back/issue27/index.htm
7 New York Times, 12 marzo 2006.
8 Xulio Rios, «La larga marcha y el rearme ideológico chino», 24/10/2006. Rebelión.
9 Robert Weil, «Sobre las condiciones de las clases trabajadoras de China», septiembre 2006, www.monthlyreview.org/0606weil.htm
10 «China likely to lift agriculture tax next year», People’s Daily, 10 diciembre 2004.
11 http://www.workers.org/2006/editorial/china-0323
12 Xulio Ríos, «China: el repunte sindical», Kaosenlared, 28 octubre 2006.
13 David Barboza, «China quiere poner fin al abuso», The New York Times, 10/28/2006.
14 Marc Vandepitte, Ng Sauw Tjhoi, Made in China, Meningen van daar, EPO, Bruselas, 2006.
15 «Crónica de un viaje a China». 17 de octubre 2006.
16 «Detrás de la Gran Muralla China», Global Labor Strategies, www.laborstrategies.blogs.com
17 Xulio Ríos, «¿Calma chicha en el PCCh?», Argenpress, 17/09/2006.
18 http://sp-rian-ru/onlinenews/200660512/48030582,html