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Gitanos: el pueblo perseguido

Gitanos
Fuentes: Tiempo Argentino [Imagen: Grupo de gitanos en una carreta por los caminos de Renania en el año 1935. Créditos: German Federal Archive]

El día 8 de abril se conmemora el Día Internacional del Pueblo Gitano. Por qué se instituyó esa fecha y de qué modo los gitanos son segregados desde la Edad Media hasta nuestros días.

El día 8 de abril se conmemora el día Internacional del Pueblo Gitano. “La fecha  no es arbitraria –dice el escritor argentino de origen gitano Jorge Nedich– sino que conmemora el Primer Congreso  Gitano que se realizó el 8 de abril de 1971 en Londres  y en el que se instituyeron  tanto la bandera como el himno gitanos”.

Y agrega: “La bandera es verde y azul y tiene una rueda roja que simboliza el carácter itinerante de los gitanos que no es una característica inherente al pueblo gitano en sí, sino la respuesta a siglos de expulsiones  de distintos países. El himno gitano, Gelem, gelem, que significa anduve, anduve, fue compuesto por  Jarko Jovanovic  y recuerda a los gitanos y gitanas víctimas del Holocausto”.  

La propia historia de Nedich es en sí misma la historia de la marginación de los gitanos que, según el escritor, aún no son sujetos de derecho. Fue a la escuela primaria algunos días salteados en que pudo hacerlo porque el nomadismo no le permitió la escolarización.

“De chico –cuenta en una nota aparecida en este mismo diario- vendía en la calle naftalina, agujas, hilos. Lustré zapatos, vendí helados, estampitas, tiré la manga. Hice todo lo que hace una familia gitana que está en una situación de marginalidad. Éramos tremendamente pobres, por lo que comencé a vender desde el vientre de mi madre que se dedicaba e eso cuando estaba embarazada de mí”.

Aprendió a leer leyendo las revistas que él mismo vendía en los trenes, «números viejos o fallados de AfanancioEl TonyKilling”, Cuando tenía dudas les preguntaba a los chicos de la villa que también se dedicaban a vender en los trenes. Con esa precaria instrucción y mucho esfuerzo personal, se convirtió en escritor.

Ya tenía libros publicados cuando en el momento en que se  sancionó una ley que permitía a los mayores de 25 años que  acreditaran de alguna forma  un saber que les permitiera ingresar a estudios terciarios o universitarios aunque no hubieran terminado el colegio primario. Dio el el examen de ingreso y ahí saltó el dato de que no  había terminado ni la primera ni la secundaria. En contraposición ya había publicado Gitanos para su bien o su mal y Ursari. Fue así que accedió a la  carrera de Letras en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, se recibió y desde entonces se dedica a la docencia  y a la escritura.

Hoy hace más de 30 años que lucha por la causa gitana, por la integración  de su pueblo, por la inclusión en los manuales escolares de la historia de los gitanos. Hasta el momento, los gobiernos han mostrado mayor o menor empatía hacia su propuesta, pero ninguno la ha aplicado.

Gitanos: el pueblo perseguido
Foto: Eduardo Sarapura

Gitanos, un pueblo segregado

La segregación del pueblo gitano comienza ya en Edad Media, cerca del año 1300 y a lo largo de la historia se lo ha discriminados de distintos modos.

“En 1930 –le cuenta Nedich a Tiempo Argentino–  comienza el asociacionismo gitano. Antes de la Segunda Guerra Mundial, en los lugares en que los gitanos pudieron asentarse desarrollaron una economía y accedieron como el resto de la población a la educación. De hecho, hay un Premio Nobel en ciencia de origen gitano, Schack August Steenberg Krogh”.

“Ese asociacionismo se vio truncado en 1936/1937  con el auge del racismo. Es el momento en que Hitler toma una cervecería en Berlín en la que da un discurso por el que luego es encarcelado y, una vez liberado, comienza su ascenso”.

Y agrega: “Hay algo que me gustaría aclarar y es que, contrariamente a lo que se dice, Hitler no ganó las elecciones. Salió segundo con el 33 por ciento de los votos. Quien gana es Paul von Hindenburg quien enferma y nombra canciller a Hitler y así comenzó su actividad política y llegó a lo que llegó”.

“Luego del  genocidio –continúa-, los gitanos quedaron muy diezmados, con muchas pérdidas. En un principio se reconocieron 200.000 fallecidos pero en realidad  fueron más de 1.500.000 los que murieron dentro de los campos de concentración y fuera porque a muchos de ellos los mataban donde los encontraban. Como estaban indocumentados, era difícil establecer  una cifra.”

Gitanos: el pueblo perseguido

Recién en 1960 comienza a retomarse el asociacionismo. “En 1971 –dice Nedich- un gitano inglés que trabajaba de cocinero en una escuela,  pide permiso a las autoridades para hacer un congreso. En ese congreso se establecieron la bandera y el himno gitanos. En este punto hay que destacar tres nombres: Juan de Dios Ramírez Heredia, diputado gitano; Yul Brynner, actor gitano y el autor del himno gitano, Jarko Jovanovic.”

 “En realidad,  el himno era una vieja canción del 45 o 46. En verdad es un contra himno porque pone en valor la pérdida, la familia, el desastre que hace la guerra, no es una canción de heroísmo. Es el único himno en el mundo con esa característica”.

En 1980 comienza el primer reconocimiento de las pérdidas gitanas ya que,  durante el Juicio de Nuremberg,  Alemania argumentó y presentó documentación al fiscal Robert J. Jackson que sostenía que los gitanos no habían muerto por cuestiones raciales, sino porque eran delincuentes comunes.

“En ese momento –acota Nedich- se reconocieron 200.000, de modo que la cantidad de delincuentes comunes del pueblo gitano era inmensa, absurda. En realidad, los gitanos cultivaban la vid, el olivo, eran actores, empresarios. Muchos de ellos, cuando percibieron lo que se venía, viajaron a los Estados Unidos. Entre ellos estaba la familia de quien sería  Elvis Presley, que cambió su apellido porque sonaba demasiado alemán.  Quien ya era Chaplin, de origen gitano, se va de Irlanda a los Estados Unidos”.

Gitanos: el pueblo perseguido
Grupo de gitanos en una carreta alemana en 1908

En lo que hace a la inclusión de los gitanos, Argentina ha firmado muchos tratados y acota  Nedich, “no ha cumplido con ninguno. El más rimbombante es la resolución 169  que se firma en la OIT en 1985 por el que Argentina se compromete a integrar por medio de la escolarización y el trabajo a la población gitana. Nunca lo hizo, de hecho, ni siquiera nos han censado”.

“Yo hace 32 años que recorro los ministerios de Educación y nunca cortaron el diálogo. El único gobierno que no nos atiende es el actual. Este gobierno habla de hacer de Argentina una potencia, pero para eso necesitaría llenar miles y miles de cabezas de contenidos de excelencia y ha rebajado el Ministerio de Cultura a Secretaría. No habla de educación, sino de mercado”.

Y continúa: “Yo fui líder dos años en Naciones Unidas e hice  un curso sobre Derechos Humanos en Costa Rica. Allí vi que hemos avanzado mucho  en muchos países, por ejemplo en España, en Serbia, inclusive en Rumania.  Hay gitanos que estudiaron, se formaron y trabajan en la universidad, en centros de estudios, son obreros, periodistas, locutores, actores…En Argentina eso no sucede a pesar de que promover la cultura gitana sería útil para que no haya un choque de culturas”.

Y concluye: “A veces nos dicen que los gitanos no nos integramos. Es un error pensar así, porque el que tiene el monopolio de la integración  es el Estado”.

Fuente: https://www.tiempoar.com.ar/ta_article/gitanos-pueblo-perseguido/