En el día final de los trabajos del Foro Social Mundial (FSM), el presidente Hugo Chávez sostuvo una larga conversación con representantes de la Asamblea de Movimientos Sociales, convergencia que actúa al interior del Foro, pero se diferencia de éste en que toma acuerdos e iniciativas de acción. Allí, aseguró, se «están encendiendo las luces […]
En el día final de los trabajos del Foro Social Mundial (FSM), el presidente Hugo Chávez sostuvo una larga conversación con representantes de la Asamblea de Movimientos Sociales, convergencia que actúa al interior del Foro, pero se diferencia de éste en que toma acuerdos e iniciativas de acción. Allí, aseguró, se «están encendiendo las luces del nuevo amanecer mundial» y, parafraseando al Che Guevara, llamó a formar «una, dos, tres, muchas Bolivias.»
El presidente escuchó detalladamente los resolutivos del organismo que acordó realizar, el próximo 18 de marzo, una campaña internacional contra la intervención militar en Irak, en repudio a la guerra y las ocupaciones. Aprobó, también, organizar tres grandes campañas temáticas más: contra la conclusión de la Ronda de Doha en la Organización Mundial del Comercio (OMC); para enfrentar la Cumbre del Grupo de los 8, en San Petersburgo, Rusia, en julio; y, en rechazo al Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) en septiembre.
Al terminar la emisión de su programa de televisión Aló Presidente!, en la que el mandatario bailó a todo ritmo una pieza de reguetón, compuesta e interpretada por un grupo de bellas jóvenes de Argentina, Venezuela y España, charló con una comisión de dirigentes sociales.
Chávez señaló que, para consolidarse, la revolución bolivariana requiere de los movimientos sociales del mundo. «Es absolutamente imposible -dijo- la revolución en un solo país. Estamos debilitando las columnas del sistema capitalista, pero, o cae en todo el mundo o no cae en ninguna parte».
El jefe del Ejecutivo aseguró que el mundo entró en una nueva dinámica, diferente a la de hace 5 años. A partir de ahora, la derecha deberá remar a contracorriente en el mundo. «Chávez -contó que le dijo a propósito de ello Fidel Castro- el genio se salió de la botella y difícilmente habrá alguien que lo vuelva a meter.»
Generoso con el Foro, aseguró que éste es más necesario que nunca. «Hay -afirmó- dos superpotencias en el mundo: Estados Unidos y la opinión pública mundial.» El Foro forma parte sustancial de la opinión pública. Por ello, ofreció estudiar las propuestas que le habían presentado.
Según el mandatario, para hacer realidad el cambio se requiere que los movimientos sociales actúen sobre la base de una estrategia de poder porque «sólo apuntando al poder podemos cambiar al mundo».
Finalmente señaló que desde los espacios de poder conquistados hay que construir ese nuevo mundo que es necesario.
Ofensiva
La Asamblea de los Movimientos realizó un balance de la lucha popular en el último año. A diferencia de sus conclusiones anteriores, ahora su balance fue sustancialmente optimista. Según los participantes, las movilizaciones sociales «contra el neoliberalismo y el imperialismo en las Américas y en otras partes del mundo han generado una crisis de legitimidad de sistema neoliberal y de sus instituciones. Sus expresiones más recientes son la derrota del ALCA en Mar del Plata y la del Tratado para una Constitución Europea en Francia y Holanda. En América Latina hemos asistido a una explosión de las movilizaciones contra el libre comercio, la militarización, los procesos de privatización y en defensa de los recursos naturales y la soberanía alimentaria; movilizaciones que, en algunos países, se han traducido en el ascenso al gobierno de alternativas políticas surgidas al calor de las luchas populares».
Lejos de confiarse, la Asamblea llamó a no bajar la guardia. Recomendó que, ante el acceso al gobierno de alternativas políticas vinculadas a procesos de lucha popular, «los movimientos sociales debemos mantener nuestra autonomía política y programática, impulsar la movilización social para avanzar en la consecución de nuestros objetivos y presionar contra cualquier adaptación de estos gobiernos al modelo neoliberal».
Un Foro especial
Walden Bello, director de Focus on the Global South, considera que el Foro de Caracas tuvo diferencias importantes respecto de los foros anteriores. La primera consistió en que la que gente que vino vivió un Foro atravesado por un proceso de cambio social actual, fluido y radical, con todas sus alzas y sus bajas y sus contradicciones. La segunda es que el foro se efectuó en un país que tiene un conflicto muy áspero con Estados Unidos y los participantes en la reunión se involucraron activamente en ellos. Los delegados vivieron -dice- «un sentimiento muy intenso de estar dentro de la lucha de una forma muy concreta».
Francois Houtart, sacerdote jesuita integrante del Comité Internacional del Foro, opina que éste, a pesar de todos los problemas de organización que tuvo, manifestó una politización, con un sello muy latinoamericano, entendida no como identificación con un proyecto político en particular. «Avanzó -dijo- en la conciencia de que el ámbito político formal es importante y que no se puede pensar solamente en dar grandes ideas o acciones desde abajo -cosas absolutamente necesarias. Esto no significa la aceptación de lo político como está organizado hoy. Tampoco que el Foro deba perder su autonomía en su relación con los gobiernos progresistas. Por el contrario, hay que ser críticos con esos gobiernos, hay que brindarles apoyo crítico».
Más escéptico, Aldo Zancheta, director de la Escuela para la Paz en Luca, Italia, solidario con las luchas indígenas, afirma que no le queda claro para qué sirve el Foro. Y se pregunta: ¿para preparar acciones? ¿Para confrontar análisis? «Hay que pensar para el futuro se responde. Estos foros no ayudan ya a desarrollar ideas nuevas. Se repiten a sí mismos. Los movimientos invierten demasiado tiempo y energías en su preparación y no queda tiempo para hacer lo que hace falta hacer para cambiar el mundo».
El horizonte
¿Hacia dónde se dirige el FSM? ¿Cuál es su horizonte? Hautart es claro: el Foro no debe transformarse en una V Internacional. Y no puede hacerlo porque, si camina por esa ruta, explota. Debe quedarse como un punto de encuentro, de intercambio. En su interior hay gran diversidad geográfica, sectorial e ideológica. Conviven, simultáneamente, los que piensan que el sistema capitalista se puede humanizar y los que piensan que puede remplazarse total y radicalmente. Coexisten tendencias de tipo organizativo y de tipo anarquista. Los foros tienen que respetar el espacio para todos. Es importante que todos permanezcan en su interior. Ante la fuerza del adversario sería un desastre que el Foro terminara dividiéndose.
Entrando de lleno a la polémica desatada por la intervención del mandatario venezolano, el sacerdote dominico dice: «entiendo la preocupación de Chávez, que es un hombre político y que actúa como tal. Corresponde a una preocupación fundamental que existe dentro del Foro: ¿Cómo pasar de la elaboración de la conciencia colectiva que fue el trabajo fundamental de los foros, creando una nueva cultura, una esperanza y que debe profundizarse y extenderse, a la formación de actores colectivos?
Ciertamente, ya existen actores, pero se necesitan crear actores colectivos que terminen con el neoliberalismo y creen alternativas». Y se pregunta: «si el Foro no puede hacerlo ¿cuáles son las instancias que pueden hacerlo realidad? Entiendo bien cómo Chávez se expresa: ha mandado un desafío».
Según Hautart, «los que dicen que el Foro no han conseguido nada, no conocen los Foros por dentro. La existencia de los Foros es un hecho político en sí mismo. Ningún poder político puede no tener eso en cuenta. El peso de la creación de una conciencia crítica es un hecho político muy importante, que ilegítima al capitalismo. Dentro de los Foros hay un montón de redes que se organizan y se fortalecen. Es un trabajo que no se puede despreciar. Existe, sí, el peligro de que se convierta en un Woodstock social. Hay que trabajar para que la imagen externa que se presenta no sea ésta».
Organización
En el Foro se registraron 53 mil participantes individuales, 19 mil delegados y 4 mil 900 periodistas. Entre ellos, una representación de 77 mexicanos, pertenecientes a las más diversas redes y organizaciones, que, en una declaración al Foro escribió en una carta abierta: «El gobierno de Fox no nos representa en su defensa del ALCA ni en sus ataques a Venezuela. Estamos conscientes de que el gobierno de Fox está siendo utilizado por los peores intereses del imperio del norte para intentar golpear y asilar el proceso venezolano. No permitiremos que México sea punta de lanza para vulnerar la soberanía de la República Bolivariana de Venezuela.»
Y es que, todavía se escuchan en este país los ecos del reciente diferendo entre el presidente mexicano y Hugo Chávez. Una pinta en la Avenida Méjico, cerca de la estatua a José María Morelos y Pavón, dice: «Fox: cachorro del Imperio». En otra más, firmada por los tupamaros venezolanos, puede leerse: «Viva el México zapatista».
No es casualidad. El zapatismo goza de aprecio y respeto en estas tierras, sobre todo entre los jóvenes y los antiguos militantes de organizaciones político-militares. En el foro se realizaron varias mesas para analizar su legado, la mayoría en el marco del campamento de la juventud.
Al cierre de esta edición, centenares de asistentes celebraban, en medio de performances, propuestas musicales sincréticas y todo tipo de manifestaciones artísticas y culturales, la clausura del Foro. Fue, en síntesis, una verdadera fiesta mundial por la paz y en contra del imperialismo estadunidense; una jornada planetaria de solidaridad con la revolución bolivariana.