Los reclamos por aumento de salarios registrados en numerosas fábricas japonesas instaladas en China no las hará abandonar ese país. El gigante asiático es un enorme mercado de consumo en expansión. Japón es el tercer inversor en China. Los trabajadores reclaman un aumento de salario y el derecho a formar sindicatos. Los japoneses no se […]
Los reclamos por aumento de salarios registrados en numerosas fábricas japonesas instaladas en China no las hará abandonar ese país. El gigante asiático es un enorme mercado de consumo en expansión.
Japón es el tercer inversor en China.
Los trabajadores reclaman un aumento de salario y el derecho a formar sindicatos.
Los japoneses no se preocupan. Al contrario, lo interpretan como una señal de los cambios que ocurren en ese país, que pasó de ser un centro de producción barato a una sociedad y una economía que se encamina a ser un gran mercado de consumo.
China es demasiado atractiva como para renunciar. Si, al principio, el interés en ese país fue la abundante mano de obra barata, ahora es el enorme mercado que muchos estaban esperando.
Ese país se convertirá pronto en la segunda economía del mundo. Este año contribuirá con un tercio al crecimiento global.
El producto interno bruto aumentó 10,3 por ciento en el segundo trimestre de este año, respecto de igual periodo de 2009.
«Concientes de los beneficios de una economía rica, las compañías japonesas seguirán en China, y no se irán a otros lugares más baratos de Asia», señaló Hisaki Nakai, especialista de la Organización de Comercio Exterior de Japón (Jetro, por sus siglas en inglés).
«Los beneficios económicos, irónicamente, facilitan una reforma laboral», apuntó.
Los trabajadores de Honda Motor, en Foshan en la provincia de Guangdong, fueron huelga para que reclamar un aumento de salario. Dos semanas después, la compañía accedió a un incremento de 32 por ciento, según la prensa.
Las protestas se replicaron en otras plantas de automóviles. A fines de mayo, 1.000 empleados de una fábrica de Beijing, donde se procesan partes de Hyundai Motor para Corea de Sur, según el periódico Asahi.
La huelga de Honda reveló el malestar de los trabajadores por la cantidad de extras, el hacinamiento en espacios insalubres y salarios que no les alcanzan para vivir.
No es sólo un fenómeno económico, indicó Tatsuo Matsumoto, economista de la Asociación de Ejecutivos de Japón.
«Los trabajadores chinos conforman una fuerza de trabajo más perfeccionada e influida por Internet, donde se puede encontrar información sobre derechos y estándares laborales», apuntó Matsumoto.
«El gobierno chino, conciente de los problemas económicos y políticos que acarrean las dificultades laborales, respalda las demandas de los trabajadores», añadió.
Muchas empresas japonesas, al igual que las de otros países industrializados, mudaron durante décadas sus fábricas y líneas de montaje a China para aprovechar la mano de obra barata y mantener su competitividad en el mercado global.
Con la profundización de las reformas económicas en China después de fines de los años 70, la clase media creció al influjo del crecimiento económico de dos dígitos. El país se convierte en un formidable mercado.
La participación de China en el consumo mundial pasará de 5,2 por ciento a más de 23 por ciento en 2020, pronosticó el Crédito Suisse en enero. Entonces, China superará a Estados Unidos como el mayor mercado de consumo.
Los ricos aumentaron su riqueza, representando 35,7 por ciento del ingreso por hogar, según una encuesta realizada por el banco en noviembre de 2009.
El ingreso por hogar de la clase media aumentó 98 por ciento entre 2004 y 2009.
El cambio de situación modificó la relación entre Beijing y Tokio. Japón, otrora uno de los mayores donantes de China, pasó a ser uno de los principales inversores, en especial tras el ingreso de ese país a la Organización Mundial del Comercio en 2002.
Las inversiones directas de Japón alcanzaron los 4.100 millones de dólares, detrás de las de Hong Kong y Taiwán. Las inversiones japonesas aumentan 12,7 por ciento año tras años, según el Consejo Empresarial Estados Unidos-China, con sede en Beijing.
China es uno de los mayores mercados de exportación a Japón son 131.000 millones de dólares, ocupando la posición que solía tener Estados Unidos, indicó Jetro.
Las huelgas en las fábricas japonesas revelan la importancia para los inversores de cuidar la relación con los trabajadores.