El presidente Hugo Chávez, irá a la IV Cumbre de las Américas en Mar de Plata, Argentina, con la meta de profundizar su oposición al Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) en lo que será un nuevo capítulo de su enfrentamiento con Estados Unidos. El mandatario confirmó sus intenciones en su peculiar estilo […]
El presidente Hugo Chávez, irá a la IV Cumbre de las Américas en Mar de Plata, Argentina, con la meta de profundizar su oposición al Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) en lo que será un nuevo capítulo de su enfrentamiento con Estados Unidos.
El mandatario confirmó sus intenciones en su peculiar estilo la noche del jueves cuando declaró: «Estaremos en Mar del plata para decirle al ALCA al carajo». Al mismo tiempo, denunció una vez más que Estados Unidos quiere aislar a Venezuela.
Chávez reiteró que el ALCA «ha muerto» y vaticinó que no se podrá concretar en el hemisferio, «porque creo que el gobierno de Estados Unidos no contaba con las fuerzas» de gobiernos progresitas como el de Argentina, Brasil o Uruguay, ni con los movimientos populares.
Aseguró que la reunión de Mar del Plata «fue planificada» en 2001 en la Cumbre de las Américas de Canadá, en la que Venezuela -recordó- fue el único país que expresó sus reservas al ALCA.
«Claro que en las cuentas del imperio no estaban cuando definieron ellos mismos la sedes de estas cumbres (…) que el pueblo, digno, hermano, profundo, infinito de Argentina se iba a rebelar como se rebeló aquel diciembre para romper el camino impuesto por el neoliberalismo», señaló.
Estados Unidos impulsaba el ALCA para enero de 2005 pero el acuerdo general no se concretó y devino en bilaterales de libre comercio (TLC) como el firmado con México, previo a la propuesta del ALCA, así como los de Chile, Centroamérica y República Dominicana.
Tres países andinos (Colombia, Ecuador y Perú) están negociando desde mayo pasado un TLC con Estados Unidos y Bolivia dejó el tema al nuevo presidente.
Por su parte, Venezuela avanzó en su empeño de entrar en el Mercosur (Uruguay, Paraguay, Brasil y Argentina), que se concretaría en diciembre, según anunció el canciller uruguayo, Reinaldo Gargano.
«Es una hipótesis que la integración plena de Venezuela al Mercosur sea una respuesta al avance de un TLC entre Estados Unidos y tres países andinos», dijo Jean-Jacques Kourliandsky, investigador del Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (IRIS, por sus siglas en francés).
Los TLC firmados «son insignificantes económicamente» dijo por su parte Eduardo Samán, representante de Venezuela en las negociaciones sobre propiedad intelectual, al destacar que son técnicamente convenios más limitados con respecto al objetivo inicial de Washington.
El mercado de «Centroamérica es insignificante, Chile es un país pequeño y ya comenzó a sufrir los primeros síntomas de ese tratado y queda afuera (de los TLC) Brasil, que es la economía más grande en la región», señaló.
Los presidentes Alvaro Uribe de Colombia, Alfredo Palacio de Ecuador y Alejandro Toledo de Perú celebrarán una reunión con el presidente estadounidense, George W. Bush, en Mar del Plata para intentar concluir las negociaciones del TLC en noviembre.
Al confirmar su viaje a Mar del Plata, Chávez reiteró igualmente sus denuncias respecto al gobierno de Estados Unidos y fustigó duramente a Bush.
«Vuelvo a acusar al gobierno de Estados Unidos de pretender aislar a Venezuela y al mismo tiempo les digo que así como han fracasado cien veces volverán a fracasar mil y una veces», subrayó Chávez, quien aprovechando la bonanza petrolera, multiplica sus iniciativas de vender combustible en condiciones preferenciales y de inversiones en refinerías de la región.
Chávez afirma que estas iniciativas se inscriben en el Alba, Alternativa bolivariana para las Américas, que relanzó con Cuba en diciembre pasado.
Dijo que Estados Unidos es un «gigante que terminará siendo de papel» tras decir que la popularidad del presidente estadounidense y la economía de ese país «siguen palo abajo».
Kourliandsky estimó que «en tanto que los discursos no sean seguidos de medidas concretas» la controversia entre Washington y Caracas no es preocupante, y aconsejó mirar más bien a «lo que pasa por los oleoductos».