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IKEA: Un capitalismo a desmontar

Fuentes: Rebelión

¿Desea usted una empresa muy rentable que venda productos para todos los bolsillos y todos los países, puntera en su sector, y con una imagen impecable? Siga este libro de instrucciones y podrá conseguirlo en tan sólo 8 cómodos pasos. Si en el proceso del montaje se cansa, tómese un respiro y deguste nuestras extraordinarias […]

¿Desea usted una empresa muy rentable que venda productos para todos los bolsillos y todos los países, puntera en su sector, y con una imagen impecable? Siga este libro de instrucciones y podrá conseguirlo en tan sólo 8 cómodos pasos. Si en el proceso del montaje se cansa, tómese un respiro y deguste nuestras extraordinarias albóndigas suecas, mucho mejor que las navarras. Tan sólo les falta ser azules y amarillas, y con una tupida melena rubia.

1 / Abra la caja de oportunidad en tiempos del fascismo alemán. Año 1943, Ingvar Kamprad la funda. Un calvinista cicatero, íntimo amigo de dos de los líderes del movimiento sueco pronazi. La empresa está manejada por INGKA Holding B.V., que es controlada a su vez por una fundación benéfica​ sin ánimo de lucro y con una baja carga fiscal. Su propiedad intelectual depende de una serie de corporaciones que llegan hasta las Antillas Neerlandesas​ y la Interogo Foundation del Principado de Liechtenstein. Hoy cobra un canon a cada establecimiento por su operación y todas las sociedades que controlan IKEA tienen su base en paraísos fiscales.

2 / Despliegue el folleto de sus encantos para convencer a los dirigentes locales de la «inmejorable oportunidad» de instalar un IKEA en su zona, consiga que le regalen 7 millones de dinero público y le vendan el suelo a precio de ganga. Ayerdi, vicepresidente del G. de N. considera razonable vender 32.000 m2 de suelo público a 90 euros el m2. Urbanización, construcción de un vial y la conexión a esta tienda. En Sevilla en 2011, Ecologistas en Acción se opuso a que el Ayuntamiento recalificase el sector de San Nicolás y fomentara la burbuja especulativa, beneficiando a ésta multinacional en detrimento de la ciudadanía, eludiendo la normativa existente y valiéndose de la creación de empleo como excusa para que el proyecto salga adelante, aun siendo contra el Plan de Urbanismo… ¿Les suena?

3 / Monte la creencia de la NO necesidad del comercio local y su importancia para tejer ciudad y no tenga escrúpulos en destruirlo. La apertura de IKEA ha supuesto el cierre total de muchos comercios de las ciudades donde ha llegado. Ahí tenemos el caso de Sevilla. Mejor haría G. de N. en destinar los 7 millones para IKEA en mantener e impulsar el comercio de cercanía.

4 / Saque las mejores piezas de madera de los bosques vírgenes de Karelia (Rusia) pero niéguelo firmemente en público. IKEA ha estado extrayendo árboles protegidos de entre 200 y 600 años de antigüedad. Este hecho ha sido denunciado por la Coalición Mundial por los Bosques, una alianza integrada por ONGs de más de 40 países. Además, tala para sus muebles baratos unas 600 hectáreas al año, unos mil campos de fútbol. Total, 640.000 m3 de madera de origen incierto en Rusia o China.

5 / Saque el serrucho de la explotación laboral, pisotee los derechos laborales y ahorre en costes fijos. IKEA en países como India, Bangladesh y Vietnam, paga respectivamente 37, 11 y 42 euros al mes, el mínimo legal permitido. Ahí trabajan mujeres o niñxs entre 80 y 90 horas a la semana, sin derechos sindicales, ni haber oído hablar nunca de nada parecido. En Pakistán incluso se les encadenaba a las máquinas. Mientras lxs trabajadorxs de las 1.300 subcontratistas de Ikea tienen prohibido el derecho de sindicación, las auditorías éticas sobre estas subcontratas las realiza otra sucursal de IKEA. En Bélgica, se fomenta el trabajo precario. A lxs jóvenxs que rompieron una huelga se les ofreció un bono de compra. En Francia, una circular interna aconsejaba no contratar a personas de color porque «tienen menos posibilidades». Se pidió a IKEA que desmintiera estas acusaciones, pero los responsables, perdonen la broma «se hicieron los suecos».

6 / Atornille las tuercas de derechos laborales también aquí. LAB de Barakaldo denuncia desde hace más de 10 años tasas de eventualidad por encima del 30; un 44 % de la plantilla trabajando menos de 20 horas semanales; salarios por debajo de los 600 €uros y que la empresa había sido sancionada por impedir el acceso a asesores sindicales. Proyecta en todo el mundo, 7.500 despidos en 2 años.

7 / Destruya las bolsas de medio ambiente cercano. En los años 80 saltaron los escándalos del formaldehído y otras sustancias tóxicas en sus productos. Su modelo de grandes superficies en el extrarradio obliga a la clientela a desplazamientos en coche, con lo que de las 2,8 toneladas de CO2 que libera anualmente IKEA, el 56 % es imputable a las y los compradores. Nasuvinsa calcula 4 millones desplazamientos anuales en coche en Navarra.

8 / Elabore una estructura fiscal indetectable por la administración. Los Verdes de la Eurocámara denunciaron en 2016 que IKEA había dejado de abonar mil millones de euros durante 6 años. En 2015, las plataformas Attac y PACD (Plataforma Auditoría Ciudadana de la Deuda) solicitaron información sobre la contribución fiscal de su sucursal de Barakaldo. Todavía no se conocen los datos. Resultan poco creíbles las afirmaciones del consejero de la Hacienda, Aranburu, en las que asegura que IKEA abonará los impuestos que les correspondan. No se llega a ser la octava fortuna del mundo tan sólo vendiendo mesillas de noche.

El entramado que usted ha realizado podría no sostenerse a pesar de haber seguido todos los pasos anteriores. La red de ONGs ‘Public Eye on Davos’, en un escrutinio sobre el Foro Económico Mundial, anunció en 2007 que había designado a las firmas IKEA, Bridgestone y Trafigura como candidatas al premio a la empresa más irresponsable de 2007. «IKEA usa todos los medios legales para minimizar sus impuestos». En Navarra se pondrían 7 millones de dinero público y todas las facilidades para su aterrizaje. Podrían llegar, dejar en paro a cientos de personas, extraer toda la riqueza local, y marcharse con una fortuna multiplicada. ¿Cuántos de estos recursos revierten en la comunidad? Tenemos demasiadas experiencias de lo contrario. Ikea es, por lo tanto, un modelo capitalista a desmontar. Un exterior muy atractivo; un interior oscuro, muy bien envuelto en papel fantasía.

Laura Berro y Manuel Millera / Aranzadi

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.