Un video espeluznante que muestra a policías indonesios torturando a presuntos separatistas de la provincia de Papúa -en el que queman los genitales de uno y pasan un cuchillo por el cuello de otro- provocó el martes la indignación pública después de que circuló por internet. Las imágenes parecían un recordatorio de los días oscuros […]
Un video espeluznante que muestra a policías indonesios torturando a presuntos separatistas de la provincia de Papúa -en el que queman los genitales de uno y pasan un cuchillo por el cuello de otro- provocó el martes la indignación pública después de que circuló por internet.
Las imágenes parecían un recordatorio de los días oscuros del ex dictador Suharto, quien a menudo utilizó policías y militares para reprimir a los disidentes, sobre todo en regiones remotas con aspiraciones independentistas.
El video acaparó el martes varias primeras planas de los periódicos locales y en las páginas de comentarios en línea hubo expresiones llenas de ira.
«Fue impactante, cada escena fue un acto de barbarie», afirmó Haris Azhar del grupo de derechos humanos Kontras. «El gobierno tiene que descubrir quién está detrás de este tipo de violencia en Papúa y llevarlos ante los tribunales», agregó.
El cuerpo de una de las víctimas fue encontrado cerca de un río a finales de 2009 poco después que fue descubierto el video, donde efectivos de seguridad interrogaron a un detenido en la aldea montañosa de Puncak Jaya, dijo Matius Murib, de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Cuando el detenido dijo que no sabía nada acerca de un alijo de armas escondidas, un hombre amenazó con dispararle en la boca con un fusil y otro quemó sus genitales con un palo encendido, lo que hizo que gritara de dolor. Un tercer efectivo lo quemó en la cara con un cigarrillo.
Aunque la Comisión dijo que la víctima sería el funcionario local Werius Selenggen, de 38 años, un representante de la organización mundial Human Rights Watch dijo que el diálogo del video y la fecha en que fue grabado demostrarían que era otra persona.
Indonesia, una nación predominantemente musulmana de más de 237 millones de personas, ha hecho grandes avances hacia la democracia desde que Suharto fue derrocado hace poco más de una década. El país ha aplicado reformas que han traído libertad en los medios de comunicación y la situación de los derechos humanos ha mejorado notablemente.
Sin embargo, el gobierno es muy sensible en torno a la continua lucha separatista que ocurre en Papúa. La justicia indonesia ha ordenado largas penas de prisión a activistas, pese a que han expresado pacíficamente sus puntos de vista, como organizando manifestaciones o simplemente por levantar banderas independentistas.
En internet:
http://material.ahrchk.net/video/AHRC-VID-012-2010-Indonesia.html