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La Habana, 28-30 de septiembre de 2005

Intervención en la conferencia internacional «Resistencia Alternativa a la Deuda Externa»

Fuentes: CADTM

Traducido para Rebelión por Juan Vivanco

1. Cambios producidos entre 1985 y 2005 con respecto a la deuda del Tercer Mundo

1.1. En 1985, cuando se celebraron en Cuba varias conferencias con el tema «la deuda es impagable», la crisis de la deuda desatada en 1982 había afectado sobre todo a América Latina y el Caribe.2 La iniciativa del gobierno de Cuba concernía ante todo al hemisferio occidental.

Durante los doce años siguientes todos los países en desarrollo (excepto China) y el conjunto del antiguo bloque soviético se vieron afectados por la crisis de la deuda. Las políticas neoliberales de ajuste estructural se aplicaron progresivamente en más de 160 países. Ni siquiera los más industrializados se libraron de la crisis del endeudamiento público, y todos sus gobiernos aplican hoy políticas neoliberales muy parecidas a las que han impuesto a los países del Sur.

Las políticas gubernamentales aplicadas en el conjunto del planeta, con muy pocas excepciones, incluyen privatizaciones, aumento de los impuestos pagados por el pueblo (mientras disminuyen los que pagan los capitalistas), mercantilización de todas las relaciones sociales y todos los bienes comunes, aumento de las desigualdades sociales, aumento de la precariedad, ataques al sistema de seguridad social basado en la solidaridad, alteración de los equilibrios ecológicos, productivismo desaforado, libre circulación de capitales, mercancías y servicios pero grandes trabas a la circulación de personas (con excepción de los capitalistas de cualquier nacionalidad), carrera de armamento, recurso creciente de los países más industrializados a la fuerza y la agresión…

1.2. Sin embargo, más allá de los parecidos entre las políticas neoliberales que se aplican en el Sur y en el Norte, hay una diferencia significativa. La crisis de la deuda de los países del Sur es, sobre todo, una crisis de la deuda externa, y esta se utiliza como instrumento para reforzar el dominio que ejercen sobre ellos los países más ricos, contando con la docilidad de la mayoría de los gobiernos del Sur, cuando no con su complicidad. La crisis de la deuda de los países del Norte es, sobre todo, una crisis de deuda pública interna. Los capitalistas del Norte la utilizan para manipular al estado en su provecho. En los años ochenta la parte de la renta nacional correspondiente a los capitalistas de los países del Norte aumentó de forma considrable a expensas de la parte correspondiente a los trabajadores. De modo que, en lo referente a la deuda pública, entre Norte y Sur hay parecidos pero también diferencias.

1.3. En materia de deuda, una de las evoluciones que han experimentado la mayoría de los países del Sur durante los últimos 20 años ha sido el aumento de su deuda pública interna. El fenómeno se advierte sobre todo en Latinoamérica y Asia. La explosión de la deuda pública interna tiene que ver con el cóctel formado por la crisis de la deuda pública externa, las crisis financieras sucesivas de los años noventa y la aplicación de medidas de choque impuestas por el Banco Mundial y el FMI. Los poderes públicos se han hecho cargo sistemáticamente de gran parte de las deudas de los bancos y las empresas privadas. Las deudas privadas se han vuelto públicas por arte de magia neoliberal. Ha sido así en todos los continentes. Baste citar dos casos famosos, el de Méjico entre 1995 y 1998 y el de Indonesia en 1998-1999.

Como los grandes grupos bancarios del Norte han comprado una parte importante de los bancos de países del Sur, la deuda pública interna tiene, en parte, los mismos acreedores que la deuda pública externa. Desde hace tres años el Banco Mundial recomienda vivamente a los poderes públicos del Sur que completen el endeudamiento externo con endeudamiento interno.3 Cabe señalar que una parte de la deuda interna toma como índice una divisa fuerte (dólar, yen o euro), lo cual la asemeja a la deuda externa.

1.4. Desde hace 20 años el endeudamiento del Tercer Mundo ha sido un poderoso instrumento de subordinación de los países del Sur a los del Norte y, al mismo tiempo, un mecanismo permanente de transferencia de riqueza de los productores del Sur a los capitalistas del Norte, el Banco Mundial, el FMI y el Club de París, más la comisión que cobran los gobiernos y capitalistas del Sur. Este mecanismo de bombeo de recursos se suma a otros y los refuerza: el comercio desigual, la fuga de cerebros, el saqueo de los recursos naturales…

2. Una mirada hacia atrás: los años ochenta

2.1. En 1985 la iniciativa pionera de Cuba tuvo eco fuera de las fronteras latinoamericanas. En el África subsahariana el joven presidente de Burkina Faso, Thomas Sankara, se dirigió en estos términos a todos los jefes de estado africanos que asistían a la 25ª conferencia de la OUA (Organización de la Unidad Africana) el 29 de julio de 1987 en Addis Abeba :4

La deuda también es neocolonialismo, con unos colonialistas convertidos en «asesores técnicos». Aunque sería mejor llamarles asesinos técnicos. Son ellos quienes nos han propuesto unas fuentes de financiación, unos «proveedores de fondos» (…). Nos han aconsejado esos proveedores de fondos, nos los han recomendado. Nos han engatusado con documentaciones y montajes financieros. Y nos hemos endeudado para 50, 60 años o más.

La deuda, en su forma actual, es una reconquista de África muy bien organizada, de modo que su crecimiento y desarrollo obedezcan a unas reglas que desconocemos por completo. Así cada uno de nosotros se convierte en un esclavo financiero, es decir, en un esclavo a secas, de quienes han tenido la oportunidad, la astucia, la malicia de invertir un capital en nuestros países con la obligación de reembolsarlo (…).

¿Quién de nosotros no ansía que la deuda se suprima, lisa y llanamente? Quien no lo ansíe puede marcharse, tomar un avión y plantarse en el Banco Mundial para pagar. Que nadie piense que la propuesta de Burkina Faso es algo propio de jóvenes inmaduros, sin experiencia. Ni que sólo los revolucionarios hablan así. Deberíamos admitir que se trata simplemente de objetividad, de obligación.

Entre los que han dicho que no se pague la deuda, puedo poner ejemplos de revolucionarios y de otros que no lo son. Puedo citar a Fidel Castro, por ejemplo: no tiene mi edad, aunque es revolucionario.

Tres meses después el impetuoso Thomas Sankara fue asesinado. Desde entonces su país, gobernado por Blaise Compaoré, se ha convertido en un alumno aplicado del Banco Mundial, el FMI y el Club de París.

2.2. En Latinoamérica, durante la década de los ochenta cayeron varios regímenes dictatoriales que se habían instalado en los años sesenta (Brasil) o setenta (Chile, Argentina, Uruguay). Estos regímenes habían intentado destruir el movimiento popular para instaurar un modelo neoliberal subordinado a los países más ricos. Con la vuelta de los gobiernos civiles, los gobernantes decidieron asumir las deudas odiosas contraídas por las dictaduras. Ya no hacía falta una dictadura militar para lograr la sumisión a los intereses de las potencias del Norte y los capitalistas locales, bastaba con la dictadura de los acreedores.

2.3. Entre 1980 y 2004 Latinoamérica y el Caribe pagaron a sus acreedores 2,109 billones de dólares, que equivalen a nueve veces el monto debido.5 Por cada dólar que debía en 1980, Latinoamérica reembolsó casi nueve, pero hoy en día debe más de tres.

Si tomamos en consideración el conjunto de los 165 países en desarrollo (incluidos los del antiguo bloque soviético), los pagos efectuados entre 1980 y 2004 ascienden a 5,3 billones de dólares, lo que representa el décuplo de la cantidad debida.6 Por cada dólar debido en 1980, estos países han reembolsado unos 10, pero hoy en día deben cerca de cinco.

2.4. En cuanto a las protestas populares contra las políticas del FMI y el Banco Mundial, empezaron a cobrar un carácter masivo y a veces violento a partir de abril de 1984, cuando el pueblo dominicano se sublevó y fue duramente reprimido. En todo el planeta estallaron motines. El levantamiento de Caracas de febrero de 1989 fue aplastado a sangre y fuego, con miles de muertos. Varios estallidos populares derribaron gobiernos. De Ecuador a Indonesia, pasando por Bolivia y Argentina, los pueblos echaron a los presidentes que aplicaban las políticas neoliberales.

3. El ejemplo de Argentina

Argentina demostró que un país podía suspender durante largo tiempo el pago de la deuda. La noche del 19 al 20 de diciembre de 2001 el pueblo argentino se sublevó contra la política antisocial del presidente De la Rúa y de su ministro de Economía, Domingo Cavallo. Argentina, abandonada a su suerte por el FMI, suspendió el pago de su deuda externa pública a los acreedores privados por un monto de más de 80.000 millones de dólares.

El FMI, el Banco Mundial, los gobiernos de los países más industrializados y la gran prensa internacional habían anunciado una catástrofe si Argentina suspendía pagos. ¿Qué pasó? Argentina, lejos de hundirse definitivamente en la recesión, empezó a levantar cabeza con un crecimiento sostenido a partir de 2003, que se prolongó en 2004.

El gobierno argentino propuso a los acreedores privados de la deuda argentina que cambiaran sus títulos por otros de menor cuantía. Después de arduas negociaciones que se prolongaron de 2002 a principios de 2005, más del 76% de los acreedores privados aceptaron una propuesta de cambio que implicaba renunciar a cerca del 50% del valor de sus antiguos títulos.

Argentina ha demostrado que es posible enfrentarse a los acreedores privados suspendiendo pagos durante un periodo prolongado.

¿Hay que felicitar por ello al gobierno argentino? No lo creo. Porque no ha sido capaz de romper sus acuerdos con el FMI y el Banco Mundial. El gobierno argentino ha querido honrarlos y se ha comprometido a dedicar un superávit fiscal al pago de la deuda a las instituciones de Bretton Woods. Sin embargo habría podido apoyarse en el fallo del juez Olmos para decretar que la deuda reclamada por el FMI y el Banco Mundial era odiosa y por tanto nula.

El FMI y el Banco Mundial estaban muy apurados en 2001-2002-2003 a causa de su evidente fracaso en Argentina, Brasil, Rusia y Sureste de Asia. El monto de la deuda cuyo pago reclamaban era importante, y una suspensión de pagos de Argentina les habría puesto en una situación sumamente difícil.

Eran el FMI y el Banco Mundial los que necesitaban llegar a un acuerdo con Argentina, y no al revés.

En cuanto al acuerdo final con los acreedores privados, a algunos les garantiza un aumento de su remuneración proporcional al crecimiento económico del país. ¿Por qué tienen que beneficiarse los acreedores del crecimiento, si este es el fruto del esfuerzo de quienes producen la riqueza de una nación, es decir, del pueblo?

Las cantidades que el gobierno argentino se ha comprometido a pagar en los próximos años son tan onerosas que harán imposible cualquier política alternativa al modelo neoliberal. Las demandas sociales, por justas que sean, no serán satisfechas.

De todos modos Argentina ha demostrado que hoy en día un país puede dejar de pagar la deuda durante un tiempo prolongado sin que los acreedores sean capaces de tomar represalias eficaces.

Si los peronistas Rodríguez Saá, Duhalde y Kirchner, que se han sucedido en la presidencia del país desde diciembre de 2001, han podido, siquiera tímidamente, enfrentarse a los acreedores privados durante tres años, ¿cómo es posible que Lula, presidente de Brasil, haya sido tan dócil y no haya cuestionado en ningún momento el pago de la deuda? Una alianza de varios países latinoamericanos frente a los acreedores habría alterado la situación en beneficio de los pueblos.

Si lo ha hecho Argentina sola, a pesar de las limitaciones antes señaladas, es evidente que una alianza latinoamericana contra los acreedores podría dar resultados muy positivos.

4. Situación inédita en 2004-2005

La combinación de tipos de interés bajos, primas de riesgo a la baja y precios de las materias primas al alza, ha producido un fuerte aumento de las reservas de cambio de los países en desarrollo (PED).

A fines de 2004 dichas reservas ascendían a 1,6 billones de dólares.7 Una cantidad jamás alcanzada. ¡Superior a la deuda externa pública del conjunto de los PED !

Gracias al aumento de su solvencia, los principales PED han podido endeudarse (más de 200.000 millones de $ de deudas nuevas de 2002 a 2004) emitiendo títulos de deuda pública y privada en los mercados financieros del Norte.

Aunque algunos PED reducen en parte su deuda externa (Rusia y Venezuela, por ejemplo), otros siguen endeudándose fuertemente (Brasil y Méjico, a los que se ha sumado Argentina después de la negociación con sus acreedores). Casi todos aumentan su deuda pública interna.

La coyuntura actual brinda a los gobiernos de los PED una oportunidad excepcional de cambiar sustancial o radicalmente su situación. Es posible librarse de la deuda.

China, con 600.000 millones de dólares de cambio, si su gobierno autocrático lo decidiera, podría cambiar ella sola la situación internacional a favor de los pueblos de los PED. ¿Qué decir de un frente unido de China y Rusia frente a los gobiernos de los principales países industrializados ? Estos dos países podrían alterar la situación mundial si tuvieran un plan común alternativo. En un panorama más amplio, los gobiernos de un número importante de PED repartidos por cuatro continentes (Asia, Latinoamérica, África y Europa Oriental, si se incluye Rusia, como hacen el FMI y el BM) tienen provisionalmente la llave del cambio. Son acreedores netos de la principal potencia mundial y de los bancos privados del Norte tomados en su conjunto. En principio podrían prescindir totalmente del FMI reembolsándole todo lo que aún le deben. Podrían crear un fondo de respaldo a los otros PED peor dotados que ellos en divisas (empezando por los 50 países menos adelantados, PMA), que les permitiría saldar rápidamente su deuda (la suma que deben los PMA no es muy grande).

Nunca antes la situación había sido tan favorable a los países periféricos en el aspecto financiero. Pero nadie habla de cambiar las reglas del juego. Porque los gobiernos de China, Rusia y los principales PED (India, Brasil, Nigeria, Indonesia, Méjico, Suráfrica…) no muestran la menor intención de cambiar realmente la situación mundial en beneficio de los pueblos.

Sin embargo, en el plano político, si los gobiernos de los principales PED quisieran, 50 años después de Bandung podrían crear un poderoso movimiento capaz de imponer las reformas democráticas fundamentales de todo sistema multilateral. Podrían adoptar una política moderada -reembolsar anticipadamente las deudas con una deducción importante- o radical -repudiar la deuda y aplicar un conjunto de políticas en ruptura con el neoliberalismo-. La situación internacional les es propicia, porque la principal potencia mundial está empantanada en la guerra de Irak y la ocupación de Afganistán, además de encontrar una fuerte resistencia en Latinoamérica que se ha saldado con derrotas humillantes (Venezuela, Cuba, Ecuador) o atolladeros como el de Colombia.

Estoy convencido de que estas políticas no llegarán a materializarse: a corto plazo los PED no seguirán la vía moderada ni la radical. La aplastante mayoría de sus dirigentes están completamente enredados en el modelo neoliberal. La mayoría de las veces están tan vinculados a los intereses de las clases dominantes locales que no tienen la menor posibilidad de apartarse de las políticas impuestas por las grandes potencias industriales (no digamos de romper con ellas). Los capitalistas del Sur se encastillan en un comportamiento rentista, y cuando no es así sólo intentan apropiarse de segmentos de mercado. Es lo que hacen los capitalistas brasileños, surcoreanos, chinos, rusos, surafricanos, indios… que presionan a sus gobiernos para que arranquen concesiones a los países más industrializados en el marco de negociaciones comerciales bilaterales o multilaterales. Además, la competencia y los conflictos entre gobiernos de los PED, entre capitalistas del Sur, son reales y pueden agudizarse. La agresividad comercial de los capitalistas de China, Rusia y Brasil hacia sus competidores del Sur provoca fuertes divisiones.

Sólo la irrupción de los pueblos en el escenario histórico podría cambiar el curso de las cosas, pero todavía no se ven señales claras.

5. La actual coyuntura excepcional demuestra que el modelo neoliberal es inviable para los pueblos de los países del Sur

Según la teoría económica dominante, el desarrollo del Sur se ve frenado por una carencia de capitales domésticos (ahorro local insuficiente). Siguiendo con esta teoría dominante, los países que quieran emprender o acelerar su desarrollo deberán recurrir a los capitales externos por tres vías: la primera es endeudarse en el exterior, la segunda atraer inversiones extranjeras y la tercera aumentar las exportaciones y conseguir así las divisas necesarias para comprar bienes extranjeros que les permitan crecer. Los países más pobres también deberán atraer donaciones, comportándose como buenos alumnos de los países desarrollados.

La realidad contradice la teoría: los países en desarrollo son los que suministran capitales a los países más industrializados, y en particular a la economía estadounidense.

Lo dice el propio Banco Mundial: «Los países en desarrollo tomados en conjunto son prestadores netos de los países desarrollados».8

No es cierto que los PED tengan que endeudarse para sufragar su desarrollo. Hoy en día el recurso al préstamo sirve sobre todo para asegurar la continuidad de los reembolsos. Aunque existen importantes reservas de cambio, los gobiernos y las clases dominantes locales del Sur no aumentan las inversiones ni los gastos sociales. Sólo hay una excepción en el mundo capitalista, el gobierno de Venezuela, que se enfrenta a las clases dominantes locales y al imperialismo de Estados Unidos y la Unión Europea.

Tarde o temprano los pueblos se librarán de la esclavitud de la deuda y de la opresión que ejercen las clases dominantes del Norte y el Sur. Con su lucha lograrán aplicar políticas que repartan la riqueza y pongan fin al modelo productivista destructor de la naturaleza. Entonces los poderes públicos no tendrán más remedio que dar prioridad absoluta a la satisfacción de los derechos humanos fundamentales.

6. Propuestas para el futuro

  • ¿Estamos de acuerdo en pedir la anulación de la deuda externa pública del conjunto de los PED ?

  • ¿Estamos de acuerdo en rechazar las condiciones impuestas por los acreedores ?

  • ¿Estamos de acuerdo en apoyar a los PED que suspendan el pago de la deuda y aumenten los gastos sociales ?

  • ¿Estamos de acuerdo en apoyar auditorías de la deuda, hechas por iniciativa de los ciudadanos, las autoridades o ambos ?

  • ¿Estamos de acuerdo en exigir la reparación de la deuda histórica y de la deuda ecológica que el Norte tiene contraída con el Sur ?

  • ¿Estamos de acuerdo en apoyar a los países que rompan sus acuerdos con el FMI y el Banco Mundial?

7. Nuevos retos

En 1985 un gobierno tomó la iniciativa pionera de lanzar una campaña para dejar de pagar la deuda externa. Esta campaña llegó principalmente a América Latina y el Caribe. En 1998-1999 el movimiento Jubileo, en el que las Iglesias cristianas desempeñaban un papel demasiado importante, reunió más de 20 millones de firmas. Masivo, sin duda, pero demasiado moderado en su demanda de anulación de la parte impagable de la deuda de los países más pobres. Esta campaña llegó casi exclusivamente a las comunidades cristianas.

¿Seremos capaces en 2006-2007 de emprender una enérgica campaña mundial global que llegue al mayor número posible de comunidades? Creo que sí, porque en los últimos años se ha producido una convergencia importante de movimientos sociales y campañas que hasta hace poco tenían muchas dificultades para trabajar juntos.

Ojalá estemos a la altura de este reto.

Notas:

1. Este texto es una versión corregida y aumentada de la intervención de Eric Toussaint en la sesión inaugural del encuentro Resistencia Alternativas a la Deuda Externa celebrada en La Habana del 28 al 30 de septiembre con la asistencia de 400 delegados de cincuenta países. Estaba organizada por la coalición internacional Jubilé Sud, la red internacional CADTM, el capítulo cubano de la Alianza Social Hemisférica, la Alianza de los Pueblos del Sur Acreedores de la Deuda Ecológica, Afrodad (Zimbawbe), KAIROS (Canadá), SLUG (Noruega), Observatorio de la Deuda en la Globalización ODG (Barcelona), 50 años, basta ya (EE UU), Christian Aid (Gran Bretaña), el programa Globalización y Justicia Económica del Consejo Mundial de las Iglesias, el programa sobre la deuda ilegítima de la Federación Luterana Mundial, Eurodad, Action Aid International (Gran Bretaña), Coalición Deuda y Desarrollo (Irlanda) y Jubilee Debt Campaign (Gran Bretaña). La conferencia fue la continuación de la que se celebró en Dakar en diciembre de 2000, titulada De las resistencias a las alternativas y convocada por el CADTM, Jubilé Sud, el CNCD -11.11.11 (Bélgica) y el CONGAD (Senegal).

2. También había afectado a Europa Central y del Este, sobre todo a Polonia, Rumanía y Hungría, que entonces formaban parte del bloque soviético.

3. Véase, en especial, GDF 2005.

4. Véase el texto completo reproducido en Damien Millet, L’Afrique sans dette, CADTM-Syllepse, Lieja-París, 2005, p. 205.

5. En 1980 la deuda externa de Latinoamérica y el Caribe ascendía a 243.000 millones de dólares. En diciembre de 2004 alcanzaba la suma de 773.000 millones de dólares.

6. En 1980 la deuda externa de todos los países en desarrollo ascendía a 541.000 millones de dólares. En diciembre de 2004 alcanzaba la suma de 2,6 billones de dólares.

7. Fuente: World Bank, Global Development Finance 2005, Washington DC, abril de 2005, p. 165. Al final de 2004 los PED disponían de unos 1,6 billones en forma de reservas de cambio (1,591 billones $, véase p. 165), es decir, más que el total de su deuda pública externa (1,555 billones $, p. 161). China, Malasia, Tailandia, India y Corea del Sur tenían reservas de cambio superiores a su deuda pública externa. Las reservas de cambio del conjunto de los PED de Asia duplicaban con creces el conjunto de su deuda externa pública y privada (véase el cuadro de las pp. 161 y 165). Solamente las reservas de China septuplicaban su deuda pública externa.

En el norte de África y Oriente Próximo las reservas de cambio ascienden a 141.000 millones de dólares, mientras que la deuda pública es de 127.000 millones. Las reservas de Argelia ascienden a 41.000 millones de dólares, frente a una deuda pública externa de 27.000 millones.

8. «Developping countries, in aggregate, were lenders to developed countries» (World Bank, Global Development Finance 2003, p. 13). En la edición de 2005 del Global Development Finance, p. 56, el banco escribe: «Hoy los países en desarrollo son exportadores de capitales al resto del mundo» (Developping countries are now capital exporters to the rest of the world. World Bank, GDF 2005, p. 56).