Luego de las declaraciones por parte del canciller francés alertando sobre la posibilidad de una guerra en el país persa, el director de la AIEA puso paños fríos y tildó a los fantasmas bélicos de «exagerados». A días de que los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (China, Estados Unidos, Francia, […]
Luego de las declaraciones por parte del canciller francés alertando sobre la posibilidad de una guerra en el país persa, el director de la AIEA puso paños fríos y tildó a los fantasmas bélicos de «exagerados».
A días de que los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia) se reúnan en Washington para estudiar nuevas sanciones contra Irán en represalia por su desarrollo nuclear, sigue la controversia sobre una posible intervención armada de Estados Unidos en Teherán.
En el marco de la asamblea de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), el director de este organismo, Mohamed el-Baradei afirmó que las declaraciones sobre un posible conflicto bélico son «exageradas». También destacó que el uso de la fuerza en Irán debería ser considerado como un recurso de última instancia, y sólo si lo autoriza el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
«Existen normas sobre cómo utilizar la fuerza, y espero que todos hayan aprendido la lección con la situación en Irak, donde 70 mil civiles inocentes han perdido sus vidas por las sospechas de que un país tiene armas nucleares», manifestó el-Baradei a la prensa en respuesta a las declaraciones que se efectuaron desde Francia, alentando la posibilidad de una guerra en el país persa.
El pasado domingo el canciller francés, Bernard Kouchner, advirtió que la crisis nuclear con Irán podría decantar en un conflicto armado, aunque estimó que este escenario no era inminente y pidió que la ONU imponga más sanciones a Teherán como modo de evitarlo. «Debemos prepararnos para lo peor y lo peor es la guerra», dijo el funcionario en declaraciones a la radio francesa RTL.
De la misma forma, Kouchner propuso este lunes que la Unión Europea (UE) adopte sanciones contra Irán por afuera de las ya aprobadas por la ONU, medida apoyada además por Holanda. También advirtió a las empresas francesas contra toda nueva inversión en Irán, satisfaciendo una antigua demanda de Washington en este sentido.
Sus declaraciones fueron ratificadas por el primer ministro francés, François Fillon, quien estimó que el Canciller tenía «razón», afirmando que la tensión en Irán había legado «a su extremo», especialmente en la relación con Israel.
Las polémicas declaraciones de los funcionarios franceses, que demuestran la subordinación de París a la política anti-Irán de Washington (Ver «¿Se acerca Francia a las políticas de Washington?» APM 23/04/2007), llegan en el marco de la divulgación de supuestos planes del Pentágono para un eventual ataque al país persa.
El periódico británico The Sunday Telegraph afirmó que Estados Unidos prepara dos alternativas militares para responder al desarrollo atómico de Irán, uno de bombardeos selectivos de sus instalaciones nucleares y otro de ataques aéreos más amplios contra todo objetivo militar iraní, en total unos dos mil sitios, según informó la agencia Télam.
Por otra parte, días atrás, el teniente general Thomas Mclnerney, ex jefe adjunto del Estado Mayor de la Fuerza Aérea de EEUU, ahora parte del consejo no gubernamental de expertos para Irán, y analista de la cadena estadounidense Fox, confirmó a esa señal que el principal instrumento para «castigar» al país persa ya está preparado: se trata de una bomba superpotente de efecto penetrante que pesa 14 toneladas, capaz de destruir objetivos profundamente soterrados. «El presidente (de Irán) Ahmadineyad no tiene en Irán nada que no podamos destruir», manifestó el general en retiro a la cadena norteamericana Fox News, según reseñó la agencia rusa, Ria Novosti.
En Teherán, las declaraciones del gobierno francés, así como la divulgación de supuestos planes bélicos en su contra, motivaron duras críticas.
El vicepresidente iraní, Reza Aghazadeh, asistente a la conferencia de la AIEA, afirmó que los países occidentales «siempre eligieron la senda de la confrontación en lugar de la senda del entendimiento y las relaciones cordiales hacia la gran nación de Irán».
«El fin perseguido con la excusa de suspender el enriquecimiento de uranio es en realidad que se detengan esa actividad (la nuclear) y se evite que los países independientes se adhieran a la cada vez más veloz caravana de quienes poseen las nuevas tecnologías», puntualizó Aghazadeh, quien además es el jefe del organismo nuclear iraní.
Por su parte, el Canciller iraní, Mohammad Ali Hosseini, criticó en un comunicado las declaraciones del canciller francés, afirmando que éste «olvidó la política de la UE con su amenaza de guerra». «El uso de tales palabras crea tensiones y es contrario a la historia cultural y de civilización de Francia», agregó el funcionario.
Sin embargo, la mirada iraní del diferendo por el enriquecimiento de uranio es en parte optimista. El presidente de la Comisión de Seguridad Nacional y Política Exterior del Parlamento de ese país, Ala Al Din Boruyerdi, afirmó a la agencia INRA que existe «un clima positivo» en la AIEA, y destacó que países como Canadá y aquellos que integran el Movimiento de los no Alineados hayan apoyado las declaraciones de el-Baradei, abogando por una salida diplomática.
Los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU se reunirán el 21 de setiembre en Nueva York para decidir si aplicarán más sanciones a Irán. Desde que el país persa anunció el enriquecimiento de uranio con fines pacíficos y energéticos, ha sufrido dos sanciones económicas por parte del organismo de Naciones Unidas.