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Iran, mundial de futbol y los neo-nazis

Fuentes: Rebelión

El anuncio del ultraderecha Partido Nacional Democrático (NPD) Alemán de recibir con un desfile al presidente de la República Islámica de Irán Mahmud Ahamdinezyad, en caso de que asista a los mundiales de fútbol, y de apoyar a la selección nacional de este país, en los partidos que dispute en el mundial, ha provocado una […]

El anuncio del ultraderecha Partido Nacional Democrático (NPD) Alemán de recibir con un desfile al presidente de la República Islámica de Irán Mahmud Ahamdinezyad, en caso de que asista a los mundiales de fútbol, y de apoyar a la selección nacional de este país, en los partidos que dispute en el mundial, ha provocado una gran indignación entre las fuerzas democráticas iraníes así como en su selección nacional.

¿Qué hemos hecho los iraníes para merecer esto? En vez de recibir el apoyo de los partidos democráticos hacia nuestra dificilísima lucha por la democracia en nuestro país, -que además ahora está amenazado por una guerra de imprevisibles consecuencias-, vienen unos neo-nazís y se ríen en nuestra cara!. La causa, como afirman más de treinta organizaciones y partidos políticos iraníes en su carta abierta, no es otro que las declaraciones de las autoridades de la República Islámica, al negar el holocausto nazi e invitar a los fascistas alemanes para asistir a sus polémicos congresos en Irán.

Por ello, la misiva pide al gobierno iraní que se desmarque públicamente de estas fuerzas criminales.

Esa es la segunda vez en la historia de Irán que los dignatarios del país se alían con los nazis. La primera sucedió cuando Reza Pahleví, el padre de El Sha, quien fue colocado en el poder en el 1923 por los británicos, para luego cambiar de bando con el auge del nazismo, uniéndose a Hitler.

Su pretexto fue la sangre aria que corría por las venas de la nación alemana y la nación iraní (pues, Irán significa la «tierra de los arios»), mientras la verdadera razón no era otra que la simpatía del dictador persa hacia Fuhrer y autorizarle la utilización del territorio iraní para atacar al vecino norteño: la URSS. La jugada le salió fatal y tras el fin de la guerra los aliados le obligaron a abdicar a favor de su hijo Mohammad Reza.

Hoy no es «la sangre aria» lo que une a la extrema derecha europea y unos pocos grupos islamistas. Pues éstos a demás de ser anti judíos son también anti comunistas, anti socialistas, e incluso comparten la homofobia, para completar su cuadro de ser anti democráticos.

Esta tendencia política, que no representa a la población musulmana ni a todas las organizaciones islamistas, parece que no se da cuenta de que los partidos neo nazis no sólo son islámofobos y piden la expulsión de los extranjeros musulmanes de sus países, sino que en sus páginas webs han amenazado con matar a los deportistas musulmanes en la Copa del Mundo.

¡No al castigo colectivo

Es incomprensible que algunos políticos estadounidenses y europeos pidieran la expulsión del equipo iraní del FIFA y del Mundial después de que Ahmadinejad dijera que el Holocausto fue «un mito». Petición que sabiamente ha sido rechazada por aquella federación internacional, para no politizar el deporte.

Pues, mientras las palabrerías de Ahmadinezhad han sido consideradas peligrosas para la humanidad, nadie ha pedido la expulsión de la selección de EEUU y sus aliados por invadir y ocupar ilegalmente Irak, matar a cientos de miles de personas inocentes, organizar campos de torturas y secuestrar a ciudadanos de diferentes países, entre otros!

En los partidos que jugará la selección iraní contra México, Portugal y Angola, a demás de los oportunistas neo nazis, estarán miles de exiliados iraníes, junto con otros cientos de aficionados que vendrán desde el lejano país para apoyar a su equipo, descontando la presencia de aquellos grupos opositores al régimen que intentarán convertir el espectáculo deportivo en una manifestación reivindicativa.

Para los iraníes, privados de buena parte de ocios mundanos y humanos, el fútbol -un deporte no «religioso»- es una oportunidad para izar la bandera tricolor de su país, que durante muchos años había sido sustituida por la bandera verde del Islam (ya que parte de los islamistas no reconoce identidades nacionales, considerando la Umma, comunidad musulmana, como la única nación, más allá de las fronteras). Una bandera que es el símbolo de la patria laica.

Mientras tanto, el gobierno alemán se prepara para actuar frente a cualquier suceso del día 21 de junio en Leipzig, día que Irán jugará contra Angola, y que habrá algo más que un espectáculo de fútbol.