Independiente de que Irán sea sometido o no a sanciones, por su programa nuclear, por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, producto del informe que presente la Agencia Internacional de Energía Atómica -AIEA-, es un hecho que sintetiza dos acontecimientos sustanciales en las relaciones internaciones de hoy: La guerra de agresión contra Irak por […]
Independiente de que Irán sea sometido o no a sanciones, por su programa nuclear, por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, producto del informe que presente la Agencia Internacional de Energía Atómica -AIEA-, es un hecho que sintetiza dos acontecimientos sustanciales en las relaciones internaciones de hoy: La guerra de agresión contra Irak por parte de Washington marcó la cuenta atrás del fin del periodo de unilateralismo hegemónico de EE.UU. surgido tras la desaparición de la Unión Soviética, y con ello, el fin de la ‘guerra fría y, la actual crisis iraní, que está enterrando definitivamente ese periodo de unilateralismo, dando paso a un Nuevo Orden Internacional Multipolar.
Este hecho entraña los siguiente elementos centrales: En primer lugar, que la colisión en todos los terrenos a nivel internacional es entre Estados y poderes capitalistas o como se dice hoy día entre economías de libre mercado, en donde la «mano invisible» de los visibles dueños -con nombre propio- de las transnacionales y del capital, no resuelve los profundos problemas, sino que por el contrario, trae aún más miseria, hambre e injusticia social a millones de seres humanos. Segundo, la confrontación es por el acceso y el control de recursos naturales, fundamentalmente hidrocarburos.
En ciernes la gestación de este nuevo mundo multipolar, denota vertiginosos cambios en las alianzas y en los reacomodos por parte de los Estados y de las potencias de rango medio que aspiran a convertirse en poder regional o global. Este nuevo contexto internacional está indicando la posibilidad del surgimiento de varios bloques de poder, y que el continente asiático será su espacio estratégico de contienda y definición, así como su centro de poder decisorio.
La materialización y consolidación de estos bloques de poder, dependerá de cómo juegue y de cómo se mueva cada uno de estos posibles poderes en ese gran y complicado tablero de la política internacional. Pero también, dependerá en gran medida de los desafíos y amenazas a que se vean sometidos los Estados aspirantes a ser poder regional o global.
La crisis de Irán, como muchos otros conflictos, ya han sido decididos de antemano, así nosotros no conozcamos esas decisiones secretas. No importa para nada que Irán tenga capacidad o no para desarrollar armas nucleares, se trata simplemente de hacer un remedo de diplomacia internacional. Pues EE.UU., y en este caso Israel, lo que buscan es ventilar un pretexto, cierto o no, que les permita agredir unilateralmente a Irán.
Estos planes inmediatos de agresión, en los que se incluyen -por mencionar los más destacados- a Irak y ahora a Irán, Siria y Líbano, presionan para provocar una serie de conflictos en la zona del Caúcaso, Mar Caspio, Asia Central y fundamentalmente el Oriente Medio. Esto no es una película de ciencia-ficción, esto es una triste y cruel realidad.
Ahora, la disculpa son las supuestas ‘diez bombas atómicas’ que Irán fabricaría, esto no es más que la continuación de los planes propuestos, o definidos; así, como contra Damasco, la posible complacencia e incitación de las autoridades sirias a las protestas por las caricaturas del profeta, o, la supuesta implicación de las autoridades sirias en el asesinato del ex-Primer Ministro libanés Rafiq Hariri. Uno de esos planes es el llamado «Plan Abrams»[1] que plantea tres mecanismos para lograr estos propósitos:
Todo esto está pensado así, la región kurda iraní que tiene frontera con Irak también haría parte del Gran Kurdistán, y de esta forma garantizar que el petróleo del norte de Irak y de Irán fluya hacia el mar Mediterráneo por el puerto de Haifa en el Líbano. Y, como este oleoducto debe indiscutiblemente atravesar el suelo sirio [3], Damasco se ha convertido en un impedimento a quitar del camino.
La justificación [4] de un posible ataque contra Siria ha sido paulatinamente adecuando a las circunstancias, pues han fracasado los intentos para relacionar a Damasco con acoplamientos con Al-Qeada; y de apoyar el terrorismo internacional, y, que el territorio sirio sirve de cuartel a la insurgencia iraquí.
Igualmente, existen otras estrategias implícitas sobre el asunto Sirio, pero todas apuntan a deponer al actual régimen de Bashar al-Assad, ya sea por medio de una intervención militar estadounidense o de la inestabilidad política por medio de sectores ligados a los intereses de Washington, como es el caso del apoyo financiero y promoción del Syrian Reform Party cuya base está en Washington (ver www.reformsyria.org), y aplicar la misma fórmula que se utilizó en Afganistán e Irak: promover, financiar y garantizar un ‘gobierno amigo’ que permita más tarde negociar y controlar el país.
Volviendo sobre el petróleo, también se han diseñado planes para que el petróleo de la zona salga a través del puerto de turco de Ceyhan, pero este recién inaugurado oleoducto, Baku-Tbilisi-Ceyhan (BTC), ha tenido varios problemas, elevado costos y resultados muy pobres hasta el momento, agregándose así dos elementos fundamentales a resolver: Uno, que éste tiene que pasar por el territorio iraní -y por supuesto, que Teherán no va a permitir fácilmente esos planes- y dos, que la creación del Gran Kurdistán afectaría gravemente la integridad y los intereses del Estado turco.
Por ello, el ataque contra Irán va desde la desestabilización para el cambio del gobierno de los mullahs, hasta los ataques militares e invasión. Así lo confirman las muy reveladoras palabras de la Secretaria de Estado Condoleezza Rice, refiriéndose sobre la crisis iraní: «Estados Unidos no tiene un desafío mayor en otro país que en Irán, cuya política está dirigida al desarrollo de un Oriente Medio totalmente diferente al que nosotros queremos ver» (www.elpais.es, 10-03-2006).
Esta simulación se trata de un ‘Juego de Guerra’ [6] para la preparación del asalto de EE.UU. a Irán. La relevancia de este ‘juego de guerra’ (JG) es por las personas que participan él y, a las conclusiones a que llegaron. El objetivo del JG se centraba en tres o cuatro temas principales que el presidente de EE.UU. tenía que afrontar con Irán, pero esta vez el interés se centró en la discusión sobre el uso de la fuerza.
Los supuestos de los ‘jugadores’ fueron los siguientes: 1) Toda la información lleva a creer que Irán poseería armas nucleares dentro de tres años. 2) Existen dos factores de carácter general: la implicación de Irán en Irak y la potencial implicación de Israel con Irán.
Como dijimos anteriormente, el problema que menos importa, es si Irán puede construir o no una bomba atómica, si se le sanciona o no en el Consejo de Seguridad de la ONU, esto lo que haría, es simplificar las posibilidades para el inminente ataque de EE.UU.-Israel, decidido con anterioridad, contra Teherán, en el que incluso se podrían utilizar armas nucleares, basándose en el concepto de autodefensa de la «Doctrina de Operaciones Conjuntas»[8], en la que se prevé ‘acciones preventivas’ contra adversarios que supuestamente planifican el desarrollo de armas de destrucción masiva en el medio plazo, aunque no inmediatamente, pero probables escenarios para guerras estarían a la mano.
Todos estos posibles ataques militares estadounidenses contra Irán, tienen una serie de problemas que no pueden ser dejados de lado, ni ser minusvalorados por la misma administración Busch. La cuestión es tan acuciante, y con Israel incitando al enfrentamiento, que pareciera que no van a tener oídos a las voces que les está diciendo ¿Cómo pueden atreverse a sugerir un plan militar contra Irán después de las desastrosas consecuencias al ignorar la ‘estabilidad’ en la post-invasión de Irak? Por lo que la respuesta ha sido, «nuestro objetivo es estar en las afueras de Teherán en dos semanas. La idea, es no tener una Batalla de Teherán, no deseamos eso. Lo que deseamos es una batalla alrededor de la ciudad…no nos empataremos en operaciones de reconstrucción de Irán.»[9]
Veamos algunos de los principales problemas a los que se enfrenta la Casa Blanca en este momento para llevar a cabo su apretada agenda bélica: La tremenda derrota militar que le proporcionó la resistencia iraquí al ejército más poderoso del mundo, no ha hecho más que corroborar que el unilateralismo agresivo de Washington en política Internacional ha fracasado, y no sólo eso, además, le asestó el puntillazo que marcó el fin de la hegemonía unilateral post guerra fría.
Esta derrota no vino sola, sino que arrastró consigo otros valores, dejando las banderas demo-liberales bastante enlodadas:
El caso palestino es el ejemplo perfecto. Hamás, organización sindicada de ser un movimiento radical islamista y terrorista, por parte de EE.UU. y de Israel, así como por otros Estados, se le incentivó para que participara en la ficción democrática, y resultó, que arrasó en las elecciones más vigiladas del mundo por decenas de organizaciones internacionales. Siendo las elecciones más limpias que se han dado en la historia del Máshreq. Pero el ganador no era el correcto, sólo se había previsto que sacara máximo un 25%. Así, de esta forma poder neutralizar a Palestina con sus diferentes fuerzas, que son los factores más significativos de inestabilidad a la seguridad de Israel, ahora que pueden venir nuevos tiempos, en que se pueda desplegar la democracia al estilo ‘americano’: el ataque contra Irán o contra Siria.
Las segundas, guardaron un impresionante silencio, no salieron inmediatamente a decir que el pueblo palestino era muestra de valor y cultura democrática, ni que había habido una revolución amarilla, rosa, tulipán. Nada. Simplemente, el resultado había logrado aguar un poco la fiesta de irradiación democrática del oriente Medio.
Segundo: Es importante observar la crisis económica por la que atraviesa los EE.UU. y que se manifiesta, por un lado, en él su elevado déficit fiscal que ronda los $9 trillones de dólares. Y por el otro, que el dólar centrismo, acusa su final, y todo indica que este hecho será de grandes y graves consecuencias para la economía mundial. El irreal valor del dólar parece que está llevando a los grandes capitales a buscar mejores puertos, pues según la revista Forbes, Warren buffet, el segundo hombre más rico del planeta, «ha invertido en el último año cerca de $21billones de dólares de fortuna en otras divisas, apostando de esa forma en otras monedas» (ver Forbes 10-03-2006 www.forbes.com)[10]. O Warren, está bien informado, o no sabe nada de negocios.
Sumado a esto, en este mes se agregan otros dos golpes: La apertura de la bolsa petrolera de Teherán basada en el Euro, y el lanzamiento a comienzos de este mes de marzo de la Unidad Monetaria Asiática (ACU) por parte de la ASEAN+3 [11].
Tercero: El surgimiento actualmente de otros poderes que compiten con los Estados Unidos la supremacía, en unos casos regionales y en otros mundial: no es otra cosa que la colisión por un Nuevo Orden Internacional. Ese nuevo orden internacional, como todo parece indicar, va a estar conformado por varios bloques de poder. Algunos de esos posibles centros de poder podrían ser: En Latinoamérica, el eje Brasil-Argentina-Venezuela de carácter regional; que en el caso de la Unión Europea, pese a su peso en el ámbito internacional, es la que más acusa problemas para ser un gran poder regional o global: la ampliación la debilitó, carece de unas fuerzas armadas propias y conjuntas, el proyecto de constitución política, está estancado sin mostrar cómo salir de esa crisis, la política internacional está demasiado atomizada, y lo más grave, la UE que nació, y se construyó sobre la base de políticas conjuntas para resolver los problemas de la energía -la CECA que dio pasó la EURATOM así hasta llegar a la UE-. Ahora, cada país trata individualmente sus necesidades energéticas, como fue el caso típico del acuerdo firmado en secreto entre Alemania y Rusia para la construcción del gasoducto del mar Báltico, por lo que en recientes días la Comisión Europea se quejaba de la mala práctica que se ha ido imponiendo, en la que los países miembros están solucionando sus agendas teniendo en cuenta solamente sus intereses nacionales.
Otro posible bloque, podría materializase en extremo oriente de Asia con la ASEN y la ASEN+3. Esto sería de gran transcendía mundial por la importancia de los miembros que la componen; además, con el lanzamiento del ACU por parte de estos países, alcanzaría en un futuro inmediato ser divisa mundial.
Los otros posibles bloques que se constituyan estarían presentes Rusia, China y la India, -quizá el Japón también-. Cualquiera de las combinaciones puede ser decisiva, ya sean, como poder regional o mundial. Por ello, EE.UU. se ha movido con rapidez en el continente asiático; por un lado, para garantizar su presencia y poder militar, y por otro, tratando de torpedear las posibles alianzas que se puedan dar allí.
El reciente acuerdo entre EE.UU. y la India sobre el clave factor de la cooperación nuclear, ha sido un simple trueque, en el que La Casa Blanca está arriesgando la pérdida de terreno en la campaña mundial contra Irán y la no-proliferación de armas nucleares, a cambio de un acuerdo que pueda atraer a la India a su seno, y que a su vez sirva para contrarrestar el creciente poder de china en Asia. La basa de EE.UU. es ofrecerle material nuclear a Nueva Delhi, que está ávida de recursos energéticos, buscando así, alejarla de una posible alianza con China y Rusia.
Este instrumento de discordia que quiere llevar Washington a Asia, puede ocasionar varios problemas por su interpretación unilateral del Tratado de no-Proliferación (TNP) de armas nucleares, pues no hay que olvidar que no sólo exige sanciones económicas, sino que también militares contra Irán y Corea del Norte por sus programas nucleares, pero que no valen para la India, Israel y Pakistán violadores de facto del TNP. De hecho, la aplicación de esta forma sesgada de entender el TNP le está asestando un duro golpe de credibilidad a la AIEA, por lo que Teherán ya ha dicho que va continuar con el enriquecimiento de material nuclear en su territorio, porque la propuesta de Moscú para hacerlo en territorio ruso, ya no está en la agenda iraní. También, hay que esperar cuál va ser la actitud de Islamabad ante el trato desigual al que fue sometido parte de la administración Bush, pese a ser su aliado incondicional.
La alianza o bloque de poder más fuerte que pueda surgir en este nuevo periodo donde se abren nuevas relaciones internacionales, proviene de la combinación: Rusia y China, los dos, son grandes poderes militares y nucleares con una economía en crecimiento y con inmensos recursos energéticos. Esta posible alianza es la verdadera amenaza para EE.UU., en ese nuevo orden internacional que está en ciernes; veamos cuáles son los elementos determinantes que podrían llevarlos a ser un polo de poder regional y mundial:
a) Adecuación e implementación de políticas para la consolidación de los espacios de influencias propias y comunes, así como la puesta en marcha de la Reforma Militar, la modernización y la tecnificación de sus respectivas fuerzas armadas en lo interno.
El Tratado de Amistad y Cooperación 2001[12], entre Rusia y China, es uno de los ejes de la política de cooperación entre los dos países, en donde las áreas de tecnología militar, equipo militar e hidrocarburos, son las prioritarias; recientemente, en el marco de este acuerdo, realizaron un ejercicio militar conjunto denominado ‘Misión de Paz 2005’.
Pero, las organizaciones que juegan el rol más importante a favor de este bloque, son: La Organización de Cooperación de Shangai (SCO)[13], por la importancia de los países miembros que hacen parte y por la posible vinculación de Irán, Pakistán y la India. Pakistán ya solicitó su vinculación formalmente. Y, la organización del Tratado de la Seguridad Colectiva (CSTO) [14], de la Comunidad de Estados Independientes, en la que juega un papel de importante influencia Rusia. Estos dos organismos, podrían finalmente fundirse uno solo por muchas coincidencias en sus tareas y objetivos.
El tiempo y la alineación de los diferentes bloques fundamentalmente van a depender del diseño e implementación de las políticas de los mismos Estados y, principalmente, serán el fruto de las amenazas a que se vean sometidos los intereses nacionales de estos países por parte de Estados Unidos en su afán de no perder su influencia en las diferentes esferas de interés y regiones del planeta.
En conclusión, podemos decir que el rápido desarrollo de los acontecimientos y de los diferentes conflictos de intereses en el ámbito internacional, en este comienzo de siglo, está diseñado el entramado para un nuevo contexto político en el que se está construyendo un Nuevo Orden Internacional, cuyos signos característicos, es que éste va a estar compuesto por varios y distintos bloques de poder, en donde la hegemonía y el unilateralismo de EE.UU. serán domeñados por el mundo multipolar surgido ante la pérdida de poder económico, militar y de influencia política de los EE.UU.; y que el Asia será el espacio estratégico de la contienda y de definición, así como su centro de poder decisorio en los próximos años. Todo ello, en gran medida producto de la derrota infligida por la resistencia iraquí al ejército estadounidense y la crisis iraní.
Víctor Wilches.
NOTAS:
5 Fallows, James. Will Iran be next?, The Atlantic Montly, dic., de 2004, www.theatlantic.com/doc/200412/fallows .